IA hasta en la sopa, aunque sea de letras

Las técnicas de Inteligencia Artificial y Big Data van «colonizando» aceleradamente el negocio editorial por la ventaja que supone que, aplicando dichas técnicas, hacer más previsible los resultados económicos de cada libro editado: el «olfato» deja paso el silicio

La inteligencia artificial se está colando en casi todos los sectores productivos, y el editorial no iba a ser una excepción. Lo que hasta hace relativamente poco era instinto y «olfato» editorial – saber que libro editar para lograr «hacer dinero» – se ha vuelto también una cuestión de algoritmos y de bits.

Aunque todavía la tecnología solo está al alcance de los grandes grupos editoriales, estos comienzan a hacer un uso intensivo del Big Data para apoyar sus decisiones editoriales, sobre todo con que libros publicar y cuáles no.

De este modo, con la inteligencia artificial, pueden determinar que títulos serían del agrado de sus lectores y cuales no.

Físicos y matemáticos en el negocio editorial

Estos profesionales de la ciencia aplicada tienen como misión, diseñando algoritmos que son capaces de aprender de la experiencia, quienes son los lectores de una determinada editorial, estratificándolos por sector socioeconómico y poder adquisitivo.

La Inteligencia Artificial ha dejado paso a las encuestas y la segmentación de perfiles en las redes sociales, unos métodos que tenían un gran margen de error, que se convierte en inapreciable con el uso del Big Data y la IA.

Eso implica, casi con absoluta seguridad, ir a «tiro hecho» a la hora de editar un título determinado, siendo el pionero en esas lides Amazon, con sus dispositivos de lectura de libros electrónicos Kindle.

Amazon aprovechó, y todavía lo hace, que todo usuario que compra libros para Kindle tiene que estar dado de alta en su plataforma, por lo que puede utilizar todo ese acúmulo de datos para guiar sus decisiones editoriales.

Desde los datos geográficos, sociodemográficos e historial de compras, Amazon cruza sus bases de datos utilizando técnicas de Inteligencia Artificial para prever de los títulos que tiene Kindle, cuál comprará cada persona.

Además, el análisis de datos también le permite hacer prospectiva y saber, en caso de editar un título determinado, la acogida que va a tener entre sus clientes.

¿Todavía queda margen para la sorpresa?

Dentro del sector editorial hay quien se pregunta si con estas nuevas técnicas de Inteligencia Artificial, que poco margen dejan al error, todavía queda espacio para que los editores, auxiliándose únicamente de su «olfato», pueden lograr éxitos editoriales.

Un ejemplo donde un libro que la editorial que lo publicó no acertó ni con el número de copias que se vendería, preveían un número «normalito», ni tampoco con los datos sociodemográficos de los compradores, fue Soldados de Salamina, de Javier Cercas.

LITERATURA RANDOM HOUSE aseguró a Cercas que no pasaría de los 5.000 ejemplares y que su público objetivo serían personas de más de setenta años, y a pesar de los magros resultados económicos que se auguraban, la editorial decidió publicarlo.

La primera sorprendida del éxito de ventas que supuso ese libro de Javier Cercas fue la propia editorial, que vio, además, como la mayoría de los cientos de miles de compradores fueron personas de menos de cuarenta años. +

Los nietos de aquellos que participaron en la guerra Civil Española fueron los que más compraron y leyeron el volumen, como una manera de entender el trauma colectivo que protagonizaron sus abuelos.

Unas herramientas valiosas

Aunque bien es cierto que con las nuevas herramientas tecnológicas se pierde la «magia» y el romanticismo de la labor editorial tradicional, lo cierto es que las nuevas herramientas tecnológicas hacen en negocio editorial más seguro y previsible.

Finalmente, una editorial, y estamos abocados a que las únicas que sobrevivan sean los grandes conglomerados de comunicación, sigue las mismas lógicas que cualquier otra empresa, esto es, lograr beneficios.

Máxime cuando muchas de ellas cotizan en bolsa por lo que tienen unos accionistas a los cuales poco les cuesta vender y resguardarse en valores más seguros, en caso de que la cuenta de resultados entre en números rojos.

Una de las editoriales que con más pasión ha abrazado estas nuevas tecnologías de IA y Big Data es la editorial francesa Hachette, que ha planificado lanzar 5.000 títulos habiendo evaluado previamente su posible éxito, organizando más eficientemente el marketing y la promoción y anticipar la satisfacción de los lectores.

Spain is different!

Mientras que división británica de Hachette, una de las principales editoriales del país vecino, y que «maneja» autores tan importantes como James Patterson, Donna Tartt, Maya Angelou o Stephen King, hace un uso intensivo y extensivo de las nuevas herramientas tecnológicas, España sigue siendo un erial.

Tímidamente, algunas editoriales, sobre todo filiales de grandes conglomerados editoriales internacionales, comienzan a guiar el negocio utilizando las nuevas tecnologías, aunque su uso esté todavía en «mantillas» en nuestro país.

Y aunque no sea ni mucho menos un demérito, los editores españoles siguen haciendo uso de las herramientas tradicionales: grandes dosis de «olfato», aliñar los libros con mucho gusto y salpimentarlo todo con el adecuado marketing y promoción.

Cada cosa en su lugar

A pesar de que muchas veces el debate está en si los analistas de datos acabarán desplazando a los editores en el sector editorial, algunos expertos auguran unos escenarios híbridos.

Son muchos los que piensan que, para el tratamiento de datos eminentemente cuantitativos, como pueda ser el ciclo de vida de una obra o decisiones sobre sí reeditar, o no, un determinado volumen, la IA desplazará a otros métodos.

Sin embargo, hay aspectos del negocio editorial como el gusto, el «olfato» para encontrar títulos que llamen a los lectores o como llevar a cabo la promoción de una determinada obra, donde el concurso de recursos humanos seguirá siendo esencial.

En logística la IA ya es fundamental

Es un aspecto que, en el gremio editorial, tiene una mayor importancia que qué se cree, ya que la venta de un libro tiene mucho del manido dicho de «estar el momento indicado en el sitio justo».

Para las ventas de cualquier editorial, es esencial lograr que las librerías donde se comercializan sus libros estén en todo momento convenientemente abastecidas, máxime ahora cuando existen tantos canales de venta distintos.

La logística editorial involucra a muchos «actores» – desde los almacenes de las editoriales a los de las distribuidoras – y medios como el transporte por carretera o tren, por lo cual técnicas de datos que son capaces de manejar simultáneamente muchas variables, son esenciales.

Fuente – EL PAÍS

Imagen – geralt / Rene Schwietzke / Electron / Miguel Ángel Masegosa Martínez / Piotr Drabik / Rab Lawrence

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