
El escritor irlandés John Bainville recibió, el día que se fallaba el Premio Nobel de Literatura, una llamada, que después se ha demostrado falsa, en la cual un supuesto miembro de la Academia Sueca le informaba de que se le había concedido el Nobel de Literatura del 2019
El argumento de El Secreto de Christine parece que no a va a ser nada en comparación con determinar quién es la «mano negra» que hay detrás de la llamada, que haciéndose pasar por la Academia Sueca, anunciaba a John Banville que había ganado el Premio Nobel de Literatura del 2019.
Como ya sabemos y explicamos en El Nobel se va a Centroeuropa, los ganadores de la edición de este año han sido la escritora polaca Olga Tokarczuk y el austriaco Peter Handke, que en puridad son el Nobel del 2019 y el Nobel del 2018, ya que el año pasado el galardón no se falló.
Un tal Mats Malm

Tal como ha referido el autor irlandés al Irish Times, el pasado jueves, justo el día en el que fallaba el premio, el autor de, entre otros, Regreso a Birchwood, recibió una llamada de un tal Mats Malm.
El supuesto portavoz de la Academia Sueca le informó de que había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2019, y así quedó la cosa hasta que horas después este antiguo empleado de la aerolínea de bandera irlandesa recibió un mensaje en su buzón de voz.
El mismo individuo, en la grabación, informa a Banville que, en un conciliábulo posterior al fallo del galardón, finalmente el jurado del Premio Nobel de Literatura había decidido que fuese Peter Handke, y no él, quien se erigiese con el premio.
John Banville y Benjamin Black, tour de forcé

A pesar de que el escritor irlandés creo a Benjamin Black para tener un alter ego literario al que poder endosar otro tipo de literatura, ha llegado un momento en el que Banville y Black han empezado a colaborar para pergeñar éxitos literarios.
Un claro ejemplo de ello es Lobos de Praga, en donde podemos leer las mejores páginas, elaboradas en comandita, como no podía ser de otra manera, entre Benjamin Black y John Banville.
Si podemos rastrear en la estética del relato a Bainville, en su ritmo y crudeza no deja de ser una obra literaria de la «escuela» de Benjamin Black.
Fantasía histórica

Lobos de Praga no deja de ser sino un experimento atípico en la producción de Bainville / Black, ya que, como lo define el propio autor, se trata de un libro de «fantasía histórica», un territorio por el que ni Bainville ni Black habían transitado hasta ahora.
En el caso de Black, su territorio indudablemente es el género noir, y de su pluma han salido protagonistas como Quirke, el patólogo melancólico, fue capaz de resucitar al propio Phillip Marlowe y al policía Stanford.
En el caso de John Bainville, su obra es mucho más estética, entendiendo la literatura sobre todo como un arte, en el cual es tan importante el mensaje como la expresión lingüistica, por lo que el grueso de su obra ha transitado por pagos más reposados que la de Benjamin Black.
En Los lobos de Praga ambos autores colaboran: si es Bainville el que lleva la batuta de una novela de corte histórico, Black la ribetea con una trama noir ambientada en el año 1600, en lo que ya era una de las capitales más importantes de Centroeuropa.
En una corte en ebullición como era la de Rodolfo II, el protagonista, Christina Stern, rememora los años que pasó en el palacio del hijo de Maximiliano II, donde nos encontramos a un joven ambicioso a la par que ciertamente bisoño.
Al encontrar el cadáver, todavía caliente, de la amante de Rodolfo II, Magdalena Kroll, Stern se convertirá en un improvisado detective que tendrá que juntar todas las piezas del puzle para resolver el asesinato.
Relato de una época

Aún sin negar la importancia de la trama, lo verdaderamente destacado de Lobos de Praga es que se convierte en un fresco de la historia europea, y de sus centros de poder, en los años inmediatamente posteriores a la Guerra de los 30 Años.
La corte de Jacobo II es un lugar donde se suceden constantes luchas por el poder, y muchas de ellas se entrecruzan mostrando, al menos para los no avisados en conspiraciones palaciegas, un embrollo de difícil comprensión y solución.
Además, en este relato, producto de la fusión del talento creativo de Black y Banville, la ciudad de Praga se despliega como un protagonista más del relato, mostrando toda la claridad de la ciudad Centroeuropea, así como sus callejuelas más inquietantes.
Rodolfo II, un Habsburgo por los cuatro costados

Hijo de Maximiliano II y de María de Austria y Portugal, su vida se caracterizó por un incontable número de enfermedades, un carácter débil y una vida que podría ser calificada como excéntrica.
Educado en la corte madrileña donde compartiría mesa y mantel con el futuro Felipe II, ya desde niño desarrolló una intensa afición a la química, que en aquellos años recibía el nombre de alquimia.
Una vez que hubo subido al poder con el nombre de Rodolfo II e instalado su corte en Praga, reunió en la misma a los principales alquimistas de su tiempo.
Además, el monarca reunió una abundante colección de manuscritos y libros que tenían que ver con la magia, alquimia y unas incipientes ciencias naturales que se comenzaban a desarrollar en Europa.
Rodolfo II, emperador germánico

Sucedió en ese cargo a su padre Maximiliano II y fue coronado en 1576, y a partir de ese momento, además de seguir favoreciendo la lucha de los nobles húngaros contra los otomanos, inicia la extensión de los intereses de los Habsburgo por el centro de Europa.
Su intento de extensión de su poder por Transilvania chocará con los intereses del príncipe de Transilvania Juan Segismundo de Zápolya, que también había adquirido el título de rey de Polonia.
El enfrentamiento entre ambos monarcas propiciará lo que se ha conocido como la Guerra de los Quince Años, en la cual las huestes de Rodolfo II tuvieron que atender a dos frentes, el que tenían en Transilvania y la lucha secular que se venía desarrollando contra la Sublime Puerta.
Fuente – LA VANGUARDIA / elPeriódico / EL CULTURAL / universia / Rodolfo II del Sacro Imperio Romano en Wikipedia
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