Con el nuevo título Almudena Grandes llega al ecuador de su proyecto sobre la guerra civil, después de haber publicado “El lector de Julio Verne” la primera novela de la trilogía. En esta nueva entrega nos encontraremos en el Madrid de la posguerra con todo lo que ello provocó: hambre, delaciones e historias terribles; una realidad que ninguna de las series televisivas que tocan esa época se ha atrevido a reproducir.
De hecho la mayor parte de las series de televisión que se ha desarrollado temporalmente en la posguerra dan incluso una imagen glamurosa de una época en la cual no había casi problemas, cuando más de la mitad de la población estaba represaliada por Roja y la hambruna, la carestía y la miseria se enseñoreaba del país. Almudena Grandes llega incluso a calificar de miserable la verdad de España en aquella época.
Publicado como en Tusquets como la novela anterior, y como la siguiente, Almudena Grandes recurre a la ficción pero para representar fielmente la realidad de los años 40 y 50 en España. La protagonista, Manolita, es una chica del montón que le sirve a la escritora madrileña para mostrar cual era la vida de los represaliados republicanos, la heroicidad de persona comunes y en definitiva la historia de unos amigos de un barrio de Madrid que tienen que sortear el hambre, la represión franquista, el odio y las detenciones arbitrarias.
A lo largo de las más de 700 páginas del libro también tendremos ocasión de leer sobre amor y solidaridad: desde la cobertura que dan desde un tablao flamenco al hermano, miembro de las JSU, de Manolita hasta las colas de mujeres a las puertas de la cárcel para ver a los presos políticos.
Almudena Grandes ha escrito este libro a partir de retazos de realidad que tuvieron que vivir presos políticos y familiares de republicanos represaliados por el franquismo. Uno de esos retazos proviene de un cura de la cárcel de Porlier, que se hizo de oro vendiendo derechos de “bis a bis”. Otro de esos retazos de realidad proviene de una noticia que contaba la historia de cómo el PCE introdujo en España una multicopista y dos máquinas de escribir.
Ninguno de los miembros de la célula de propaganda para los cuales estaba destinado el cargamento de la multicopista y las dos máquinas de escribir supo nunca cómo usarlas por lo que la policía las requisó sin que hubiesen producido ni una sola octavilla.
La última historia que ha configurado tal como es “Las tres bodas de Doña Manolita” es la biografía de una hija de republicanos que cuando contaba 14 años, en 1941, fue enviada a un colegio religioso de Bilbao como chica para todo hasta que sus padres expiasen su condena por haber defendido el gobierno constitucional de este país en el año 1936.
Algo que conmocionó a Grandes mientras escribía la novela es que el franquismo dio por bueno que las penas de los padres los tuviesen que pagar también sus hijos. Con esas tres historias hilvanó esta nueva novela en la cual, y aunque como la autora dice “muere hasta el apuntador” no es una novela que se pueda calificar como violenta.
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Fuente – La información
Imagen – Corey Leopold