Clubs de lectura a pesar del confinamiento

A pesar del confinamiento estricto al que nos estamos viendo sometidos por la crisis sanitaria del covid-19, los clubes de lectura «aguantan», aunque ahora la comunicación y las reuniones se realizan por medios telemáticos

En principio, los clubs de lectura hacen menos solitaria la pasión de leer. Su funcionamiento no tiene mucho misterio: el coordinador propone un libro que todos los miembros se aprestan a leer, y a medida que se va desarrollando la lectura se van compartiendo reflexiones.

A pesar de que estamos confinados, muchos clubs de lectura han arbitrado medidas para seguir en activo, utilizando medios tecnológicos, como las videoconferencias en grupo, para poder seguir su actividad.

Por la misma razón que estamos confinados, para muchos de nosotros, ya lo eran antes de la crisis humanitaria, los libros han pasado a convertirse en unos compañeros imprescindibles para hacer frente al confinamiento.

En redes sociales

Muchos de los clubs de lectura presenciales se han vuelto, con la pandemia, virtuales y han encontrado un buen medio de expresión en diferentes redes sociales, prioritariamente en Facebook, un «formato» bastante compatible con esa actividad.

Inclusive, alguno de estos clubes de lectura, cuentan como coordinadores a autores literarios, lo cual supone un «plus» a la hora de participar en algunos de ellos.

La operativa, ya sea en Facebook o en WhatsApp, por citar solo dos de las redes sociales, es sumamente sencilla: se añaden todos los perfiles de las personas que van a participar y el coordinador comienza a «repartir juego».

A medida que se desarrolla la lectura del libro que se ha propuesto van surgiendo preguntas sobre la trama que tanto el coordinador como los compañeros se dedican a responder de la mejor manera posible.

Una vez que todos los participantes han leído el libro propuesto se suele hacer una videoconferencia grupal donde se pone en común lo que ha aportado el título a los participantes y al club de lectura en su conjunto.

Una treta comercial

El primer origen de los clubs de lectura tiene un origen tan alejado de la literatura, y tan cercano a la industria del libro, como el de crear una comunidad que permitiese dar salida a los libros que querían vender las editoriales y las librerías.

En ese sentido todavía existen ligadas a muchas librerías: tienden a crear ese sentimiento de comunidad y actividades en grupo que logra que para muchos lectores la librería sea algo más que un lugar donde se compran los libros.

Por lo general, actualmente los clubes de lectura que dependen de librerías suelen tener una gran «adherencia» a los catálogos de las editoriales: esa quincena se suele leer alguno de los libros que adornan el escaparate.

Si es posible, al menos un día, el autor del volumen participa en el club, que no suele tener más de 20 miembros, con lo que el autor ha logrado vender 20 libros, y que muchos de los participantes se conviertan en prescriptores del título ante sus conocidos y amistades.

Actualmente, las librerías suelen dar publicidad a sus clubes de lecturas en las redes sociales, como pueda ser en Facebook o en Twitter, con lo cual logran una mayor repercusión y «llegar» a más gente.

Modelos alternativos de clubes de lectura

Pero lo que originariamente nació ligado a librerías, con el paso del tiempo ha mutado. Ahora para organizar un club de lectura solo hay que tener pasión por la literatura, ya que lo mismo se organiza entre un grupo de amigos que entre los vecinos de «escalera».

Además, en los nuevos modelos de los clubs de lectura se crean interesantes dinámicas e interacciones, y un club que en principio fue creado por dos amigos, puede acabar teniendo un buen número de miembros.

Incluso se pueden llegar a crear clubes de lectura monográficos, formados solo por mujeres y cuyas lecturas están restringidas a literatura escrita por mujeres, o bien clubes de lectura formados en exclusiva por hombre y que solo leen literatura escrita por autores masculinos.

Del mismo modo, los diálogos que se organizan en los clubes de lectura pueden llegar a extremos surrealistas: se empieza hablando de libros y las conversaciones finalmente pueden acabar en cuestiones que tiene que ver con lo personal.

Clubes de literatura…y gastronomía

Hablar de libros y autores también puede ser la excusa perfecta para degustar un buen vino o incluso alguna especialidad gastronómica, en ese maridaje más que evidente entre la enología e incluso con la «buena mesa».

Por lo general, las reuniones de esos clubes de lectura con buenas viandas y buenos vinos se suelen desarrollar en sociedades gastronómicas en las cuales, y alrededor de una mesa, alguien «hace los honores» a los fogones y descorcha un buen vino.

A pesar de que muchos clubes de lectura suelen estar «abonados» a la novela, pero también hay clubs híbridos en los cuales se intentan tocar todos los «palos» literarios: desde la novela a la poesía, pasando por el ensayo.

Buen ambiente por lo general

Quizás lo mejor de los clubs de lectura es que se suele generar, por regla general, muy buen ambiente y permite que los lectores salgan de su subjetividad para compartir sus opiniones con otros lectores.

Se trata de un proceso muy enriquecedor, siempre que se consideren todas las opiniones con igual respeto, y además también son propicios a que las relaciones interpersonales, ya que lo que empezó como un club de lectura ha podido derivar en pícnics o en comidas multitudinarias.

Los clubes de lectura también son terreno abonado para la discordia, aunque normalmente suelen ser discordias civilizadas. Se trata de uno de los males endémicos de nuestro país en donde la gente es muy difícil que se ponga de acuerdo en algo.

Y si no hay más que ver los rifirrafes políticos que está generando la crisis del covid-19 y la prolongación del estado de alarma y las tímidas medidas de desconfinamiento.

Autodescubrimiento

Además, en los clubs de lectura, por mediación de la literatura, se produce un proceso de descubrimiento y de autodescubrimiento en el intercambio de ideas y pareceres, el lector pasa a nueva dimensión, que es la dimensión social.

Fuente – EM

Imagen – Pierre Vignau / Facebook / quelibroleo / Jason Dean / Marco Verch / Konstantin Stepanov

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