Los niños de la guerra, esta vez soviéticos

Se publica por primera vez en inglés el libro Last Witnesses, de la Premio Nobel de la literatura Svetlana Aleksiévich, articulado a partir de 100 entrevistas a personas que eran niños cuando se produjo la II Guerra Mundial, y en donde se retrata vívidamente lo traumático y doloroso de la experiencia

La Premio Nobel de literatura del 2015, Svetlana Aleksiévich, vuelve a la carga, que bien podría ser de caballería cosaca, con Last Witnesses, que se podría traducir como Los últimos testigos, en donde indaga sobre los niños soviéticos que vivieron la II Guerra Mundial.

Si ya de por sí una conflagración bélica mundial es una hecatombe el cruel destino se cebó especialmente con los ciudadanos soviéticos, que murieron por millones y no solo por acción bélica, sino que también por enfermedades y hambre.

Una infancia especialmente castigada

Si como ya hemos comentado la Unión Soviética fue una víctima mayúscula de la II Guerra Mundial – perecieron más de 23 millones de personas – la infancia fue especialmente castigada.

Por resumirlo en dos palabras, los niños de la extinta Unión Soviética lo perdieron todo: sus hogares, a sus padres, sus juguetes y a sus hermanos y amigos.

De los que lograron salir con vida de la conflagración, muchos de ellos se libraron «por los pelos» de perecer y el resto de su vida estuvo marcada por la II Guerra Mundial.

Un trabajo de los años setenta

Last Witnesses se publica ahora para el mercado anglosajón, pero es un trabajo que la nobel bielorrusa escribió, pero no publicó, en los años setenta del pasado siglo.

Con la publicación en inglés, por deferencia de Penguin Random House, el público anglosajón puede disfrutar de esta obra, que se publicó para el mercado español y latinoamericano en el año 2017.

En síntesis, podríamos decir que este volumen recoge las confesiones de cien niños soviéticos que tuvieron que sobrevivir en la II Guerra Mundial.

Una escritora silenciada

A pesar de ser una periodista y escritora con enorme talento, de ahí que en el 2015 la Academia Sueca la galardonase con el Premio Nobel de Literatura, durante la época soviética no gozaba del favor de las autoridades.

Solo a partir de la perestroika de Mijaíl Gorbachov, cuando se produjo un relajamiento de la ortodoxia soviética, que en pocos años dio al traste con el régimen soviético, Svetlana Aleksiévich comenzó a ser conocida, pero no más allá de las fronteras de la extinta URSS.

De hecho, Últimos testigos se publicó, en ruso, en el año 1985, después de que Aleksiévich hubiese ganado – había dejado de ser una autora proscrita – multitud de premios, tanto periodísticos como literarios.

De hecho, el libro no se publicó antes porque el régimen soviético consideraba que el contenido del libro era antipatriótico y sedicioso.

Un mundo feliz

Hay que entender el contexto en el cual se gestó Últimos testigos, con una Unión Soviética que estaba en sus últimos estertores, y en donde la nomenklatura soviética había transformado la Unión Soviética en una distopía parecida a la que pergeñó Aldous Huxley.

Nadie se atrevía, y si lo hacía sabía a lo que se exponía, a poner en tela de juicio la doctrina oficial sobre la II Guerra Mundial, que el régimen soviético rebautizó como la Gran Guerra Patriótica.

Muy al contrario, Aleksiévich puso negro sobre blanco el dolor y el sufrimiento que la II Guerra Mundial causó a los ciudadanos soviéticos, y sobre todo en el eslabón más débil, los niños y las niñas, que muchas de las veces no entendía qué era aquello.

El libro, además, es un relato en primera persona, ya que, durante las cien entrevistas, la premio nobel no dijo ni esta boca es mía, mostrando en presente del indicativo el desgarro vital que supuso para los protagonistas el escenario bélico.

La cara de esos niños y niñas

Uno de los mayores aciertos de Últimos testigos es poner cara al sufrimiento de la población soviética, y especialmente los niños y las niñas que tuvieron que vivir, a muy corta edad, auténticas tragedias personales que hubiesen hundido hasta a un adulto.

Uno de esos niños de la guerra fue Volodia Korshuk que tuvo que ver como soldados alemanes asesinaban a su madre sin ningún motivo aparente, lo cual le supuso un trauma mayúsculo del que todavía en la edad adulta tuvo secuelas.

Por si eso no fuera poco, Volodia se convirtió en un niño – soldado y luchó como partisano contra las tropas alemanas hasta la victoria de los aliados en el año 1945.

A la tierna edad de cinco años, Liuda Andreeva, tuvo que vivir la dantesca experiencia, después de que unos soldados alemanes ocupasen su casa, y tras huir por la noche con su madre, encontrar a su abuela desnuda atada a una cama.

Galya Spannovskaya, que perdió el contacto con su madre en una ofensiva alemana, tuvo que vivir los cinco años que duró la guerra en varios orfanatos, aunque finalmente pudo reencontrarse con su madre y volver a su Minsk natal, aunque luego tuvieron que vivir una posguerra llena de penalidades.

Algunas de las niñas, caso de la hermana de Valya Brinskaya, producto de estrés al que estaba sometida toda la familia por la guerra, padeció que todo su pelo se encaneciese prematuramente.

Crítica con Vladimír Putin

Lo que se podría calificar de nuevo régimen, pero que tiene todos los vicios del omnipresente estado soviético, nos referimos a Vladimír Putin y su partido Rusia Unida, también ve con «malos ojos» la literatura y el periodismo que hace Svetlana Aleksiévich.

El motivo: Desde Rusia Unida, y porque sirve a sus intereses políticos más inmediatos, se ha asumido el legado soviético, un legado que los panfletistas de Putin no hacen sino ensalzar como una época legendaria, que entroncaría con el preterido Imperio ruso.

Por ello, libros como los de Svetlana Aleksiévich, que ponen el dedo en la llaga sobre los espectáculos menos edificantes de la Unión Soviética, pero también ante sucesos muchos más cercanos en el tiempo y que implican directamente a los gobiernos de Vladimír Putin, no son especialmente bien recibidos en el Kremlin.

Fuente – el diario / Svetlana Aleksiévich en Wikipedia / Víctimas de la II Guerra Mundial en Wikipedia

Imagen – Don O`Brien / PREPYUS / SuperTank / President of Russia / Ministry of Defence of the Russian Federation / Flavio / Military Parade on Red Square

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