El archivo de Beatriz de Moura acaba de pasar a ser posesión de la Biblioteca Nacional. En esa historia viva de la literatura española de los últimos cincuenta años podemos aprender de la relación, a caballo entre una editora y una amiga, que mantuvo con «primeros espadas» de la literatura en español: Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Fernando Aramburu
Se desclasifican ahora los archivos de Beatriz de Moura, que, conjuntamente con Óscar Tusquets, fundase en el año 1969 Tusquets Editores.
En el archivo se puede ver que además de una relación de tipo profesional, de Moura mantuvo también una intensa relación personal con escritores de primera talla como puedan ser Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez o Fernando Aramburu.
Una intensa relación epistolar
En el archivo de la hispano – brasileña hay una enorme cantidad de misivas de la relación epistolar que mantuvo con algunos de sus escritores representados.
En una de esas cartas se puede ver como un jovencísimo Mario Vargas Llosa se queja ante Moura de que los escritores peruanos contemporáneos a él se “han vendido al poder”.
En el archivo también encontramos otra carta en la que Beatriz de Moura le pide a Gabriel García Márquez, en el año 1976, para que se convierta, sobre el papel, en su «socio» para poder captar inversionistas.
En esa época Moura le confiesa a Gabo que necesitaba millón y medio de pesetas, para mantener el negocio, ya que todavía Tusquets Editores no se había convertido en la empresa boyante que sería pocos años después.
Salida abrupta de Lumen
En el archivo de la que fuera editora de Tusquets Editores también es posible rastrear los orígenes de la editorial, precisamente en una carta que la traductora que se tituló en Suiza, se «confiesa» con el peruano Vargas Llosa.
En la misiva le explica, a grandes rasgos, la salida de Lumen de su marido, Óscar Tusquets y de ella misma, por una desavenencia económica con la hermana de su cónyuge.
En el texto le habla de la fundación de la pequeña editorial que un día fue Tusquets Editores, un año antes de entrar en la década de los años 70 del pasado siglo.
Donación a la Biblioteca Nacional
Todo esto, y mucho más, se puede leer en las muchas cajas de documentación del más variado «pelaje» que conforman el archivo de Beatriz de Moura y que tal como ella quiso ha pasado a formar parte del archivo de la Biblioteca Nacional.
La intención de la institución que preside Ana Santos Aramburo es la de digitalizar todo el archivo de la editora de Tusquets Editores, aunque todavía no hay una fecha para todo ello.
Como manejar magistralmente una editorial
En la abultada correspondencia que forma parte del archivo, los investigadores podrán aprender cómo era capaz de mantener una relación profesional, con los cada día que pasaba mayor número de escritores, sin de dejar de trabajar la relación personal.
Si por algo destacó Beatriz de Moura es por la «mano izquierda» que supo utilizar para que las negociaciones sobre porcentajes y derechos de autor, no empañase la relación casi amical que mantenía con la mayoría de los escritores con los que trabajaba.
Un selecto grupo de cartas nos muestran el amor que la Beatriz de Moura y su marido, Óscar Tusquets, tenían por la literatura.
Inclusive Beatriz de Moura envía una carta en la cual pide a Mario Vargas Llosa un texto para poder publicarlo en la incipiente editorial, a lo que Vargas Llosa le envía Cuadernos marginales
Relato de un náufrago, un antes y un después
El relato de Gabriel García Márquez supuso un antes y un después, casi un parteaguas, en la historia de la editorial.
Tusquets Editores logró con ello una rentabilidad que ni se imaginaba, lo que les permitió pasar de la provisionalidad más flagrante a convertirse en una editorial con un mediano pasar, al menos para lo que eran los estándares de la época.
A medida que iba pasando el tiempo, el buen «olfato» de Beatriz de Moura, iba logrando incorporar al catálogo de Tusquets a escritores incipientes que en pocos años pasarían a formar parte del Parnaso de las Letras.
Incorporaron a Samuel Beckett a su «escudería» y pocos meses después gano el Premio Nobel de Literatura, publicando Residua, un compendio de sus textos breves, que tuvo un gran éxito de crítica y de público.
Cuadernos marginales, un «parto» complicado
La obra, si se puede llamarla así, es producto de una conferencia universitaria que dio Vargas Llosa, y a pesar de su brevedad, no supera las 40 cuartillas, tuvo un proceso de producción largo y laborioso.
La edición llevó aproximadamente dos años, debido a que tanto el escritor peruano como la editora estaban sumamente ocupados en aquella época, e inclusive, a punto de publicarse, recibió una corrección puntillosa del actual marido de Isabel Presley.
A finales del año 1971, el autor peruano se pone «picajoso» y solicita, por ejemplo, que se cambie el diseño gráfico de la portada, y también una nueva corrección del texto.
El autor de, entre otras, Conversaciones en la Catedral, se queja que cuando los tipógrafos corrigen un error de composición en las «cajas», suelen «adornar» el texto con algunos gazapos más.
Inclusive se muestra ufano por el hecho de que los 20.000 ejemplares de la primera «tirada» se agotarán en muy pocos días, cosa en la que Vargas Llosa acertó.
Gabo, un duro negociador
A Gabriel García Márquez, su fama de duro negociador con las editoriales le precedía, y en las negociaciones de los derechos de Relato de un Náufrago no fue menos.
En una carta que envió a la madre de todos los agentes literarios, nos referimos a Carmen Balcells, le contaba que el aracataqueño le pedía un 15% por derechos de autor, algo que ningún escritor, inclusive en Lumen, había exigido nunca antes.
Fernando Aramburu, también de la «escudería» de Tusquets
El celebrado autor de Patria lleva «perteneciendo» a Tusquets casi desde los comienzos de la aventura empresarial.
La relación entre Aramburu y Beatriz de Moura fue más una historia de deslumbramiento mutuo que una relación estándar entre una editora y uno de sus escritores.
De cualquiera de las maneras Aramburu era firme cuando tenía que reivindicar sus derechos, como aquella vez que se quejaba amargamente de que nadie de la editorial le había informado de la fecha de presentación de un libro.
El libro no era otro que Bami sin sombra y la ciudad donde se presentaba era México Distrito Federal, aunque la respuesta de la editora le tranquilizó.
Lo primero que respondió Beatriz de Moura al autor donostiarra, en cuanto el posoperatorio se lo permitió, es que nunca nadie le iba a estafar en Tusquets Editores.
Además, le informaba que debido al desbarajuste que todos los años provocaba la Feria de Fráncfort, se les había traspapelado la edición.
Historia viva de la literatura española de cinco décadas
El impresionante archivo de Beatriz de Moura se compone de 146 cajas con todo tipo de documentos que abarca 50 años de edición en España y donde hay información de 99 escritores.
El archivo también da para contener 547 manuscritos originales, parte de los cuales posteriormente fueron celebérrimos volúmenes que produjeron muchos beneficios para la editorial y sus autores.
Entre los escritores españoles que han formado, y forman todavía parte, de la «escudería» de Tusquets Editores, nos encontramos con Almudena Grandes, Luis Landero, Jorge Semprún o Enrique Vila – Matas.
En cuanto a traducciones de escritores allende las fronteras españolas, en Tusquets Editores se puede leer a Malcolm Lawry, John Irving, Leonardo Sciascia, Émile Zola, Adolfo Bioy Casares, Leonardo Padura, Emil Cioran, Reinaldo Arenas o Milan Kundera.
Fuente – LA VANGUARDIA / Tusquets Editores en Wikipedia / BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA / Beatriz de Moura en Wikipedia / Mario Vargas Llosa en Wikipedia / Fernando Aramburu en Wikipedia
Imagen – Embajada de EE. UU. en la Argentina / needpix / megustaleer / Biblioteca Nacional de España / Grupo Planeta en Wikipedia / Edward Ocampo – Gooding / Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires / Chris Potter / DONOSTIA KULTURA / Corrie Barklimore