Úrsula K. Le Guin: una radiografía

Aparece en los expositores de las librerías Conversaciones sobre la escritura, una de las pocas entrevistas que la autora de ciencia ficción concedió. A medida que se va desarrollando el diálogo con el periodista David Naimon, se desgranan una gran cantidad de temas – feminismo, política, los tiempos modernos – que exceden al hecho literario

Unas breves pinceladas de lo que fue una de las escritoras de ciencia ficción más importantes de los Estados Unidos de América, Úrsula K. Le Guin, que creo su propio universo literario bajo el nombre de Terramar, aparece ahora en los expositores de las librerías.

En Conversaciones sobre la escritura, que ahora ve la luz publicado por el sello editorial Alpha Decay, seremos testigos de la extensa conversación que el periodista David Naimon mantuvo con la autora de, entre otras, La costa más lejana.

A lo largo del diálogo se tratarán muchos temas, pero quizás los más relevantes son los que tienen que ver con la política, el feminismo y lo que supone escribir en los tiempos modernos que a la escritora le tocó vivir.

Interés por la humanidad desde la cuna

Úrsula Kroeber nació en el año 1929 en la universitaria ciudad de Berkeley, hija de Theodora Covel Kracaw y Alfred Louis Kroeber, siendo ella una psicóloga que dedicó media vida a ejercer de escritora y él un antropólogo y profesor universitario.

Con esos antecedentes la orientación de la joven Úrsula a todo lo que fuera la investigación sobre el ser humano y sus condicionantes, aunque decidiera situar a sus personajes en un futuro de ciencia ficción.

Del mismo modo, el interés por la literatura corrió parejo a su interés por la palabra, escrita o no, lo que hizo que en el año 1951 se graduase en el Radcliffe College con una licenciatura en literatura francesa.

La inquieta Úrsula prosiguió con sus estudios universitarios en la Universidad de Columbia donde logró una maestría en Literatura de la Edad Media y el Renacimiento.

Tal era el talento de Le Guin que fue merecedora de una prestigiosa beca Fullbright que permitió ampliar estudios en París.

Una escritora tardía

A pesar de que fue una joven despierta y una magnífica alumna de todos aquellos estudios que cursó, los siguientes 20 años tras culminar su etapa universitaria los dedicó en exclusiva a la crianza de sus hijos y a la docencia.

A pesar de ellos en esas dos décadas, y en su tiempo libre, escribía como si no hubiese un mañana, con lo que en esos años escribió hasta cinco novelas que estuvieron durante mucho tiempo en un cajón acumulando polvo.

A pesar de que sus comienzos en la publicación de su obra fueron tardíos, al final de su vida habían sido puestos negro sobre blanco un total de veintiún novelas, once volúmenes de cuentos y cuatro colecciones de ensayos.

Fueron legión los premios literarios que logró, la mayoría de ellos, bien es cierto, que dentro del ámbito de la ciencia ficción, como los premios Hugo, Nébula y el Locus, aunque también fue merecedora de prestigioso National Book Award.

Una entrevista inopinada

Le Guin fue una escritora muy celosa de su intimidad, y que concedió muy pocas entrevistas a lo largo de su vida, por lo que el largo diálogo con el periodista David Naimon y que ahora publica en castellano el sello editorial Alpha Decay sorprende.

Y la sorpresa es tanto por la extensión de la entrevista, que ha dado para un libro de más de cien páginas, como por lo profundo de la misma, que excede el propio hecho literario ya que se abordan temas más personales e ideológicos, como sus opiniones políticas o el feminismo.

En las páginas de libro también podremos encontrar a una escritora que pensaba que la literatura era ante todo compromiso, tanto con el tiempo que le había tocado vivir como con sus coetáneos.

Compenetrada con sus lectores

Si algo consiguió esta profesora universitaria es lograr la completa compenetración con sus lectores, eso que ahora el marketing denomina engaged, esto es, tenía una legión de seguidores que compraban todos sus libros.

Del mismo modo, y como ya hemos indicado, la autora de Un mago de Terramar entendía la literatura como un compromiso con su tiempo y sus coetáneos, de manera que, hasta cierto punto, puso su literatura al servicio de una serie de valores.

Para ella la palabra siempre fue, ante todo, una herramienta política, y lo podemos ver en muchos de los libros que escribió. Los desposeídos no es sino un tratado sobre la ideología que subyace al anarquismo.

En La mano izquierda de la oscuridad aventura un concepto, el de la sexualidad fluida fuera de conceptos binarios que es ahora un tema de candente debate dentro del movimiento LGTBI, un debate que ya toca a la sociedad en general.

En la vanguardia

La prosa de Le Guin también ha sido considerado por reputados críticos literarios como de vanguardia, sobre todo porque las reglas de la escritura actual han pasado de ser unas buenas prácticas para convertirse en un corsé ceñido que muchas veces «ahoga» a los escritores.

Una de las principales aportaciones a las letras universales fue el deshacer el mantra de que cualquier narración necesita del conflicto para hacer avanzar la trama.

Le Guin tenía una visión completamente diferente y achacaba el conflicto al mercantilismo que campa por sus respetos en la industria editorial, una industria editorial que sigue dominada por hombres.

También poeta

Pero Úrsula K. Le Guin no se conformó con transitar los pagos de la narrativa, sino que también fue una destacada poeta, aunque la liberalidad con la que compartía su prosa, no se traducía en un comportamiento similar en los ripios que enlazaba.

Con la poesía Le Guin tenía un especial pudor debido que es con las rimas y los versos cuando se nos presentaba la persona y el ser humano que muchas veces se escondía bajo la escritora de éxito.

A pesar de que su obra poética es excepcional y crearla le costó tiempo y esfuerzo, la consideraba algo tan personal que, aunque publicó varios poemarios, no hizo mucho porque tuviera la trascendencia que su calidad merecía.

Consideraba que la poesía estaba, en su sustrato más básico, sustentada por la música, y que escribir y leer poesía poco tenía que ver con la racionalidad, sino con las emociones y la delicuescencia.

Fuente – el diario / Ursula K. Le Guin en Wikipedia / Casa del Libro

Imagen – Wikipedia / Eric E Castro / Serwan Melk / TopRank Marketing / Adam Barker / Steve Johnson

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