Ciencia ficción pagada al peso

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Con unos orígenes modestos, Phillip K. Dick se convirtió en un clásico de la literatura fantástica, cuya vida novela Emmanuele Carrére en Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos, que publica la editorial Anagrama, en donde podremos aprender más de este genio aquejado de enfermedad mental

Estos días aparece en las librerías una biografía, firmada por Emmanuel Carrére, de Philip K. Dick (1928-1982), un escritor de ciencia ficción, más conocido por sus obras, que por su biografía.

La lista de películas cuyos guiones se han basado en las historias que novelaba Philip K. Dick es luenga: El hombre en el castillo, Electric Dreams, Desafío Total, Minority Report o A scanner darkly.

Cobrando muy poco por sus textos, con el paso de las décadas se le reconoció su valía, llegando a consagrarse como un escritor de culto, para finalmente entrar en los anales de la contracultura estadounidense.

Una biografía rescatada de Carrére

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El escritor parisino abundó en la biografía de ese genio incomprendido que fue Philip K. Dick en Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos del sello editorial Anagrama, en lo que se configuró como un híbrido entre una novela de no – ficción y un ensayo literario.

Un libro basado en sus novelas

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Carreré, a la hora de documentarse para escribir sobre el «mago» de la ciencia ficción, no ha tenido empacho en utilizar las novelas del escritor fallecido en California.

Novelas como El hombre en el castillo, Tiempo desarticulado, Ubik, Los tres estigmas de Eldrich Palmer, unas novelas que hasta cierto punto tenían que ver con la vida del autor.

Dick ha alcanzado el estrellato más de veinte años después de su muerte, y eso ha sido posible porque muchas de las series que devoramos están basadas en sus libros.

En ese sentido Philip K. Dick fue un adelantado a la posmodernidad que ahora vivimos, y toca uno de los temas más actuales, como es la angustia existencial, que él muestra en mundos repletos de robots y androides.

Una personalidad sumamente compleja

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Esa personalidad poliédrica del genio norteamericano de la ciencia ficción es la que intenta desentrañar Emmanuel Carrère en Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos, donde vamos a ver todos los poliedros de su personalidad.

Philip K. Dick era capaz de enlazar maratonianas sesiones de escritura en las cuales, para resistir tantas horas de trabajo, utilizaba anfetaminas como estimulantes, por no hablar de las raras amistades que frecuentaba.

Desde místicos que eran capaces de adivinar en Dick sus vidas pasadas, hasta un agente del FBI que investigaba la posible filiación comunista de su novia, todo tipo de amistada cabía en su vida.

Una vida poco habitual

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La ficción que imprimió a sus obras literarias tuvo también su correlato en una vida llena de sobresaltos y absolutamente atípica.

Dick era un hombre trastornado y obsesivo, que sumó varios intentos de suicidio a su biografía, por lo demás poco habitual, llegando a veces al delirio.

Su personalidad manipuladora, con la cual la más de las veces tomaba el control de sus terapeutas, hizo que, en plena crisis paranoica, lograse que a la que ingresasen fuese a mujer, por indicación de Dick.

Por otro lado, a hacer más llevadera su enfermedad mental, en nada ayudaba que el autor de, entre otras, A scanner darkly, hiciese un uso libérrimo de todo tipo de drogas, lo que muchas veces acrecentaba sus problemas psiquiátricos.

Es muy probable que fuese su mente alucinada la que le permitiese crear mundos distópicos, repletos de androides, humanoides y un futuro inquietante, que por el momento no se ha hecho presente.

Convertido en un éxito

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Aunque la mayor parte de su obra se publicó en revistas marginales y alejadas de la alta cultura, hoy se puede decir sin temor a equivocarnos que Philip K. Dick se ha convertido en un clásico dentro del género de la ciencia ficción.

La repercusión de Philip K. Dick ha sido tan importante que inclusive la Library of America ha publicado ya tres volúmenes con una buena parte de su obra.

Algunos de los más reconocidos escritores de ciencia ficción, como el caso del polaco Stanislaw Lem, autor de libros primordiales del género, como La nebulosa de Magallanes, llegó a demostrar casi devoción por los libros de Dick.

En uno de sus delirios, Dick llego a ponerse en contacto con el FBI, denunciando que un supuesto colectivo Lem estaba intentando captarlo para el comunismo.

Minotauro, punta de lanza en España

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Ediciones Minotauro es el sello que se está encargando de, poco a poco, publicar muchas de las obras de ciencia ficción de Dick, la última de ellas, Podemos fabricarte, a la que se le puede calificar como una obra de madurez del escritor nacido en Chicago en el año 1928.

El argumento, hilarante, como casi toda su producción nos lleva a una fábrica de instrumentos musicales, que, ante el peligro de la competencia, decide comenzar a fabricar humanoides, que adoptarán la personalidad de héroes de la Guerra de Secesión.

Con un registro muy parecido al de la novela negra, nos encontraremos con un buen número de traiciones, femmes fatale de clara influencia dicquesiana y oligarcas de dudosa ética.

Con esa conexión entre el género fantástico y el género negro, el autor de El hombre en el castillo intenta dar una explicación al capitalismo norteamericano, todo ello aderezado con dudas existenciales de lo más hondo.

Fuente – El Diario / Emmanuel Carreré en Wikipedia / Phillip K. Dick en Wikipedia / Stanislam Lew en Wikipedia / Ediciones Minotauro

Imagen – Stefans / Thierry Ehrman / 1950s unlimited / Hindi Fan Share / Sakeeb Sabakka / ID Number THX 1139 /

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