Nos abandona Phillip Roth

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Nos deja uno de los más grandes autores literarios estadounidenses contemporáneos.

A pesar de ello, podremos seguir disfrutando de su gran producción literaria: obras como Pastoral Americana o Me casé con un comunista, nos permitirán seguir disfrutando de las mejores páginas de la literatura norteamericana de los últimos 50 años.

Judaísmo, lujuria y traición, sus grandes temas

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Este escritor cuyas obras giraron siempre alrededor de la identidad judía, la lujuria y la traición, falleció el martes el día 19 de mayo a los 85 años en Nueva York, una ciudad que lo acogió durante sus últimos años, tiempo que invirtió en pasear, leer y en conceder contadas entrevistas.

A decir de uno de sus editores, Ross Miller, su trayectoria literaria fue espectacular, revalidando su gran clase en cada nuevo título que publicaba. Este mismo editor es el encargado de revisar su obra para su inclusión, con «letras de oro», en la Biblioteca de Estados Unidos.

Este editor, valora como sus títulos más importantes, La Contravida y Animal moribundo, una literatura que la mayor parte de las veces tuvo como escenario su localidad natal de Newark, en el Estado de Nueva Jersey.

El Premio Nobel le fue esquivo

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A pesar de que, por la calidad de su prosa, muchos se extrañaron que los laureles del Premio Nobel de Literatura no le fuesen concedidos, no por ello su obra fue extraña a los galardones.

Se puede responder afirmativamente sobre si fue un autor querido y premiado en su país natal, donde logró los más altos galardones literarios, y por citar solo algunos, ya que la lista sería extensísima, podemos destacar el Premio Faulkner de 1994, otorgado por el PEN Club, el National Book Award, por dos veces, o el Premio Pulitzer en el año 1998.

Sus inicios en New Yorker

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Fue la primera revista en la recaló y donde escribió un sinfín de historias cortas, lo que le sirvió de ensayo para su primer libro publicado, Goodbye, Columbus (1959), un volumen compuesto por cinco relatos cortos y que logró su primer National Book Award.

Una constante en toda su obra es la de la identidad judía, una exploración para encontrar sus más recónditas esencias, investigación que desarrolló a partir de uno de sus personajes más célebres, Nathan Zuckerman, alter ego en el cual volcó todas sus obsesiones.

Creación del personaje y de los temas en la obra de Roth

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Tal como compartió en una entrevista de The Wall Street Journal, para él el punto de vista inicial de cualquier novela parte de su biografía personal, y a partir de ahí comienza a novelar.

A pesar de que los protagonistas de sus novelas se basasen en personas reales, finalmente, son los pensamientos del autor los que acaban habitando a los protagonistas de sus obras literarias.

Las temáticas que plasmo en sus novelas, produjeron sonoras críticas, incluidos los del establishment judío de Nueva York y aunque en los años 60 del pasado siglo decidió dejar de centrarse en la conciencia judía, volviendo a la temática pocos años después.

Newark, su hábitat vital y literario

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Esa ciudad del estado de Nueva Jersey, se convirtió en el escenario de su vida y de su obra literaria, metrópolis donde nació en el año 1952 en una familia de clase media donde su padre trabajaba como gerente de seguros y su madre era secretaria.

A pesar de que inicialmente se decidió por los estudios de Derecho, finalmente, terminó en la Facultad de Filología, donde se licenció para posteriormente doctorarse en Literatura Inglesa.

Un escritor con obra preferida

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Cuando se le preguntaba por la obra que más le gustó escribir, Roth decía sin dudar que El teatro de Sabbath, que publicó en el año 1995, cuyo principal personaje era Mickey Sabbath, un personaje con el que decía que había sido muy feliz creándolo.

En el año 2010 dejó dejar de crear

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Fue justo después de publicar el último volumen de su tetralogía Némesis, una oda al deporte, donde nos encontramos con un protagonista, Bucky Cantor, es un joven licenciado en Educación Física e Higiene por la Universidad de Panzer, un profesor que pretende transmitir a sus alumnos en un campamento de verano que deben de sobresalir en los deportes, pero también en sus estudios.

A partir de la publicación de ese libro, y durante un periodo de dos años, dejo paulatinamente de escribir, y el abandono fue producto de que consideró que ya había escrito sus mejores páginas, y que a partir de ahí todo sería un paulatino declinar.

Escenarios apocalípticos

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Roth también era amigo de dibujar auténticas distopías apocalípticas, siendo quizás su mejor obra de estas características La Conjura contra América. En esta novela, que vio la luz en el año 2004, Estados Unidos está presidido por Charles Lindbergh, a raíz de lo cual el antisemitismo toma América.

De hecho, su novela era tan apocalíptica, que el mismo autor, en una entrevista, fue preguntado sobre las semejanzas del Lindbergh de la novela y Donald Trump, a lo que el escritor neojerseyés contestó que el contexto histórico era diferente, aunque no llegó a decir que los dos personajes se diferenciasen mucho.

Sin embargo, no tuvo empacho en calificar a Donald Trump como producto de un fraude masivo, una suma de perversas deficiencias y como un megalómano carente de cualquier tipo de ideología.

El resto de la «Generación del 30», afortunadamente vivos y coleantes

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Afortunadamente, son muchos los escritores coetáneos de Phillip Roth, la «Generación del 30» se les llama, que todavía siguen vivos y escribiendo: Don DeLillo, Thomas Pynchon, Joan Didion, Alice Munro, Toni Morrison o Margareth Atwood, entre otros.

Se trata de una generación de escritores, a fuer de ser octogenarios, todavía mantienen una envidiable pasión por escribir, y también una generación comprometida, que no hurta el debate político.

Varios de ellos, como es el caso de Toni Morrison o Joyce Carol Oates, se han convertido en un baluarte contra Donald Trump, al que no dudan en fustigar cuando es necesario.

Además, como el desaparecido Roth, son escritores que han llegado al máximo nivel de reconocimiento en su país, logrando los premios más codiciados.

Paradójicamente, también como el autor de La Gran Novela Americana, han tenido escasa relevancia en el extranjero, al menos si valoramos esa preminencia por el número de galardones.

Pero, de hecho, estos escritores de la «Generación del 30» siempre suenan para los más prestigiosos premios de las letras internacionales, sobre todo cuando cada año la Academia Sueca entrega el Premio Nobel de Literatura.

Fuente – La VanguardiaWikipediaEl Español / Abc

Imagen – Christo DrummkopfUtenriksdepartementet UD / The New Yorker / Chabad Lubavitch / woodleywonderworks / Anthony Crider

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