Isabel Valdés retrata en “Violadas y muertas” un fiel retrato de lo que ha sido el caso de «La Manada» y su condena por abuso sexual, una sentencia que no se entiende y para que muchos juristas pidan una condena por agresión sexual. El libro también sirve para hacer una crónica de la revolución feminista que vivimos en los últimos años
Isabel Valdés, periodista de El País, relata en Violadas o muertas el levantamiento, imparable, de las mujeres contra la cultura de la violación, así como el desarrollo del feminismo que se ha producido en la sociedad española en los últimos años.
Una crónica del caso «La Manada» y también un alegato feminista
Algo a destacar del libro, según se ve, es el subtítulo que reza, «Un alegato contra todas las manadas (y sus cómplices)»; el libro es también una crónica completa de lo que sucedió en los Sanfermines del 2016 donde una joven fue violada por un grupo autodenominado «La Manada».
En las páginas del libro, también se hace una crónica detallada lo que fue el juicio contra los componentes de «La Manada»: José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Jesús Escudero, Ángel Boza y Antonio Manuel Guerrero, que resultaron condenados por abuso sexual.
El libro de esta periodista licenciada por la Universidad Complutense de Madrid, también es un alegato contra la cultura de la violación y el nuevo empuje que ha tenido el feminismo en España en los dos últimos años, producto del caso de «La Manada».
Razones de la viralidad del caso
Para Valdés, el caso se convirtió en mediático por las circunstancias que ha rodeado a los hechos: la víctima acaba de acceder a la mayoría de edad y la violación se produce en unas fiestas multitudinarias como son los sanfermines.
Además, antes de que el caso saltase a los titulares de prensa, se estaba gestando movimiento tectónico dentro del feminismo en España, para el que el caso ha servido de «caja de resonancia», y para la reivindicación del colectivo de mujeres.
Tal como cita la propia autora, “Es un retrato absoluto y sin ningún tipo de sombra de que aquello fue una violación. También es un alegato, un manifiesto, un grito contra todo lo malo y para todo lo bueno”.
Gorilas Alfa de «La Manada»
Lo abominable del caso se completa con la descripción de los que perpetran la violación: cinco individuos que doblan en tamaño a la víctima, una mujer que acaba de llegar a la mayoría de edad, y un militar y un guardia civil implicados.
Además, los integrantes de «La Manada» no tienen pábulo en grabar la violación en sus teléfonos móviles para posteriormente, para chacota de sus amigos, distribuir la «hazaña» a través de redes sociales como WhatsApp y Facebook.
En dichos grupos de WhatsApp de los que formaban parte los integrantes de «La Manada», se podía leer frases tan asquerosas como “Follándonos a una los cinco. Todo lo que cuente es poco. Puta pasada de viaje”
Falta de urdimbre entre la sociedad y la justicia
Una de las tesis del ensayo, es la desconexión que parece haber entre la sociedad y la justicia, y el que la sentencia no califique de violación unos hechos que a todas luces lo son, se convierte en una muestra más de la falta de visibilidad de muchas de las cosas que pasan a las mujeres.
Valdés está en contra de que se califique a los condenados como monstruos o perturbados, ya que de hacerlo se estaría hurtando que su comportamiento proviene de un trasfondo estructural de violencia que las mujeres llevan sufriendo siglos.
Una cultura de la violación
Se trata, poniendo «negro sobre blanco», del hecho de que, en unas estructuras mentales que se han reforzado y perpetuado durante siglos, y que establecen que la mujer pertenece al hombre.
Debido a ello, cualquier mujer que denuncia una agresión sexual es primeramente cuestionada, debido a lo cual muchas optan por no denunciar los hechos, e incluso, en los casos más graves, desisten de resistirse a una violación, ya que otro de sus miedos es acabar asesinadas.
Un problema de índole educativo
Para Valdés, la única manera de acabar con un machismo estructural, cimentado durante siglos, es la educación, único camino para acabar con los estereotipos, que todavía hoy, consideran que la mujer es propiedad del hombre y que debe de estar subordinada a él.
En el libro, la autora también explica la cronología por la cual, poco a poco, las mujeres han aprendido a canalizar la rabia que les supone vivir en una sociedad hetero patriarcal, y también a organizarse para luchar por sus derechos.
Si algo han demostrado las últimas luchas del movimiento feminista – Huelga feminista del ocho de marzo ó las movilizaciones contra la sentencia de «La Manada» – es que, tal como recoge Valdés en su libro, “No vamos a ceder espacio, ya no. Nuestra revolución camina, a ratos lenta y a ratos desbocada, pero blindada, en bloque, sin repliegues. E imparable. Bienvenidas a la resistencia”.
Ecosistema feminista
En Violadas y muertas, libro que ha sido prologado por Cristina Almeida y de cuyo epílogo se ha encargado la alcaldesa de Madrid, Manuela Cármena, también vamos a encontrar un fiel retrato de lo que han sido la huelga feminista del 8M y el manifiesto No sin mujeres de un nutrido grupo de actrices francesas.
El texto tampoco podía soslayar tratar el nuevo despertar del movimiento feminista en Estados Unidos alrededor de #MeToo, y en pasajes del libro también encontramos una invitación a todas las mujeres que lean Violadas y muertas, a sumarse a la nueva revolución.
Una revolución, evoca la autora, que ha creado una maya de seguridad para las mujeres que da de sobra para caminar, aunque todavía no sin miedo, como se puede leer en un pasaje del texto.
Con intervención destacada de Cristina Almeida y Manuela Cármena
La conocidísima abogada feminista Cristina Almeida, escribe en prólogo del libro que espera que tras el caso «La Manada» se modifique el Código Penal, en la que participe expertos en violencia contra las mujeres, que eviten el sin dios jurídico que supone que la sentencia, ante la que cabe recurso, no sea de abuso sexual.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Cármena, es la encargada del epílogo del libro, que aboga a que las sentencias sean comprensibles para alguien lego en derecho, y si no es así, los jueces realicen una labor pedagógica con las mismas.
La alcaldesa de Madrid se pregunta cómo es posible que los cinco jóvenes andaluces – «La Manada» – no fueran conscientes de que estaban utilizando a una mujer como si se tratara de un mero objeto con orificios varios.
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