Se nos va un poeta y revolucionario

Ernesto Ortega ha fallecido a los 95 años en Managua, la capital de Nicaragua. El que fuera cabeza visible de la revolución sandinista seguía, a pesar de su edad, con una envidiable actividad, y estaba trabajando en su último poemario, que lleva por título Canto cósmico

El pasado domingo falleció, en la capital nicaragüense, Managua, el sacerdote, revolucionario y poeta Ernesto Cardenal, a los 95 años.

El fallecimiento se debió a la complicación de los problemas cardiacos y renales que el autor de, entre otros, de Canto Nacional, llevaba sufriendo ya muchos años.

Además de haber participado activamente en la subida del Frente Sandinista al poder, el movimiento revolucionario que logró deponer a la Anastasio Somoza, también fue uno de los principales actores de la renovación de la poesía latinoamericana.

Fue uno de los máximos representantes de la Teología de la Liberación, siempre lucho frontalmente contra cualquier tipo de autocracia, lo que en los últimos tiempos le había hecho muy crítico con el gobierno de Daniel Ortega.

Poesía al servicio de la libertad

Ernesto Cardenal siempre entendió que la literatura, y especialmente la poesía, tenía que estar al servicio de una causa, y en este caso fue el de la liberación de Nicaragua de la opresión de esa familia de sátrapas que fueron los Somoza.

Del mismo modo, su práctica como sacerdote, llegó a estar excomulgado por Juan Pablo II, siempre estuvo al lado de los más pobres y los que más sufrían, y utilizó su poesía para denunciar la injusticia.

Por todo se convirtió en el principal referente moral de la revolución sandinista, que finalmente y contra todo pronóstico, a la «contra» la financiaba Estados Unidos que compraba armas mediante la venta del opio que venía de Irán, logró vencer y reinstaurar la democracia, al menos durante algunos años.

Poeta e intelectual

Nacido en Granada, ciudad que fue fundada en 1524 por Francisco Fernández de Córdoba, en el año 1924, ya desde temprana edad mostró afición a las letras, lo que le haría entroncar, ya en su juventud, en la sólida tradición poética nicaragüense.

En su etapa universitaria estudió Literatura en su país natal y también en México, y amplió estudios en Europa y Estados Unidos; en esos mismos años se ordenó sacerdote y fundó una comunidad de pescadores y pintores.

Dicha hermandad estaba ubicada en el archipiélago de Solentiname, y durante esa estancia allí es cuando verá la luz El Evangelio de Solentiname, una obra producto de pasar allí buena parte de sus vacaciones, en las cuales también ejercía como párroco de una pequeña iglesia.

Las letras nicaragüenses se conduelen

Uno de los primeros en salir a la palestra ha sido su amigo, y también escritor, Sergio Ramírez, aunque también otros «primeros espadas» del país que gobernase José Santos Zelaya, se han apresurado a lamentar el fallecimiento.

Ramírez ha valorado a Ernesto Cardenal como uno de los principales renovadores de la lírica nicaragüense y también un cronista privilegiado de una época, muchas veces convulsa, de ese territorio que una vez perteneciese al Imperio Mexicano.

Desde las letras nicaragüenses también se alaba a Cardenal por haber sabido crear escuela, y también un innovador; de hecho, el mismo definía su poesía como «poesía científica», ya que muchas veces sus ripios tenían que ver con la ciencia.

La inmensa cultura y erudición que poseía, no en vano era un asiduo a la literatura científica, lo plasmaba en bellos versos que pretendían servir de puente entre la literatura y el más reciente pensamiento científico.

Ligado a la revolución sandinista

Como ya hemos indicado, fue uno de los líderes de la revolución sandinista que derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza, y puso su sentido poético al servicio de la acción revolucionaria del Frente Sandinista.

Su pulsión revolucionaria se puede rastrear en sus más magnas obras, caso de Hora cero o el famoso El canto nacional en donde magnífica la gesta por la libertad de Augusto Sandino y los guerrilleros sandinistas.

Sus veleidades izquierdistas no eran del gusto del Vaticano e incluso el propio pontífice Juan Pablo II lo amonestó públicamente en la visita que realizó al país centroamericano en el año 1983.

Perseguido por el Régimen de Ortega

Ernesto Cardenal fue muy crítico con el gobierno de Daniel Ortega desde que este recuperó el poder en el año 2007, ya que, desde ese año, él y su esposa, han realizado una labor de zapa de la democracia nicaragüense, hasta convertirse en un sátrapa caribeño.

A pesar de ser perseguido por la maquinaria burocrática de Daniel Ortega y Rosario Murillo, casi hasta el momento de su muerte, mantuvo una envidiable actividad a pesar de su ya provecta edad.

Cardenal seguía dando recitales poéticos por toda Latinoamérica como en Europa, y también seguía en política, denunciando en cuanto foro tenía a su disposición los desmanes realizados por Daniel Ortega y Rosario Murillo.

De hecho, ha sido un escritor, mejor dicho, poeta, que ha muerto «con las botas puestas», ya que a sus 95 años seguía escribiendo, la que ha sido su postrera obra, que lleva el título de Canto cósmico.

Rehabilitado por el Papa Francisco

Finalmente, el poeta y sacerdote nicaragüense logró que los nuevos aires que corren por el Vaticano, con un Papa Francisco que ha vuelto la cara de la institución a los más necesitados, le fuesen favorables y pudiese de nuevo impartir los sacramentos.

Fue Juan Pablo II el que suspendió ad divinis a Ernesto Cardenal, lo que entre otras cosas le impedía dirigir misas y administrar los sacramentos.

Desde que Jorge Mario Bergoglio sucediese en la cúpula de la iglesia católica a Benedicto XVI, Cardenal se convirtió en uno de sus más firmes defensores, ya que el vate nicaragüense consideraba que la Iglesia católica había vuelto a sus verdaderos orígenes.

Luto en Nicaragua

A pesar de que las relaciones entre el jefe del Estado, Daniel Ortega, y el autor de Canto a un país que nace eran todo menos cordiales, se ha decretado, en todo el país, un duelo nacional de tres días.

De hecho, Rosario Murillo, a pesar de que mantenía un odio enconado contra el poeta, se ha desgañitado en alabanzas, utilizando un discurso entre místico y religioso, lo ha calificado como «hermano», y como «gloria y orgullo» a quien recibiera el Premio Reina Sofía el año 2002.

Fuente – EL PAÍS / Ernesto Cardenal en Wikipedia / Granada (Nicaragua) en Wikipedia / Nicaragua en Wikipedia / papa Francisco en Wikipedia

Imagen – Jorge Mejía Peralta / Wikipedia / Nicaragua / Michel Temer / Duygu and Bolo

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