La crisis llega también al libro infantil y juvenil

casitodaslasletras10072014

Hasta ahora la literatura infantil y juvenil había resistido, mal que bien, la crisis de ventas de la que adolece todo el complejo editorial español, sin embargo el descenso de las ventas también ha llegado como a otros géneros. Entre los motivos que explican el descenso de ventas de la literatura infantil y juvenil se encuentra el descenso de las compras de volúmenes para diferentes tipos de bibliotecas y la descontinuación de diversas sagas literarias.

Hasta hace relativamente poco tiempo éramos testigos de cómo mientras el libro generalista estaba aquejado de un descenso profundo y continuado de las ventas, el libro infantil y juvenil no solo mantenía las ventas sino que las aumentaba. Entre las causas que explican el descenso de ventas de esos géneros, además de los ya apuntados, se encuentra la bajada del consumo y el cambio de hábitos lectores de nuestros niños y jóvenes, que desgraciadamente, y como el resto de los grupos de edad, cada día leen menos.

Hasta el año 2012 la tendencia en el libro infantil y juvenil era un constante crecimiento en las ventas lo que permitía a los creadores desarrollar esa literatura desde en álbumes ilustrados hasta sagas de fantasía. Llegados al 2012 las tornas cambiaron y las ventas entraron en barrena, con un descenso de la cifra de negocio mucho más pronunciada que el resto del sector.

Debemos de recordar que hace solo 10 años el sector del libro infantil y juvenil mostraba una solidez que para sí hubiesen querido otros géneros. Sagas como Harry Potter o Memorias de Idún no hacían sino batir records de ventas con cada nuevo libro que publicaban. El género infantil y juvenil buscaba atraer a los jóvenes lectores aplicando técnicas de marketing de otro tipo de literatura, después de que padres y profesores perdieran la función de prescriptores ante las querencias de niños y jóvenes.

Mucho daño a la literatura infantil y juvenil ha hecho que el Sistema Nacional de Bibliotecas lleve más de 2 años sin comprar casi libros. Antes de la crisis, solo las bibliotecas que dependían del gobierno nacional llegaban a gastar hasta 30 millones de euros en adquisición de nuevas obras. En esas condiciones el trozo de pastel estaba asegurado para los libros infantiles y juveniles.

Para botón de muestra el parecer de Esther Madroñero, gerente de la librería especializada en literatura infantil y juvenil Kikúru y La Bruja, que asegura que antes de la crisis la mayoría de las familias que se pasaban los sábados por la librería compraban una media de 5 libros, cuando ahora lo más habitual es que solo salgan con uno bajo el brazo. Eso en un contexto en el que más del 50% de los hogares españoles confiesan que llegan con estrecheces a final de mes.

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Fuente  – Diario El País

Imagen – Official U.S. Navy Imagery

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