Crimen y glamur en las calles de un Madrid franquista

Manuel Vicent publica ahora Ava en la noche, un recorrido por la noche madrileña del franquismo de los años sesenta del pasado siglo, que, con la excusa argumental de un alumno de la Escuela de Cine, David Arnau, que quiere conquistar a la diva norteamericana, realiza un retrato del Madrid de la época, al igual estiloso que sangriento

En la última novela de Manuel Vicent nos vamos a encontrar con una capital de España que exuda franquismo y donde convive desde la miseria más abyecta hasta seres galácticos que se gastan en una noche de copas lo que una familia numerosa mensualmente en comida.

En Ava en la noche veremos como es la vida en un Madrid ignoto para él, la vida de un joven valenciano recién llegado a la lo que fuera la capital que fundase Felipe II.

De uno de sus recuerdos

La primera y única vez que Manuel Vicent vio a Ava Gadner corría el año 1966 y fue en Oliver, local de copas donde se reunía la flor y nata del Régimen, justo cuando la diva estaba a punto de mudarse a Londres.

Vicent (La Vilavella, 1936) pudo ver a la protagonista, de entre otras Venus era mujer, como salía de la boîte escoltada por Carlos Larrañaga y Jorge Fiestas. Y a partir de aquí, de un hecho real, comienza la ficción.

Y nada mejor que un macguffin digno del propio Alfred Hitchcock para dinamizar la trama del libro: un joven veinteañero valenciano recién llegado a lo que Agustín de Foxá definió como De corte a checa, se propone conquistar a la actriz norteamericana.

Y todo ello con un trasfondo de una ciudad dual: mientras la élite franquista malgastaba ríos de dinero en sus juergas y francachelas nocturnas, en el extrarradio la miseria, el hambre, el chabolismo y las ratas campaban por sus respetos.

David Arnau lleva desde niño buscando a su diosa, a la cual persiguió siendo un mozalbete en las ruinas de un balneario en las teselas del fondo de una piscina, mientras que en Madrid persigue a una deidad que será de todo punto inalcanzable.

Fauna

La trama central de la novela permite evolucionar a un nutrido elenco de personajes secundarios, «fauna» en jerga cheli, que permite mostrar bien cual era, al menos en determinados círculos, el paisaje humano de aquellos años.

En aquella época, el mundo de la farándula noctámbula estaba dominado por gente de la cultura, como pudieran ser Neville, Berlanga, Mihura y Azcona, que pululaban por los locales de moda, entre ellos Chicote.

Compartían locales y copas con extranjeros de vida disoluta: además de la propia Gardner, «pesos pesados» del celuloide como Orson Welles, Jean Negulesco o Bette Davis, acompañados de escritores dipsómanos, caso de Ernest Hemingway, entre otros.

También nos vamos a encontrar en Ava en la noche a «secundarios» de inspiración cañí como Luís Miguel Dominguín, Antonio Ordóñez y una pléyade de cantaores y bailaoras.

Una España que exudaba sangre

En el libro de Vicent también vamos a ser testigos del crimen, cuádruple, que cometió un señorito tarambana, metido a estafador, y de nombre José María Jarabo Pérez – Morris, que pensaba que por su origen social iba a poder eludir la acción de la justicia.

También están presentes en Ava en la noche ejecuciones a garrote vil, tanto de presos comunes como de opositores al franquismo, y se narra con todo lujo de detalles la chapucera ejecución de la envenenadora Pilar Prades Expósito.

En lo que fue una auténtica carnicería en la que el verdugo, poco ducho en el oficio, tuvo tiempo hasta de sufrir un ataque epiléptico, se cuenta que fue la propia ajusticiada tuvo que poner de su parte para que el ejecutor concluyera con éxito la «faena».

Y a partir de sus experiencias en el Madrid de los años sesenta del pasado siglo, y viviendo, y bebiendo, la noche, Arnau consigue enhebrar un relato, transmutado en guion, con el que consigue acceder a una plaza en la Escuela de Cine.

El relato, nos referimos a Ava en la noche, está repleto de «guiños» al mundo de la cultura que a trompicones evolucionaba en pleno desarrollismo impulsado por los tecnócratas del Opus Dei, con un miembro del tribunal de la Escuela de Cine que es el propio Luis García Berlanga.

Un personaje real

Aunque Manuel Vicent hace evolucionar a David Arnau a partir de su propio genio creativo, se trata de un personaje real, al que conoció bien el propio Vicent en sus años mozos.

De hecho, tanto Vicent como Arnau estudiaron Derecho en Valencia, y ambos conocieron en su adolescencia, bien es cierto que, en la distancia, a Luis García Berlanga cuando rodó en el hotel Voramar de Benicàssim la película Novio a la vista.

La novela de Vicent es también un homenaje al cine, del cual el escritor es un devoto, entre otras cosas porque intentó entrar en la Escuela de Cine, aunque finalmente se tuvo que conformar con estudiar periodismo.

De hecho, Vicent confiesa que huyó de Valencia a Madrid porque todos sus amigos se habían hecho registradores de la propiedad y buscaba en la capital de España un nicho creativo en donde poder encontrar la inspiración para escribir.

En un tiempo donde las censuras, incluidas las familiares, estaban al orden del día, pudo oír, tenían un cine al aire libre a escasos metros del domicilio paterno, todas las películas prohibidas, y ver solo la mitad de la pantalla, por la ubicación del domicilio paterno.

Aperturismo, el fin del Régimen

Fue precisamente el desarrollismo impuesto por los tecnócratas de López Rodó, lo que finalmente acabaría con Franco, una defunción que comenzó a principios de los años sesenta del pasado siglo, aunque su muerte natural se produjese una década después.

La propia contradicción de seguir manteniendo un régimen represivo donde la tortura estaba al orden del día, y al mismo tiempo alentar una clase media creciente que cada día accedía a una mejor calidad de vida, consumo y posibilidad de elección, fue lo que realmente dinamitó la cruz del Valle de los Caídos.

Ava en la noche es también un canto, fúnebre, a las versiones edulcoradas que se han venido dando del franquismo, un Régimen que murió matando, y para ello no hay sino recordar, en los estertores del franquismo, los fusilamientos de los miembros de FRAP José Humberto Baena, José Luís Sánchez Bravo y Ramón García Sanz y el de los miembros de ETA político militar Juan Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegui.

Fuente – EL PAÍS / Madrid en Wikipedia / Ava Gardner en Wikipedia / Jean Negulesco en Wikipedia / Últimas ejecuciones del franquismo en Wikipedia

Imagen – santiago lópez – pastor / Catherine / Carlos Alonso Caballero Vallejo / ByB / David Álvarez López

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