
Orillado en los currículos escolares del franquismo por su defensa de la laicidad y del republicanismo, ahora una biografía del historiador Francisco Cánovas Sánchez bajo el título de Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso intenta hacer justicia a uno de los más destacados escritores y periodistas del siglo XIX
Don Benito Pérez Galdós, conocido en los círculos literarios decimonónicos como don Benito «el garbancero» nunca ocultó, en sus más casi 50 años de oficio de escritor, sus filias hacia el republicanismo y su laicismo.
Debido a esas dos características, cuando triunfó lo que los militares y políticos facciosos denominaron como «cruzada», sus obras recibieron una atención más que excesiva por parte de los censores del Régimen.
Por ello, el franquismo consideró que no debía ser un escritor español al que hubiese que ensalzar, por lo que durante los más de cuarenta años de franquismo el autor y sus obras fueron condenadas al ostracismo.
Recuperado por la democracia

Pero las tornas cambiaron, afortunadamente con la llegada de la democracia, y ahora que se cumplen 40 años de la Carta Magna, una exposición en la Biblioteca Nacional sirve como conmemoración que ya ha pasado un siglo desde que falleció.
Del mismo modo, y para celebrar el centenario de su fallecimiento, se publica Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso, obra del historiador Francisco Cánovas Sánchez que publica en Alianza Editorial.
Durante toda su carrera literaria, tuvo un inmenso éxito y muchas de sus obras son más fiables para saber lo que sucedía en la época que le tocó vivir que muchos libros de historia, por lo que sus Episodios nacionales ofrecen datos fidedignos.
Buena muestra de su éxito y de lo que se le quería en los albores del siglo XX es que a su entierro acudieron decenas de miles de personas, lo que muestra la relevancia de su figura pública en una España en la cual todavía reinaba Alfonso XII.
Un escritor popular

La despedida multitudinaria que le proporcionó el pueblo de Madrid contrastó con la prácticamente inexistente presencia de las altas magistraturas del Estado, que lo consideraban poco más que un escritor mediocre y que se ocupaba de temas poco excelsos.
Sin haber cumplido los veinte años, llego a Madrid desde Las Palmas de Gran Canaria con la intención, más paterna que propia, de estudiar Derecho, aunque quizás lo más destacado de ese periodo es que conoció a Francisco Giner de los Ríos.
Este, que pocos años después fundaría la Institución Libre de Enseñanza, con un método pedagógico revolucionario para la época, fue uno de los amigos que lo impulsó para que se convirtiese en escritor.
El Galdós más político

Las primeras responsabilidades políticas de Pérez Galdós se remontan al año 1886, cuando por su amistad con Mateo Sagasta, ingresa en el partido como diputado por Puerto Rico.
Su presencia en los debates de las Cortes fue una anécdota, debido a, que, por su extraordinaria timidez, algo que le acompañaría toda su vida, poco «juego» dio para el Partido Liberal del que Sagasta era líder.
Varios años después, en 1910, se presentará nuevamente a diputado, pero esta vez por la Conjunción Republicano – Socialista, una coalición electoral formada por partidos republicanos más el Partido Socialista Obrero Español.
Debido a que la Conjunción solo obtuvo un poco más del 10% de los votos, Benito Pérez Galdós no pudo ser elegido diputado, aunque para el posterior Régimen franquista, quedó «marcado» de por vida como un «rojo».
En el imaginario colectivo, Galdós quedó como un político que siempre quiso trabajar por las clases más humildes que había en el país, como queda sentada en la biografía del autor de los Episodios Nacionales que ahora presenta Francisco Cánovas Sánchez.
Un todo relacionado

Es Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso una biografía peculiar, en la cual todo está relacionado con todo, como si de vasos comunicantes se tratase.
Además, en esta magna biografía del autor, de entre otras, La Fontana de Oro, también está perfectamente contextualizada históricamente, con lo que mientras aprendemos sobre la vida de Pérez Galdós, también nos informamos del marco histórico.
Galdós, también periodista

En Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso también vamos a encontrar, extensamente explicada, la faceta de periodista, no menor, de este canario universal, una labor periodística que desarrolló durante toda su vida adulta.
El ejercicio del periodismo, que simultaneó con su trabajo de escritor, lo realizaba tanto por cuestiones de índole económica – era un periodista bien pagado – pero también porque él permitía estar al tanto de la vida de sus coetáneos e incluso influir en ella.
Inclusive el «tomar el pulso» a la realidad por su profesión del periodista le servía para posteriormente, en sus obras literarias, poder construir situaciones y personajes que muchas veces provenían de su experiencia directa.
Como periodista, se le podía calificar como periodista integral, ya que era capaz de escribir, magistralmente, de todo género de noticias, desde sucesos, pasando por sociedad, e inclusive siendo diestro en crítica teatral.
Lo fue todo en su época

Tal como se puede leer en la biografía que hoy nos ocupa, su juventud, eso que algunos llaman «los años impresionables» se desarrollaron en lo que la historia ha conocido como sexenio democrático (1868 – 1874).
Por ello, y teniendo una extraordinaria influencia en su literatura posterior, como sus coetáneos vivió los ideales de la libertad, democracia y federalismo que embargaba al país y que fue argumento de muchas de sus novelas.
De hecho, y como ya hemos referido, Benito Pérez – Galdós llegó a ser diputado por el Partido Liberal debido a la estrecha amistad que tenía con su líder, Mateo Sagasta, y en su curul Galdós luchó por sus ideas republicanas, liberales y laicas.
Ese posicionamiento no se lo perdonaron nunca las élites conservadoras, debido a que, en su paso por la política, aunque fue un diputado ramplón, tuvo detrás la inmensa fama que había logrado en sus facetas de escritor y periodista.
Sus dos principales influencias políticas, nos referimos al eximio escritor canario, las tuvo de Pablo Iglesias Posse, el fundador del PSOE, de quien admiraba el disciplinado partido que había creado y que a partir el año 1977 ocupó responsabilidades de gobierno.
La otra influencia política, que determinaría su actuar en política, la tuvo del doctor José María Esquerdo, un psiquiatra de tendencias humanistas, que el escritor intentó, en la medida de lo posible, imprimir a su política.
Boicot conservador

Fueron los sectores conservadores los que nunca le perdonaron que pusiese su fama y su talento al servicio de las ideas laicas y republicanas, por lo que para conservadores y para la Iglesia de la época se convirtió en poco menos que un apestado.
Fueron esos sectores conservadores y clericales los que, con una campaña de boicot en toda regla, impidieron no ya que se le concediese el Premio Nobel de Literatura, sino que ni siquiera permitieron que pudiese ser candidato.
Fuente – el diario / Benito Pérez Galdós en Wikipedia
Imagen – Wikipedia / Zaqarbal / Saalebaer / Carlos ZGZ / Casa del Libro / Museu Nacional d’Art de Catalunya / Tiberio Claudio