
Manuel Estrada, uno de los principales referentes nacionales en diseño editorial, presenta en la Biblioteca Regional de Madrid una exposición retrospectiva con 150 de sus obras, principalmente las realizadas para Alianza Editorial a largo de varias décadas
Y en un mundo donde lo visual cada vez adquiere más importancia, podríamos decir que en estos tiempos que corren es esencial y básico para cualquier producto, especialmente para un libro.
Ahora, Manuel Estrada, uno de los más relevantes diseñadores editoriales de nuestro país expone una buena parte de su trabajo en Madrid, en donde se puede extraer parte del proceso creativo que utiliza.
Creatividad

Es la que ha tenido este diseñador, alumbrando ideas que podríamos calificar como de primer nivel.
En ese sentido cuenta la anécdota de como teniendo que diseñar la portada de un libro dedicada a Viriato, el caudillo lusitano que se enfrentó a Roma, compró en un rastro una daga con apariencia romana y la envolvió en tiras de cuero mojadas.
Después de realizar las fotografías pertinentes a su creación, la daga parecía recién sacada de un yacimiento arqueológico, lo que catapulto las ventas del libro en cuestión.
Su trabajo ha hecho a Estrada a unos de los referentes del diseño editorial en nuestro país, no en vano ganó en el año 2017 el Premio Nacional de Diseño, habiendo trabajado para las más importantes editoriales de nuestro país
Ahora una exposición

Bajo el título de Leer libros, diseñar portadas, ahora se presenta una exposición en Madrid dónde se muestran 150 de sus obras ubicadas en la Biblioteca Regional de Madrid.
Inclusive en la exposición se muestran varios de sus cuadernos de bocetos, cuadernos en los cuales también reúne ideas a medida que va teniendo reuniones con los responsables de cada proyecto.
Una vez superado el proceso de bocetado, como se ve en las obras expuestas, su trabajo se desarrolla con el ordenador y con la cámara fotográfica, siendo muchos de esos proyectos híbridos.
Manuel Estada ha diseñado, siempre para el mercado hispanohablante, libros de los escritores y escritoras más importantes a nivel mundial, y él ha puesto su granito de arena a que esos libros se hayan convertido en superventas.
Artesano y autodidacta

A pesar de ser diseñador de profesión, Estrada confiesa que ha aprendido el diseño de libros con la práctica y el trabajo.
Uno de sus primeros trabajos editoriales fue para EL PAÍS, concretamente para una colección de libros de serie negra, aunque posteriormente vendrían otras.
De dicha colección, dedicada al género negro, se llegaron a vender un millón ejemplares, por lo que se puede considerar como todo un éxito.
Para su trabajo creativo, con el tiempo ha llegado a la conclusión que las mejores portadas se manufacturan cuando el diseñador ha leído el libro y se ha empapado del espíritu del texto.
Alianza editorial

Es el punto a partir del cual gira toda la exposición que se puede ver hasta el 11 de septiembre en la Biblioteca Regional de Madrid.
En ese grupo editorial Estrada se encontró con Daniel Gil, que fue el que diseño las portadas de las ediciones de bolsillo de Alianza entre 1986 a 1989.
Se trata de la colección, nos referimos a la del Libro de Bolsillo, con la que han aprendido a amar la literatura miles de hispanohablantes, con lo cual Estrada se encontró con un proyecto de primerísimo orden.
Estrada reconoce que de su compañero y amigo Daniel Gil ha aprendido casi todo lo que sabe de diseño editorial, reconociendo la influencia que ha tenido en su trabajo.
Sus proyectos en Alianza, en la que ya lleva un buen número de años, siempre requieren de presentar a la editorial varias propuestas para una misma portada, por lo que hace de él un trabajo muy riguroso.
Marcado estilo

A lo largo de estos años, su estilo se ha hecho reconocible a simple vista: tipografías marcadas y juegos visuales que recuerdan a los logos que a Estada le encanta diseñar.
Otros elementos con los que Estada realiza su trabajo tienen que ver con juegos visuales y simbólicos que interrogan al lector.
Famoso es el botijo reconstruido a partir de pedazos de cerámica de la edición de bolsillo de La España invertebrada de Ortega y Gassett o la pipa de fumar convertida en foco para Las aventuras de Sherlock Holmes.
Por lo general, la mayoría de sus portadas tiene un fondo blanco, aunque ha tenido críticas de los libreros ya que los libros con fondo blanco se ensucian más y algunos clientes son reacios a comprarlos.
El uso de las portadas con fondo blanco tiene una justificación para Estrada: dan un volumen tremendo a los objetos que se encuentran en el primer plano, por lo que el diseñador las sigue utilizando.
Idiosincrasia hispana

Como hijo de su época y de su país, Estrada también reúne unas características estilísticas que rápidamente nos indican que es un diseñador editorial español.
La primera de ellas es que en España el recurso tipográfico para una portada es mucho menor que en otros países, y eso se debe al hecho de que en nuestro país casi nadie compra tipografías.
Al mismo tiempo, para Estrada, nuestro país tiene una cultura visual de las mayores de Europa, que en el caso de Madrid se explica, en parte, por poseer un buen número de pinacotecas de primer nivel.
Una buena portada no garantiza un superventas
Es una de las primeras cosas que niega Estrada, aunque no niega que una buena portada puede invitar a más lectores a comprar un libro.
Lo que verdaderamente hace de un libro un superventas es gozar de la preferencia del público, y eso tiene que ver, aunque también con el diseño, con la historia que cuenta y con una boca oreja que todavía sigue funcionando.
Inclusive las ventas de un libro tienen que ver con el prestigio que tenga la editorial donde se publica, siendo en este caso Alianza un referente editorial no ya solo a nivel de los lectores hispanohablantes, sino a nivel mundial.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Klearchos Kapoutsis / Allen McGregor / Rene Schwietzke / Lorraine Hughes / Alianza Editorial / Rubén Vique /