
El escritor libanés Amin Maalouf ha pasado de ser un desconocido en la última edición de la FIL de Guadalajara (México) a ser, gracias a su bonhomía, uno de los centros de atención de la feria donde presenta El naufragio de las civilizaciones, su último ensayo publicado
Una de las ferias más importantes en lo que tiene que ver con la edición, nos referimos a la Feria Internacional del Libro que se celebra todos los años en el estado mexicano de Guadalajara, ha agasajado a Amin Maalouf.
El autor, entre otros, de León el Africano llegó a la edición de este año siendo casi un absoluto desconocido, y salió en loor de multitud, siendo reconocido tanto por el sector editorial presente como por el público de la feria.
El beirutí sigue en «sus trece» de sacudir conciencias con sus libros, preciándose de ser un reconocido ensayista dentro de la literatura francesa, ya que la mayor parte de su producción editorial la ha realizado en el idioma de Molière.
Además, su prosa exuda desesperanza, en unos momentos, con una grave crisis económica en ciernes, en los cuales no está demás encomendarse a la diosa fortuna para sobrellevar el próximo colapso económico.
Presentación de su nuevo libro

En El naufragio de las civilizacionesAmin Maalouf es todo menos optimista, ya que su pesimista tesis en su último ensayo es que ni nada ni nadie evitará el naufragio de la civilización tal como la conocemos actualmente.
Y una de las causas, podemos leer en el libro, es el repliegue identitario que se está produciendo dentro de las grandes civilizaciones, lo cual está impidiendo unas ya de por si difíciles relaciones entre las diversas culturas.
Para Maalouf el futuro se adivina borrascoso, y a partir del análisis histórico de su Líbano natal y de la zona del Levante, convulsionada históricamente por confrontaciones constantes entre las diferentes civilizaciones que allí se han desarrollado, no muestra esperanza en un futuro mejor para la humanidad.
Un mundo que se da la espalda

El diagnóstico de este licenciado en economía y sociología es que la humanidad habría llegado ya a un punto de no retorno, y la tragedia es que no hay ningún líder político que se atreva a «coger el toro por los cuernos» y sea capaz de enfrentar los problemas que hay en nuestro planeta.
Horrendas realidades como el cambio climático, el auge de los populismos o, y aquí citamos a Samuel Huntington, el choque de civilizaciones se, muestran como problemas ya de difícil solución.
Maalouf también cita como males de la época que nos ha tocado vivir, la persecución hacia las minorías, el integrismo religioso que ha provocado el terrorismo islamista o las desigualdades económicas que producen disturbios, como es el caso de las recientes algaradas en Chile.
Un escritor entrañable

El galardonado en el 2010 con el Príncipe de Asturias de las Letras para nada es un autor esquivo y poco sociable, ya que en el mundo de las letras se conoce su jovialidad y su carácter bonachón.
Poco amigo de los protocolos, en cuanto puede se los salta para poder trabar un mayor conocimiento con sus lectores y admiradores, siendo muy habitual que en los foros en donde participa contente al público firmando sus libros y fotografiándose con sus admiradores.
También es un entrevistado amable que no esquiva ninguna pregunta, aunque en muchas ocasiones los entrevistadores le pretendan poner en bretes, de los cuales habitualmente sale airoso.
Esa sociabilidad, donde no ha rehuido ni a un grupo numeroso de estudiantes que después de verlo en un póster ha provocado casi un tumulto para poder fotografiarse con él, es lo que en pocos días en la FIL lo han convertido de alguien anónimo en un rock star.
Visión apocalíptica

Es una pregunta recurrente de muchos entrevistadores que le interrogan sobre la tesis que se descubre después de haber leído El naufragio de las civilizaciones.
Acto seguido la inevitable pregunta suele ser si ve esperanza para el mundo a tenor de las situaciones – cambio climático, populismos, terrorismo islamista – que el planeta está teniendo que enfrentar; y la respuesta es no.
En las más de 30 entrevistas que ha dado en la última semana exuda frescura y opiniones originales, esto es, no se ha preparado un «libreto» para salir airoso de esos encuentros con periodistas.
El secreto de Maalouf para la promoción de sus obras literarias es no prepararse las entrevistas, y entender cada una de ellas como una conversación entre él y los informadores, lo que producen un largo y no meditado discurso que se puede rastrear en esas tres decenas de encuentros con la prensa.
Además, algunas de esas entrevistas, sobre todo aquellas que se desarrollan de manera cordial, producen un efecto taumatúrgico en el libanés, ya que según confiesa le sirven para cargarse de energía.
En caso en que el diálogo no se haya desarrollado tal como pensaba el escritor – hay algunos periodistas excesivamente ácidos – tiene que pasar un tiempo para que pueda «recargar las pilas».
Un verdadero nómada

Aunque nació hace setenta años en el Líbano en una familia de confesión cristiana, ya desde sus más años mozos fue adepto a los viajes, una magnífica manera de encontrar argumentos para sus libros, al menos aquellos de relatos.
Su vocación de «trotamundos» lo ha llevado a residir, además de en su país natal, en Egipto, Turquía y en Francia, siendo este último país donde más tiempo ha pasado, si exceptuamos su Líbano natal.
Además, tiene amplia experiencia como reportero de guerra, ya que cuando ejercía el periodismo en el diario beirutí An Nahar cubrió las guerras de Vietnam y el conflicto bélico en Etiopía.
Este constante residir, aunque fuera temporalmente fuera de su país natal, ha sido crucial en el desarrollo de su obra, de alguien que se confiesa como nómada y que de una u otra manera siempre se ha considerado parte de una minoría.
Bien como cristiano maronita en un país como el Líbano donde comparten espacio, y muchas veces enfrentamientos y guerras con musulmanes y drusos, bien como árabe que vive en Europa y por tanto fuera de sus coordenadas culturales del Levante.
Fuente – EL PAÍS / Cultura en EL PAÍS / Amin Maalouf en Wikipedia
Imagen – Wikipedia / Tanim Aslam / Carlos Ruiz / Dinkley / Benjamin Horn / Thomas Maluck