Con motivo del décimo aniversario de la publicación de El tiempo entre costuras, la autora, María Dueñas, ha explicado como fue la «trastienda» de la creación de la novela, una obra literaria que, además de dar lugar a una serie televisiva, ha vendido en una década cinco millones de libros
Ahora se cumplen diez años de uno de los éxitos redondos de las letras españolas. Hablamos de El tiempo entre costuras, y de su autora, María Dueñas.
Tal fue el éxito del libro, que inclusive dio para una serie de televisión, producida por Antena 3 y que contó en el elenco con Tristán Ulloa y Adriana Ugarte.
Una desconocida en el panorama literario
La vida de María Dueñas transcurría tranquila como profesora titular de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, habiendo dedicado a la docencia dos décadas, cuando decidió presentar un original, nada menos que a Planeta.
Dueñas, una vez presentado el original, se desentendió de la historia, hasta que una editora se interesó por el mismo y vio que había oportunidad de negocio, por lo que fue publicado por Planeta.
Inclusive diez años después de su publicación el libro sigue rindiendo dividendos: se ha reeditado 70 veces, vendiendo hasta la fecha 5 millones de volúmenes y ha sido traducido a 35 idiomas.
El éxito de El tiempo entre costuras, le ha permitido a María Dueñas, tomarse una excedencia en la Universidad de Murcia y dedicarse profesionalmente a la escritura, con obras con gran éxito de crédito y de público, como es el caso de Misión Olvido (2012), La templanza (2015) y la más reciente Las hijas del capitán (2018).
Tetuán, territorio emocional
A pesar de que María Dueñas no nació en el antiguo Protectorado español, para ella la ciudad de Tetuán está ligado a su biografía emocional, ya que su madre vivió los primeros años de su vida en diversos enclaves de lo que hace 40 años todavía era territorio español.
Llegado el año 1956, el General Franco tuvo que transigir y dar la independencia al incipiente Reino de Marruecos, con lo cual se inició el éxodo de los españoles que vivían en el Protectorado.
En el caso de Tetuán, fueron hasta 40.000 los españoles que resultaron repatriados, con la salvedad que muchos habían nacido allí, y no conocían la Península Ibérica, lo que para ellos no fue otra cosa que un exilio.
Ese fue el caso de la madre de María Dueñas, que se vio a los 17 años, como tenía que irse a vivir a la Metrópoli, un país que desconocía y en el que nunca había estado.
Una reconstrucción minuciosa
Aunque la autora, al comenzar a escribir lo que luego sería El tiempo entre costuras, desconocía que tipo de trama «invadiría» el libro, lo que siempre tuvo claro es que el escenario tenía que ser Tetuán.
Como buena académica, la labor de documentación para escribir la novela fue extremadamente rigurosa: de hecho, las calles y plazas tienen en El tiempo entre costuras, los mismos nombres que durante el Protectorado.
Lo que ahora se denomina Palacio Real del Sultán, era durante la dominación española, la Alta Comisaría de Tetuán, y la actual Plaza Moulay, era entonces la Plaza Primo, por Primo de Rivera.
Para los oriundos de Tetuán, episodios como las hambrunas en España o la Guerra Civil solo fueron un telón de fondo, sin implicaciones, que sucedía en la Metrópoli y que poca incidencia tenía en su vida diaria.
Un tolerante crisol de lenguas y culturas
Tal como recuerda Dueñas, en la época del Protectorado, en Tetuán convivían, en perfecta armonía, una buena cantidad de lenguas y culturas, y el rito religioso, tanto el cristiano, como el musulmán y judío, se desarrollaban con total libertad.
Además, el gobierno de Tetuán era bicéfalo: por un lado, se encontraba la administración española y por otra la del Jalifa, representante del Sultán.
La mayoría de los españoles y sus familias vivían despreocupadamente, y nunca creyeron que la ciudad donde vivían, y el resto del Protectorado, dejaría de ser territorio español y pasaría a conformar un incipiente Marruecos.
Memoria sentimental
El tiempo entre costuras está íntimamente relacionado con los sentimientos que ese pedazo de tierra africana siempre ha suscitado a María Dueñas, ya que finalmente, aunque auxiliándose de personajes ficticios, de lo que habla es de la vida de su familia y de las familias de tantos españoles que vivieron allí durante el Protectorado.
Al mismo tiempo, y a través de una familia, trasunto de la de la protagonista, de lo que también se habla es de la memoria sentimental de todo un país y una época muy concreta de la historia de España.
España era un en declive, que ya había perdido todas sus colonias y que solo mantenía el protectorado – después del desastre de Annual – porque a Francia le interesaba que parte del territorio de lo que hoy es Marruecos siguiese bajo el control de un país occidental.
Personajes históricos
Aquí es donde se percibe que María Dueñas, además de escritora, tiene una dilatada experiencia como académica, con más de 20 años de docencia universitaria.
Para lograrlo ha utilizado un personaje, histórico, como es Juan Luis Beigdeber y Atienza, a cuyo alrededor orbita la trama, con un buen número de personajes históricos que existieron durante el Protectorado.
El citado militar, además de haber sido agregado militar en importantes capitales europeas, caso de París y Berlín, se convirtió en el Alto Comisario de Marruecos.
Tras la guerra Civil Española, ocupo el puesto como ministro de exteriores, por recomendación directa al dictador de Serrano Sunyer, conocido en la España de la primera posguerra como el «cuñadísimo».
Entre ambos personajes – Serrano Sunyer y Beigdeber – se inició una pugna: mientras que el primero se «dejaba querer» por el III Reich, Beigdeber mantenía unas posturas claramente aliadófilas.
Tal como indica la autora, para ella el personaje más fascinante de los que se pueden encontrar en la novela es Serrano Sunyer, al que califica como un «encantador de serpientes», y que tras la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial, y por ser un filonazi, perdió el favor de Franco y acabó siendo considerado como un «apestado».
La peripecia de Sira Quiroga
El personaje central de El tiempo entre costuras, Sira Quiroga, es un ser fascinante. De extracción obrera, aparece en un escenario de preguerra y está a punto de casarse.
Sin embargo, se enamora perdidamente de un bon vivant al que seguirá hasta Marruecos, para comenzar una nueva vida. Cual será su sorpresa cuando el galán le roba todo el dinero y posteriormente desaparece.
«Con una mano delante y otra detrás» tendrá que comenzar de cero en un lugar que apenas conoce y en donde su derecho de residencia pende de un hilo.
Con una resistencia digna de elogio, se convertirá en una de las modistas preferidas por las élites del Protectorado, incluidos los oficiales alemanes y jerarcas nazis que vivían en Tetuán, lo que le permitirá ejercer de espía para el bando aliado.
No nos encontramos ante una heroína de acción, sino ante un personaje poliédrico y muchas veces contradictorio, con un envidiable espíritu de superación, dado que, como el común de los mortales, es una persona con altibajos en su vida.
La primera sorpresa en el crecimiento del personaje fue de la propia Dueñas, que a medida que iba escribiendo la novela fue viendo cómo, inclusive, lograba una hipertrofia que en determinadas ocasiones a punto estuvo de irse de las manos.
Ahora que se celebra una década de la publicación de la novela, no está demás, si todavía no se ha leído, deleitarse con esa historia colonial, y si se ha leído ya, lo primero encontrar en que balda está el volumen, y para posteriormente «degustar» la prosa de una de las escritoras españolas contemporáneas más importantes.
Fuente – el diario / El tiempo entre costuras en Wikipedia / María Dueñas en Wikipedia / Casa del Libro
Imagen – Faylyne / Glenn Beltz / Nicolás / Yassine Abbadi / Nikos Moumouris / BarchBot / Manuchansu / Antena 3