
Paul Auster nos ha dejado este 1 de mayo, Día del Trabajo. El escritor neoyorquino no ha podido superar el cáncer de pulmón que había tenido que combatir durante los últimos años. Nos deja Baumgartner, su obra póstuma, en la cual se puede rastrear el universo vital de los últimos años aquejado de cáncer de pulmón
El Día del Trabajo nos ha dejado la noticia del fallecimiento de Paul Auster a la edad de 77 años. La causa del deceso ha sido el cáncer de pulmón con el que llevaba lidiando varios años.
Además de uno de los principales escritores en lengua inglesa, Auster también había ejercido de creador proteico: cineasta y guionista además de novelista.
Nacido en el año 1947 en el seno de una familia judía de ascendencia austriaca, el distrito neoyorquino de Brooklyn fue, además de su lugar de residencia, su universo literario por excelencia.
Muchas de sus novelas se desarrollan en ese distrito neoyorquino, entre las que conviene destacar su Trilogía de Nueva York o Brooklyn Follies, un Brooklyn en el que fallecía ayer a última hora.
Corrían los años 80

Fue en esos años, en plena revolución conservadora liderada por Ronald Reagan, cuando un joven Paul Auster comenzó a hacer sus primeros pinitos literarios. Su primera obra publicada, La invención de la soledad, data del año 1982.
Dicha novela, la primera de muchas, indaga sobre el sentimiento de soledad que le provocó al autor la muerte de su padre.
El título provocó un movimiento tectónico en las letras norteamericanas, dando carta de naturaleza a un autor que se consagraría con obras como las tres que conforman Trilogía de Nueva York, o Leviatán con la que lograría el Premio Médicis.
Baumgartner, su obra póstuma

Paradójicamente, esta última obra, de al que Auster no podrá disfrutar, también habla de la muerte y apareció publicada en Estados Unidos el pasado mes de noviembre.
Los lectores en habla hispana la pueden leer en una edición publicada por Seix Barral con la traducción de Benito Gómez Ibáñez.
El tema de novela es la vida de un profesor de filosofía que tiene que afrontar al mismo tiempo su jubilación y la viudez; Braumgartner, ese es el apellido del docente, tendrá que lidiar con el recuerdo de su mujer.
La influencia del cáncer

Su última obra bebe literariamente de la vivencia personal de Auster con el cáncer que finalmente lo ha llevado a la muerte.
El autor neoyorquino era consciente, como así ha sido, que la enfermedad que padecía lo podía hacer desaparecer de la faz de la tierra.
El protagonista, el profesor Braumgartner es, hasta cierto punto, un trasunto literario de Paul Auster, sosias del esposo de Siri Hustvedt, al cual el autor trata con mucha benevolencia.
Braumgartner es un señor mayor, cuyas torpezas solo pueden hacer brotar la ternura en los lectores de la novela, que tiene vívido el recuerdo de su esposa fallecida, que también era escritora como lo es Siri Hustvedt, la viuda de Auster.
Llegado el momento, el profesor universitario dedicará la poca vitalidad que todavía tiene en hacer público el legado literario de su mujer Anna, intentando, de manera post mortem, que los lectores conozcan la obra literaria de su esposa fallecida.
Historia de una muerte anunciada

Aunque fue hace un año cuando la mujer de Paul Auster comunicó públicamente que su marido sufría de cáncer de pulmón, inclusive antes de el anuncio en el magma cultura de Nueva York ya se intuía que algo le pasaba.
El escritor había dejado de ser un asiduo de la vida cultural neoyorquina y estadounidense, espaciando cada vez más sus apariciones públicas.
En las contadas ocasiones en las que se dejaba ver mostraba un aspecto enfermizo, y era raro verlo participar en algún evento. El último fue el homenaje que la comunidad literaria neoyorquina dio a Salman Rushdie después del atentado que lo dejo maltrecho.
Nueva York latiendo en sus venas

Quizás Auster, en el ámbito literario, haya sido el autor que mejor ha sabido traducir el espíritu de la ciudad a su obra literaria.
Fue en los años 80 del pasado siglo cuando Auster, que procedía de la ciudad de Newark, que le había visto nacer, decidió mudarse al populoso distrito de Brooklyn.
El autor de Un hombre en la oscuridad convirtió Park Slope en su barrio, una geografía urbana conformada por calles bordeadas por robles con sus características casas de piedra rojiza.
Auster fue el primero, después serían multitud, de los escritores que decidieron avecindarse en el distrito de Brooklyn, lo que finalmente acabó configurado en distrito como uno de los principales polos culturales de la ciudad.
Un éxito que nunca le fue esquivo

El autor, que vivió algunos años en París – en Francia es considerado un ciudadano más de la República – obtuvo sus primeros premios literarios en la Ciudad de la Luz.
También tuvo la ocasión de ser casi galardonado en el Reino Unido, ya que su novela 4, 3, 2, 1 fue seleccionada para el Premio Man Booker, aunque finalmente no logró el galardón, siguiendo el mismo camino que otro escritor nacido en Newark, el también fallecido Phillip Roth.
En esa novela se narra la vida de Ferguson, un niño judío nacido en Newark en 1947, que es contada en la novela de cuatro maneras diferentes.
Posteriormente, a medida que su figura literaria se iba consolidando en su país de nacimiento, le llego el reconocimiento que se ha mantenido hasta hoy en día, y que seguramente se acrecentará con su muerte.
Literariamente, Auster despegó con La invención de la soledad, publicado en el año 1982, donde glosa la vida de su padre, fallecido por aquellas fechas, y la difícil relación que tuvo con él.
Con Ciudad de Cristal, su primera novela, tuvo que sudar sangre para lograr publicarla, ya que fue rechazada por 17 editoriales, hasta que finamente logró editarla en un pequeño sello editorial californiano.
Paradójicamente, Ciudad de Cristal se convertiría en el primer libro de su tan celebrada Trilogía de Nueva York. Dicha obra fue considerada como una de las 25 novelas más significativas en los últimos 100 años, según el suplemento literario de The New York Times.
Fuente – el diario / Wikipedia / Planeta de Libros / EL PAÍS
Imagen – Embajada de EEUU en Argentina / Billy Grace Ward / cultivar / Nany Mata / massmatt / David Berkowitz / juanedc









