En “Dónde los escorpiones” nos encontramos con la novena entrega de la serie de novelas protagonizadas por los guardias civiles Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, que en esta ocasión deberán desentrañar el asesinato de un soldado español en Afganistán, como arma homicida un “lohar” una especie de guadaña que se utiliza para cortar la amapola, de la cual se extrae la heroína
En esta novena entrega de la saga creada por Lorenzo Silva, los dos investigadores son enviados a Afganistán en lo que supone la novena entrega de la saga. La trama se centra en la investigación de un asesinato en la base internacional de Herat.
El título de la nueva entrega, Donde los escorpiones, tienen que ver con el hecho que geográficamente la base internacional de Herat se encuentra enclavada en una zona en la cual abundan los escorpiones, unos pequeños arácnidos cuya picadura resulta muchas veces mortal.
Afganistán, es un país que ha tenido desde hace miles de años un hechizo especial que le ha permitido formar parte de varios imperios, siendo el primero de ellos el de Carlomagno. Es por ello que Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha enviado a los guardias civiles Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro a investigar el asesinato de un soldado español.
Lo más destacado del asesinato es que el arma homicida fue un lohar, una suerte de hoz iraquí con la cual se cortan las amapolas, la materia prima con la cual se elabora la heroína, industria que desde siglos es un de las actividades económicas más importantes para los afganos.
Los dos guardias civiles tendrán que descubrir quién o quienes han sido los asesinos. Los candidatos son muchos: otro soldado español, algún soldado del contingente internacional o inclusive un afgano.
Afganistán, y en concreto la base internacional de Herat, no es un destino cómodo para cualquier occidental. A lo inhóspito del territorio, polvoriento y con unas temperaturas máximas difícilmente soportables para alguien no nacido entre esos riscos que caracterizan el país, se une la hostilidad de la población aborigen.
Además poco ayuda que la población ha sido manifiestamente hostil a cualquiera que los ha intentado sojuzgar, ya sean las falanges macedónicas de Alejandro Magno, o los ejércitos de Estados Unidos.
Herat, en sus orígenes fue una fortaleza construida por Alejandro Magno como acuartelamiento para sus tropas, y con la Guerra de Afganistán se convirtió en un enclave con el cual el ejército norteamericano pretendió controlar el territorio circundante.
Bevilacqua y a Chamorro son enviados a Irak por la UCO (Unidad Central Operativa) para investigar el asesinato de un soldado español, en una investigación que supera con mucho las capacidades del contingente español acuartelado en la base de Herat.
Todos los guardias civiles que han sido destinados allí coinciden en que, de facto, lo que hay allí es una guerra, aunque nadie la haya declarado formalmente. Por ello, Lorenzo Silva ha caracterizado al soldado asesinado como un veterano de las misiones internacionales de España en Irak y Afganistán.
Con ello Silva ha querido subrayar la tendencia de los políticos y los medios de comunicación de dulcificar la presencia militar española, como misiones internacionales, cuándo España tiene desplegadas tropas en muchos de los lugares más peligrosos del mundo.
Más información – Pamplona y el Género Negro
Fuente – Abc
Imagen – Resolute Support Media