El Ayuntamiento de Barcelona quiere hacer uso de la mención de Ciudad Literaria que hace años le otorgó la UNESCO. El uso de ese distintivo sería el elemento tractor para internacionalizar el día de San Jordi y para lograr que certámenes literarios trasladen su sede a Barcelona. También se tomarán medida para ayudar a los libreros de la ciudad ya para impulsar la red de bibliotecas públicas
El equipo de gobierno de la Ciudad Condal ha optado por utilizar el distintivo de Ciudad Literaria para de ese modo internacionalizar el día de San Jordi. Se trata de un distintivo expedido por la UNESCO y que pretende impulsar la proyección literaria de la ciudad de Barcelona.
Entre las políticas que se pretenden auspiciar desde el ayuntamiento se encuentra lograr que la ciudad sea un referente en lo que se refiere a congresos de y ferias que tengan que ver con la literatura. Se trata de unas políticas que fueron ya puestas en marcha por el anterior gobierno municipal de la extinta CiU.
Tal como explica Berta Sureda, comisionada cultural del Ayuntamiento de Barcelona, lo que se busca es utilizar la proyección que da el distintivo de Ciudad Literaria para amplificar la celebración del día de San Jordi para lograr, por ejemplo, que esa fecha se convierta en un tractor del turismo cultural.
De hecho también se pretende que en otras ciudades del mundo el día de San Jordi se celebre y que sus ciudadanos puedan también convertir en una tradición regalar rosas y libros. La UNESCO, en el año 1995, decidió que el 23 de abril se convirtiese en el Día del Libro y de los Derechos de Autor.
Fue un 23 de abril cuando fallecieron tres de los autores más representativos de la literatura universal: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega. La UNESCO no sabía que en Barcelona se impulsó el día de San Jordi en el año 1929 coincidiendo con su Exposición Internacional.
Uno de los principales escollos que tiene la celebración del Día del Libro y de los Derechos de Autor es que la UNESCO no ha dotado económicamente la celebración de esa onomástica del libro.
Desde el consistorio barcelonés también se considera que la utilización del distintivo de Ciudad Literaria tiene que ir acompañado de medidas concretas para ayudar a los libreros y al sector editorial en su conjunto. Al mismo tiempo también se dará un impulso a las bibliotecas municipales que hay en Barcelona.
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Fuente – El Periódico
Imagen – Dunna