Se publica ahora en castellano Otis Redding: una vida inacabada, del fallecido, pereció en accidente de avioneta con solo 26 años, de uno de los «grandes» del soul, un continuador del que hizo popular esa música surgida en las plantaciones de esclavos del Sur, Sam Cook
La colosal vida de uno de los principales creadores de rhythm and blues, Otis Redding, llega ahora a los expositores de las librerías de nuestro país, bajo el título de Otis Redding: una vida inacabada, editada por el sello Editorial Neo Sounds.
Como bien refrenda el título, se trató de una vida inacabada, que de haberse podido desplegar en plenitud habría hecho entrar a Redding en el Olimpo de los músicos de todos los tiempos.
Sin embargo, no pudo ser, debido a que falleció inopinadamente en un accidente de avioneta en el año 1967 en Wisconsin malogró su carrera cuando solo contaba a los 26 años.
Un cantante de éxito
A pesar de que seguramente su muerte privó a la música pop norteamericana de un cantante con un gran recorrido, con solo un cuarto de siglo logró el reconocimiento unánime tanto de la crítica como del público.
Además, su éxito se labró a partir de un pequeño sello independiente, Stax Records, y para esos años, estamos hablando de mediados de los años sesenta del pasado siglo, ya estaba instalado, con su mujer y sus tres hijos, en un rancho de 110 hectáreas.
Músico de culto
Por suerte o por desgracia, la figura de Otis Redding ha corrido la suerte de todo artista que fallece joven, esto es, pronto, independientemente de la repercusión que tuviese en su época, sus biografías toman el aspecto de hagiografías.
En Otis Redding: una vida inacabada nos encontramos con una contundente biografía de manos del periodista Jonathan Gould, que une a su profesión de plumilla, el ser también músico.
Es gracias a la traducción que ha realizado el sello editorial Neo Sound que podemos leer este interesante libro en el idioma de Cervantes.
La vida de Redding, también es un buen epítome de lo que suponía ser de raza negra en el Sur de los Estados Unidos, con todo lo que tenía de discriminación racial y en un momento en que los líderes de la comunidad negra, caso del malogrado Martín Luther King, luchaba por algo tan básico como que la comunidad afroamericana pudiese ejercer su derecho al voto.
Grandes críticas a Stax Records
Gould, al hablar de la discográfica que catapultó a Redding al éxito, Stax Records, no ahorra críticas, destacando al «miopía musical» de su fundador, Jim Stewart.
Esa «miopía» se manifestó en no contratar a un buen grupo de letristas y músicos que con su creatividad pudiesen «alimentar» musicalmente a los grandes cantantes que tenía contratados, como es el caso de Otis Redding.
Por otro lado, Stewart tenía fobia a lo que en los años sesenta del pasado siglo se podía calificar como «alta tecnología»; por ejemplo, con la estereofonía aceptada ya con estándar por las discográficas, se empeñaba en seguir grabando en monoaural.
Artistas con «mucha escuela»
A pesar de la mala visión de futuro que tenían en Stax Records, como no realizar mantenimiento de sus equipos tecnológicos, los cantantes que estaban en nómina suplían dichas carencias con una gran profesionalidad.
Tanto era así que Otis Redding y sus compañeros eran capaces de utilizar la intuición para hacer «arreglos» improvisados mientras grababan las canciones, de manera que suplían la ineptitud técnica que era generalizada en la discográfica.
En una época en la cual el grueso de los ingresos que lograban era haciendo giras a lo largo y ancho de todo el país, la grabación de discos era simplemente una obligación, de manera que los singles sirviesen de apoyo publicitario para el artista de turno.
Un buen relaciones públicas
Además de artista, Redding dominaba el arte, así se puede calificar, de siendo afrodescendiente tener capacidad de interlocución con la minoría blanca que detentaba el poder en los estados del Sur.
De hecho, Redding se buscó un músico blanco, su guitarrista Steve Crooper, para poder proyectar música más allá de la comunidad negra sureña en la que había nacido.
De hecho, Crooper era un buen ejemplo, como había muchos, de blanco «hechizado» por la música de color, pero que formaba parte de esa mayoría de sureños, de ascendencia blanca, a los que le parecía de maravilla el apartheid que se vivía en aquellos años.
Al propio Redding se le atribuye una frase que rezaba que las relaciones interraciales en el Sur eran perfectas hasta que llegó el reverendo King reivindicando los derechos civiles para la amplia comunidad afrodescendiente.
Siguiendo la estela de Sam Cook
Quizás fue el primer cantante que tuvo éxito con este género musical que empezó a ser cultivado en las grandes plantaciones de algodón en el Sur de los Estados Unidos por los afrodescendientes que recogían ese «oro blanco».
Este hijo de un reverendo protestante, demostró desde bien pronto, una vez que su familia se había mudado a Chicago, una voz angelical, que durante su niñez adornaba las canciones del coro de la iglesia donde predicaba su padre.
Éxito a partir de 1950
Es cuando «explota» el fenómeno Sam Cook, a raíz de integrarse en el quinteto, aunque en aquella época ese grupo vocal cantaba fundamentalmente góspel.
Pronto fue «tentado» por representas de discográficas, aunque para poder grabar con ellas, sin perder su puesto en una formación ligada a la iglesia como The Soul Stirrers, comienza cantando con el nombre supuesto de Dale Cooke.
Su primer contrato con una discográfica fue con Keen Records, y su primer éxito con esa productora sería la canción You send me.
Ascenso meteórico
A partir de ahí todo fueron éxitos y exposición mediática, siendo unos de los interpretes afrodescendientes que más proyección en la industria tenía en aquella época, con incesantes intervenciones en radio y en una incipiente televisión.
De hecho, durante su carrera fue comparado, siempre con intenciones elogiosas, con grandes intérpretes de la música popular norteamericana. Entre otras comparaciones, se lo denominó el «Sinatra negro», el «Elvis negro» y hasta como el «Nat King Cole del soul».
Un Cook bien relacionado
Además de ser un intérprete de éxito, Cook también cultivo relaciones de amistad, o al menos relaciones públicas, con otros astros de la Norteamérica de los años sesenta y setenta del pasado siglo.
El mismo Elvis Presley pidió conocerle, y entre sus «amigos» encontramos a personajes tan relevantes como Muhammad Alí, conocido antes de su conversión al islam como Cassius Clay.
También cultivó «amistades peligrosas» dentro de la comunidad afrodescendiente, como el caso de Malcom X, un activista negro, apóstol de la violencia como arma política, que falleció asesinado en la «guerra» que mantenía con la Nación del islam del reverendo Louis Farrakhan.
Fuente – EL PAÍS / Otis Redding en Wikipedia / Nación del Islam en Wikipedia / The Soul Stirrers en Wikipedia / LA NACION / Muhammad Alí en Wikipedia
Imagen – Billboard / Stax Museum & Satellite Record Shop / Alatele fr / Groove Addicted / Dave Kobrehel / Soul Jamz / Arthur Dark / KcJ / Thierry Ehrmann