El guerrero a la sombra del cerezo, samuráis desde Barbate

casitodaslasletras21052017

Un gaditano, David B. Gil, se ha atrevido a ambientar su novela “El guerrero a la sombra del cerezo” de escribir una novela ambientada en una de las épocas más apasionantes del Japón, los albores del siglo XVII, una época repleta de guerras civiles, intrigas palaciegas y revueltas políticas y religiosas

La influencia de la literatura japonesa en España ha ido mejorando con los años. De las primeras traducciones de obras del escritor japonés Eiji Yoshikawa que publicaba la editorial de Martínez Roca, hemos pasado a una omnipresencia de publicaciones de autores japoneses, como Yukio Mishima o Kenzaburo Oé.

Es por ello que nos debe de extrañar que El guerrero a la sombra del cerezo, haya sido escrito por un gaditano, eso sí, muy imbuido en la literatura y la cultura japonesa. El autor es David B. Gil, un escritor que siente devoción por la cultura japonesa y que se ha atrevido a hacer un ejercicio de ficción sobre una apasionante época histórica del Japón, la etapa de los samuráis.

David B. Gil confiesa que no se hubiese atrevido a escribir una novela histórica que hubiese estando ambientada en cualquier otra cultura. No se considera como un autor que pueda escribir ni sobre cualquier tema ni sobre cualquier época histórica.

Lo que sí ha demostrado que es capaz es de ser capaz de escribir en clave de otros géneros, como se puede constatar leyendo Hijos del dios binario, y también que es capaz de salir de su zona de confort para explorar nuevas formas de expresión.

Sin embargo se nota, leyendo El guerrero a la sombra del cerezo que autor siente devoción con por una época concreta de la historia del que fue el Imperio del Sol Naciente y por ello la aproximación del autor es desde una profunda humildad.

David B. Gil pretende también mostrar una historia fidedigna de lo que fue el Japón de inicios del siglo XVII, un país que comenzaba a ver la paz en lontananza después de más de dos siglos de guerras civiles intestinas.

Mostrar el verdadero ambiente de esa época histórica no es una tarea fácil: hay que saber transmitir al lector el costumbrismo de la época, la vida cotidiana y el espíritu del pueblo japonés, un pueblo siempre, pero más en aquella época, era un demos regido por la espiritualidad.

Conceptos propios de la época y también de un país permeado por los valores de la casta guerrera y la religión sintoísta: el concepto de la vida y la muerte, el sentimiento del deber, la dignidad y el sentimiento del amor para los japoneses de aquella época.

Además, esa concreta época de la historia del Japón tiene todo los ingredientes para la literatura con mayúsculas: batallas épicas, conspiraciones palaciegas, amores imposibles y revueltas sociales y religiosas.

Además, El guerrero a la sombra del cerezo, es una de las pocas novelas ambientadas en Japón en la cual el protagonista es japonés. Por lo general las novelas de este tipo escritas por extranjeros se suele utilizar un artificio consistente en que el protagonista siempre suele ser un extranjero.

Fuente: Zenda Libros    |    Imagen: Yoichi Nakanishi

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