Pintura y literatura, siempre un buen maridaje

Se inaugura en el Centro Pompidou una exposición que bajo el título de Bacon en toutes lettres pretende mostrar la influencia fundamental que tuvo la literatura, en concreto la lectura de varios textos literarios, en la evolución de la producción pictórica del pintor anglo irlandés

Los expertos en arte siempre han hablado de la especial relación que tiene la pintura de Francis Bacon (Dublín 1909 – Madrid 1992) con la literatura.

Los cuerpos que dibujaban Bacon estaban en un perpetuo escorzo violento, era cuerpos desgarrados, ricos en torsiones, reflejando así el torbellino que fue la vida del pintor de origen irlandés.

Y recogiendo esa relación, el Centro Pompidou acaba de inaugurar la exposición Bacon en toutes lettres, que se podría traducir al castellano como Bacon con todas las letras.

La exposición estudia la especial relación que tuvo la literatura en la pintura de uno de los pintores más geniales del siglo XX.

Bacon en toutes lettres nos presenta, en el Beaubourg una exposición que explora una relación menos conocida, que unía, y todavía une ya que aunque Bacon ha fallecido su obra perdura, entre la literatura y su producción pictórica.

Los comisarios de la exposición, a partir de una selección, muestran parte de la obra del pintor Dublínés, un genio de la pintura, con otros autores, geniales, en ese caso de la literatura.

En los cuadros que se pueden ver en este evento se puede disfrutar de la estrecha relación que existe con un universo literario poblado por, entre otros, Esquilo, Joseph Conrad, T. S. Eliot, Nietzsche, George Bataille o Michel Leiris.

Dialogar con los libros

La obra de Francis Bacon, especialmente a partir de su etapa de madurez es un perpetuo diálogo con la literatura.

De los libros que leía – muchos, ya que era un perfecto letraherido – extraía conceptos e idea que posteriormente aplicaba a sus obras pictóricas.

En el caso de esta exposición, la «médula espinal» de la misma es el diálogo de seis grandes obras literarias con su obra de los últimos veinte años de su vida, donde se puede apreciar que sus cuadros se vuelven más poéticos y figurativos.

Una enorme biblioteca

Como ya hemos indicado, la pasión por las letras de Francis Bacon era casi parangonable a la que sentía por la pintura.

Es su biblioteca privada, que actualmente se custodia en el Trinity College de Dublín, había una amplia muestra de lo que eran sus intereses literarios: poesía, narrativa, ensayo e incluso hasta investigación periodística.

En total suman más de 1.000 volúmenes, y en muchos casos lo leído en ellos dictó una buena parte, sobre todo en su madurez como pintor, de su producción, la cual se puede ver en esta exposición.

Todo empezó con la tragedia griega

Las primeras aproximaciones literarias, al menos aquellas que determinaron parte de su producción pictórica posterior, se deben a textos de las tragedias griegas, siendo una de ellas la Orestíada de Esquilo.

Sin embargo, Bacon no «bebe» de las fuentes clásicas, sino que se acerca a ellas por mediación del T.S. Eliot, de las adaptaciones que este escritor norteamericano realizó de varios textos clásicos, entre ellos la Orestíada.

Encandilado por la tragedia clásica, y después de muchas más lecturas, sus cuadros comenzarán a ser «invadidos» por, entre otros personajes mitológicos, por las Euménides

Además de ser el nombre de la última «parte» de la Orestíada, estas son las diosas de la venganza que persiguen a Orestes – el protagonista indiscutible – por haber provocado la muerte de su madre, Clitemnestra.

Y por evolución llegamos a Nietzsche

El filósofo alemán, un gran aficionado a las tragedias griegas, fue la segunda fuente literaria más importante del autor de Tres estudios de Lucian Freud, y la impronta del que fuera profesor de la Universidad de Basilea, se dejó notar en su obra pictórica.

Quizás la principal influencia del filósofo de Weimar consistió en que, tras la lectura de la obra de Nietzsche, Bacon entendió, y así lo aplicó, bajo que influencia debería de estar cualquier obra pictórica.

Los dos hacedores de una obra de arte del Dublínés, debieran de ser la belleza de Apolo y los influjos destructores de Dionisos.

En cierto modo, los autores literarios que «habitaron» la pintura de Francis Bacon fueron autores que gustaban de la integración de los contrarios, siendo un ejemplo inmejorable Joseph Conrad en su obra El corazón de las tinieblas.

Impronta de la pintura española

Una buena parte de la actividad pictórica, inclusive de la obra de un joven Francis Bacon, estuvo muy influencia por la pintura de los grandes genios españoles.

Trascendental para la evolución de la pintura de este hijo de militar australiano fue toparse, en los años 20 del pasado siglo con los cánones del dibujo de Picasso, una influencia que le duraría el resto de su vida.

La cinematografía y los directores de cine españoles fueron también un encuentro crucial para Francis Bacon, en especial el filme Un perro andaluz, de Luis Buñuel, que se convertirá en otro referente para la evolución de su arte.

Una exposición nutrida

Los que tengan la suerte de poder visitar el Centro Pompidou, se encontrarán con una de las más densas exposiciones que se han hecho nunca en Europa sobre el genio Dublínés.

Sesenta cuadros, entre los cuales se pueden ver doce trípticos, retratos y autorretratos procedentes de las pinacotecas de mayor excelencia de los cinco continentes.

A pesar de que la obra pictórica de Francis Bacon se nutre de la irracionalidad, utilizando el concepto en el mejor término de la palabra, en la muestra también se puede ver la importancia que tuvo la palabra en su obra.

Esta colección efímera se «nutre» de seis textos principales, que articulan el recorrido pictórico por la muestra que se realiza en París.  

Los textos en cuestión son: Las Euménides, de Esquilo y La visión dionisíaca del mundo, de Nietzsche, por una parte.

Por otra nos encontramos con, La tierra baldía de T. S. Eliot, Espejo de la tauromaquia, de Michel Leiris, El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y Crónica. Diccionario, de George Bataille.

Fuente – elPeriódico / Francis Bacon en Wikipedia / Centro Pompidou en Wikipedia / T. S. Eliot en Wikipedia / Euménides (obra) en Wikipedia / Friedrich Nietzsche en Wikipedia

Imagen – Henry Lawford / Trish / cea + / Ian Burt / Jennifer Morrow

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