Aunque tradicionalmente los escritores han estado muy mal pagados, las grandes plataformas de entretenimiento y sus series han hecho que, por ensalmo, el «caché» haya subido estratosféricamente: se llegan a pagar más de 5.000 euros por el guion de cada capítulo
Recuerdo ahora un libro, del cual recomiendo su lectura, de Daría Galateria, que lleva por título Trabajos forzados. Los otros oficios de los escritores, en el cual versaba los otros trabajos que archiconocidos escritores tuvieron que realizar para poder comer mientras escribían.
Por lo general, se considera que los artistas, y aquí están también incluidos los escritores, malviven durante toda su vida, con unos sueldos miserables, y solo unos pocos, llamados al Olimpo de la profesión, consiguen vivir con más que suficiencia de su arte.
Sin embargo, con la llegada de las series, sus principales valedores – Netflix, HBO o Movistar – andan a la caza de buenos guionistas y de buenos guiones para invertir en la producción de series que se ha convertido en el nuevo maná de las plataformas de contenidos digitales.
A muchos escritores consagrados, les resulta más rentable escribir guiones para series, a 5.000 euros el capítulo, que escribir un libro, cuyo anticipo suele rondar en una horquilla entre los 1.000 y los 6.000 euros.
El vecino, estudio de caso
Un ejemplo, que ya son legión en nuestro país, sobre como un proyecto modesto, el original es un cómic publicado por la Astiberri Ediciones, puede llegar a producir gran beneficio, es el de este cómic firmado por Santiago García e ilustrado por Pepo Pérez.
Las andanzas de un opositor, José Ramón y de Javier «titán» que ejerce de superhéroe, se convirtieron en un rotundo éxito para la editorial bilbaína. Sus dos tomos han vendido, hasta ahora, más de 10.000 volúmenes.
El año pasado, cuando autores y editorial ya estaban embarcados en otros proyectos, Zeta Audiovisual vio la posibilidad de negocio, y planteo a Astiberri y a los autores crear un guion de lo que posteriormente se convertiría en una serie.
Los autores y la editorial del «botxo» no cupieron en gozo cuando Netflix se interesó por el proyecto y adelanto el dinero para comprar los derechos de autor del cómic.
A partir de febrero del 2019, comenzó la filmación de la serie, que cuenta con la dirección de Nacho Vigalondo y de la que ya se han grabado los dos primeros capítulos.
Netflix tiene previsto estrenar la serie en el 2020, justo en momento en el cual la empresa de contenidos norteamericana está plasmando una política de apoyar proyectos de países periféricos.
Una avalancha de proyectos con ñ
No será la única pieza que la empresa que fundase Reed Hastings se «cobre» durante este año con vistas al estreno en el 2020, y muchas de ellas llevan acento español.
Además, mucha de la base de las futuras series del gigante norteamericano, se basa en obras literarias: De la saga Memorias de Idhún de Laura Gallego está prevista una serie, así como de Valeria de Elisabeth Benavent.
Por último, Netflix también se ha interesado en «serializar» El desorden que dejas, una de las novelas de Carlos Montero, que obtuvo el Premio Primavera de Espasa en el año 2016.
Ediciones Astiberri, pretendida por todos
La editorial vasca, dedicada casi en exclusiva al cómic, con una orientación hacia el público adulto, está de enhorabuena.
Además del proyecto ya cerrado con Netflix, otras plataformas de vídeo bajo demanda se han interesado por su catálogo con la intención de crear guiones de series a partir de alguna de sus obras publicadas.
HBO y Movistar han comunicado a la editorial que están interesados en obras de primeros espadas de la industria del cómic en nuestro país, como son Alfonso Zapico y Paco Roca, que coincide que son miembros de la «escudería» de Astiberri.
Desde esta editorial que no desdeña adaptar cómics que han triunfado en el mercado francés y el anglosajón, se confiesa que están viviendo un momento muy dulce, no negando que posiblemente Astiberri esté entrando en una «burbuja» que puede llegar a estallar.
Cambio del modelo de negocio
Si lo que hasta hace poco tiempo las plataformas de entretenimiento audiovisual solo buscaban, como carne de guion, aquellos cómics que hubiesen tenido un gran éxito, ahora se buscan otras cosas.
En estos momentos, las prioridades de HBO, Movistar o Netflix, por citar solo a tres, es encontrar obras, tanto de cómic como literarias, que tengan cualidades para poder convertirse en un buen producto audiovisual.
Son las cualidades audiovisuales las que priman a la hora de elegir una obra literaria que sea susceptible de convertirse en una serie que sea rentable.
Por lo general, las operadoras de contenidos bajo demanda, juegan sobre seguro ya que sus departamentos de marketing saben perfectamente cual es el perfil de los televidentes y cuánto tiempo ven cada serie.
Anticipos poco jugosos
Mientras que los adelantos por derechos de autor que pagan las empresas de contenidos audiovisuales pueden llegar a los 6.000 euros por capítulo, los derechos de autor de las obras literarias van a menos.
En estos momentos, horas bajas para aquellos que pretenden vivir de la literatura, los beneficios para el autor no pasan del 10% del precio de venta al público del libro, con «adelantos» que van de los 1.000 a los 6.000 euros.
Y eso solo en las «grandes», ya que muchas editoriales van liquidando los derechos de autor a medida que se van vendiendo los ejemplares.
Por ello, en España es muy difícil vivir solo de escribir obras de literatura o ensayo, por lo que la mayor parte de los autores tienen que compatibilizar el ejercicio de las letras con otro tipo de ocupaciones, desde colaboraciones en prensa hasta ejercer de profesor universitario.
Hasta 5.000 euros por capítulo
Es lo que están pagando actualmente Netflix, HBO y Movistar, entre otras, por el guion de cada capitulo de serie.
Sin embargo, raramente es el autor de la obra literaria el que se encarga de escribir el guion, ya que habitualmente se le encarga a un guionista profesional.
En el caso del ya citado El vecino de Astiberri, Zeta Audiovisual compró una «opción» sobre la obra.
Cuando hablamos de «opción» estamos hablando de la productora «posee» el original del libro o del cómic durante un tiempo estipulado, por lo que el autor por un importe que o bien lo negocia el autor o bien, más habitualmente, su agente literario.
Tras hacerse con los derechos de la obra, la productora, en este caso Zeta Audiovisual, una vez que tiene el guion, presenta el proyecto a alguna plataforma de comercialización de contenidos audiovisuales, como pueda ser Netflix.
El guion de cada capítulo de una serie se paga casi siempre por encima de los 5.000 euros, lo cual es una barbaridad para el dinero que suelen cobrar cualquier escritor, inclusive los consagrados.
Fariña, un buen ejemplo
En el caso del libro Fariña de Nacho Carretero, que recordemos que estuvo un tiempo secuestrado, nos referimos evidentemente al libro no al autor, por orden judicial, Bambú Producciones pagó 5.500 euros por el guion de cada capítulo.
En total, por los diez capítulos de la serie se pagaron 55.000 euros, que se repartieron entre el autor y la editorial que había publicado el libro, en este caso Libros del K.O.
El vecino: da para diez capítulos
En caso del cómic de Astiberri que hemos citado, sus autores, Santiago García y Pepo Pérez, eran poseedores de los derechos de la obra, por lo cual los derechos de autor resarcirán en ellos mismos.
El guionista y el ilustrador han llegado a un acuerdo con Zeta Audiovisual para filmar diez capítulos de la serie homónima.
A pesar de tener los derechos de la obra, Astiberri Ediciones, también se va a llevar un porcentaje, dado que son los que se han encargado de «mediar» entre autores y productora.
A lo visto, y dado las cifras de vértigo que se mueven en el mercado de los guiones, ganas nos entran de reconfigurar nuestra carrera y dedicarnos a escribir para las «grandes» del negocio audiovisual.
Fuente – el diario / IMPEDIMENTA / Wikipedia
Imagen – Drew Coffman / ASTIBERRI / Antena 3 / Ultimate Productions / Images Money / Vancouber Film School / Marco Verch / SensaCine TRAILERS