Hace ya cuatro siglos que falleció el que fue calificado como Fénix de los ingenios, y Madrid se «viste de largo» para celebrar al genio que pasa por ser uno de los dramaturgos más geniales del bien denominado Siglo de Oro.
Entre los actos a celebrar en la capital del estado se encuentra una exposición, una biografía de reciente publicación y la puesta en escena de El castigo sin venganza, una de sus más celebérrimas obras dramáticas.
A pesar de que muchos biógrafos, de «brocha gorda» la realidad es que gozó de una personalidad extraordinariamente compleja y contradictoria, además de una enorme capacidad de trabajo.
Un autor lleno de tópicos
Son quizás los lugares comunes, como tildarlo de mujeriego y frívolo, los que han llegado al gran público, a pesar de que de joven pendenciero acabó, en su madurez, siendo ordenado sacerdote.
De su pletórica capacidad de trabajo, quedan muestras de comedias que escribió al completo en menos de 24 horas, por lo que su producción dramática supera varios centenares de obras, que en su gran mayoría fueron grandes éxitos.
La realidad es que reducir Lope de Vega a unos pocos lugares comunes es imposible debido a la proteica, llena de matices y compleja personalidad del que fuera padre de hasta trece retoños.
De hecho, tal era su capacidad de trabajo que escribía sus obras literarias en los lugares más dispares: comiendo, en la cama o incluso cuando paseaba.
Nueva biografía en Cátedra y exposición en la Biblioteca Nacional
Escrita por el profesor Antonio Sánchez Giménez, que ejerce la docencia en la universidad de Neuchatel (Suiza), con Lope, el verso y la vida, nos encontramos con una rigurosa biografía que solazará desde los estudiosos del Fénix de los ingenios a los simples aficionados al género biográfico.
Al mismo tiempo, se está celebrando una exposición de Lope de Vega, en la Biblioteca Nacional, en la cual entronca la figura y vida del genio con el Siglo de Oro de las Letras Españolas.
Por si estas celebraciones del autor de El peregrino en su patria no fuesen suficientes, está programada la obra El Castigo sin Venganza, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que pasa por ser una de las más celebradas obras de este escritor de teatro barroco.
Una vida de genio muy documentada
Antonio Sánchez Giménez, el autor de la última biografía de Lope, se encontró con que la vida del literato estaba profusamente documentada, con una enorme cantidad de detalles que permitían seguir la vida del escritor casi día a día.
El principal rastro de la obra y milagros del este sacerdote tardío es la ingente correspondencia que mantuvo con la «flor y nata» de la sociedad española de su época.
Es precisamente esa correspondencia la que ha permitido desechar que el amigo de Francisco de Quevedo tuviese a su servicio lo que en el argot literario se conoce como «negros», esto es, personas que escribieron su ingente producción literaria.
De hecho, Sánchez Giménez califica como grafómano a Lope. De hecho, la versión digital del diccionario de la RAE califica como grafomanía como manía irresistible de escribir, de manera que eso explicaría su abultada producción literaria.
Un autor popular entre sus coetáneos
Su éxito fue colosal entres sus coetáneos, siendo aclamado con igual entusiasmo en la Corte como en las Corralas.
Su éxito era tal, que eran los propios empresarios teatrales los que lo buscaban para contratar cualquier comedia, drama o entremés que acabase de escribir, muchas veces antes incluso de haber evaluado lo «comercial» que podía ser el texto.
Muchas veces solo con el aserto de “es de Lope”, hablaba inclusive antes de haber valorado el texto, de la calidad de mismo y de los pingües negocios que empresarios de teatro y editores podían realizar con el mismo.
Un hombre apasionado
Como en el resto de las facetas de su vida, en el amor también fue un hombre apasionado y pródigo en descendencia, hay documentados hasta 15 descendientes, producto de dos matrimonios y un sinnúmero de romances.
En parte por su disoluta vida, sufrió destierros, cárcel y castigos, pero fue precisamente esa vida que hoy podríamos calificar como bohemia, la que fue una insondable fuente de inspiración para sus obras dramáticas, novelas e incontables versos.
Después de «haber puesto una pica en Flandes», incomprensiblemente en el año 1614 fue ordenado sacerdote, a los 52 años, después de fallecimiento de su segunda mujer, Juana Guardo.
Sin embargo, su dignidad eclesiástica no fue óbice para que siguiera manteniendo aventuras amorosas, siendo una de las más sonadas la que mantuvo con Marte Nevares, al que se puede calificar como uno de sus grandes amores.
Ante todo, autor teatral
Quizás haya sido su producción dramática la que mayor impronta ha dejado en las letras hispanas.
Ya desde bien joven las gozó de las mieles de triunfo con obras, por citar solo las más celebérrimas, como Los locos de Valencia, La Arcadia, El caballero de Olmedo, El perro del Hortelano o Fuenteovejuna.
En esa estela del éxito se encuentra El castigo sin venganza, que será representada hasta el 9 de febrero por la Compañía Nacional de Teatro Clásico bajo la dirección de Helena Pimienta.
A pesar de todos los oropeles que perlaron su vida, Lope no dejó en ningún momento de ser un hombre inseguro, celoso en el amor y en su profesión, e impermeable a las críticas.
En el interior de una personalidad sociable, nos encontramos con un Lope solitario con un alto grado de introspección en una persona atormentada.
En una España donde no había ascensor social
Nacido en la clase media, con un padre bordador de cierto prestigio en la capital de España, Lope de Vega siempre tuvo un interés manifiesto de ascenso social, donde un plebeyo como él, en la rígida estructura social en la España de los Austrias, tenía muy limitadas las posibilidades de ascender en el escalafón.
Tal como aparece bien reflejado en Lope, el verso y la vida, la rígida estructura social organizaba a la población solo en dos estamentos: plebeyos y nobles.
La imposibilidad de lograr llegar al estamento noble hizo que Lope fuera un hombre frustrado a pesar de su éxito profesional y la «buena estrella» que le acompañó toda su vida.
En algunas de sus obras dramáticas, como es el caso de Peribañez y el comendador de Ocaña encontramos una critica acerada a ese determinismo social que impidió a Lope lograr un título nobiliario.
De hecho, su entierro se convirtió en un acontecimiento social de primer orden, con unas calles que atestadas con ciudadanos de la Villa y Corte que querían dar su último adiós al que con razón fue definido como Fénix de los ingenios.
Fuente – El Diario / Wikipedia
Imagen – manuel m. v. / Zakarbal / Francisco Anzola / J B / Almagro / –JvL- / Ana Karenina /