Montero Glez presenta su nueva novela “Talco y Bronce”, una novela negra que él define como novela quinqui en la cual toma como argumento los últimos días de la vida de Santiago Corella, “el nani”, un delincuente atracador de bancos que fue el primer desaparecido de la democracia a manos de policías corruptos de la Brigada Anti atracos de la Policía Nacional en Madrid
Es lo que nos ofrece Montero Glez. en su última novela Talco y bronce que versa sobre las peripecias de una banda de atracadores de bancos y de los agentes de una brigada anti atracos que los persigue. Con esta novela Montero Glez. ha logrado el Premio Logroño de novela.
Montero Glez. se define como un autor de género negro y que como trasfondo de todas sus novelas tiene la relación de hombre con la propiedad, siendo esa tesis siempre el nudo gordiano de todas las novelas de género negro que ha publicado hasta ahora.
Montero Glez. (Madrid, 1965) es el prototipo de un escritor de otra época. Alejado todo lo que puede del mundo cultural, vive en un pueblo de la provincia de Cádiz que tiene una cierta querencia para el lumpen proletariado del que hablaba otro insigne escritor, Francisco Umbral.
No es raro encontrar en el discurso de Montero Glez. citas o paráfrasis de Carlos Marx y de su obra más famosa, El Capital. Autor de novela negra que repudia al centro izquierda español al que acusa de estar domesticados. Libertario de marca mayor, critica despiadadamente a la generación literaria anterior y se declara seguidor de Juan Marsé.
En su última novela Talco y bronce, publicada en Algaida, ha logrado hacerse con el galardón de la última edición del Premio Logroño de Novela. Montero Glez. se define como un autor lento que siempre acaba presentando su última obra a algún premio para lograr una mayor proyección de la misma.
Escritor ya laureado, con Pólvora negra logró un Premio Azorín de novela, realmente la obra que le lanzó al estrellato fue Sed de champán que fue publicada en el año 1999. Se trata de una obra que tal como reconoce el escritor es deudora de la larga tradición de comic que tienen nuestro país. De todos modos Montero Glez. no la encuentra entre sus obras favoritas.
En Talco y bronce los dos elementos a partir de los que se articula la historia son la droga y los gitanos. A partir de esos mimbres, nos vamos a encontrar con una historia en la cual refulgen, a partes iguales el amor y la venganza convenientemente exacerbados. Tal como informa el autor madrileño, el génesis de su nueva novela hay que buscarlo en el momento en el cual Montero Glez. escuchó la canción Me quedo contigo que original de Los Chungitos, adaptó Antonio Vega.
Talco y bronce también le sirve a el autor de Pólvora Negra para perpetrar su particular venganza para con La Transición, un periodo de la historia reciente de España que considera vergonzosa y poco ejemplar. Parte del argumento de la nueva novela procede de la realidad social española de los primeros 80.
Talco y bronce cuenta las andanzas de una banda de atracadores liderada por Santiago Corella, “El Nani”, delincuente que desapareció, después de haber sido detenido en la antigua DGS en Madrid, supuestamente a manos de policías, algunos de los cuales fueron condenados a casi 30 años de cárcel por un delito de desaparición forzada.
El libro también aventura la posibilidad de que fuese la misma Brigada Antiatracos de Madrid, la que organizaba los atracos y posteriormente a hacer desaparecer a los atracadores mientras miembros esa brigada se quedaban con el botín.
Esta nueva novela de Montero Glez utiliza el mismo lenguaje barroco que hemos podido leer en otras novelas. Tal como reconoce el autor el fondo y la forma van unidos y el fondo es lo que marca la forma. En Talco y bronce la voz de narrador es limpia, directa y en los diálogos se ha mantenido el argot característico de la población lumpen de la España de la década de los 80.
Esta, definida por el propio autor, como novela quinqui, entronca con el cine que se hizo en La Transición por directores como Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma, con su película Vaquilla. Entre sus influencias cinematográficas de aquella época Montero Glez. cita al relativamente poco conocido David González, que con su cine crudo se aproxima al tono que se da en Talco y bronce.
Considerándose deudor de la novela negra norteamericana no puede dejar de citar como influencias a escritores norteamericanos de género negro como James Ellroy, Chandler, MacDonald o Hammett. Entre sus mimbres musicales refulge con luz propia Camarón de la Isla, del cual relata los últimos días de su vida en la novela Pistola y cuchillo, publicada en el año 2010.
Del mismo modo que se declara enamorado de la prosa de Quevedo, Valle-Inclán o Juan Marsé, Montero Glez. echa pestes de la generación de escritores españoles anterior a la suya, autores que según su percepción no tienen nada que contar, ocupan todo el espacio público y no permiten que se dé un relevo generacional.
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Fuente – El Mundo
Imagen – Tony Webster