El buen sentido de los libreros catalanes

Se suele decir que «a mal tiempo buena cara», y a ello se aplican un grupo de librerías catalanas que han creado la plataforma online, bajo el nombre de Llibreries Obertes que agrupan a varias pequeñas librerías y que tienen un método de cobro peculiar: el 50% del precio del libro se paga a la compra, y el otro 50% cuando se tiene el volumen físicamente

Aunque nadie lo dijera por la deriva soberanista que como un tsunami se ha llevado por delante el buen sentido de la política catalana, en esa comunidad autónoma todavía hay sectores en los cuales impera el tan preciado seny catalán.

Haciendo de la necesidad virtud, acaba de surgir, por iniciativa de un buen número de libreros catalanes, la iniciativa Llibreries Obertes, para intentar seguir haciendo negocio con la venta detallista de libros a pesar de la que está cayendo.

La iniciativa ha tenido tanto éxito, que solo en las primeras 24 horas ha logrado vender un total de 1.200 libros entre el conjunto, son 25, de librerías que han puesto en marcha el proyecto, aunque como «nunca llueve a gusto de todos» ya han sido varias las librerías que se han retirado del proyecto.

Un proyecto con gente de diversos sectores

La iniciativa de Llibreries Obertes que en esencia lo que busca es poder vender de manera virtual libros de las librerías adheridas, para posteriormente enviar al cliente su libro o libros elegidos, proviene de la cooperativa som* y la Agencia Montersen.

La primera polémica está servida después de que varias librerías, entre las que se encuentran NoLlegiu y Calders, se hayan apeado de la iniciativa, alegando que ninguna de ambas dio su permiso para ser incluidas.

Un peculiar sistema de pago

Es una de las principales novedades que encontramos en la nueva plataforma, ya que, de cada libro vendido, el librero recibe en un primer momento el 50% del precio de venta al público, y posteriormente el otro 50%, cuando el cliente pasa a recoger el volumen.

El peculiar método de pago, la mitad ahora y la otra mitad cuando se recupere la actividad económica y las librerías puedan volver a abrir la persiana, proviene de que, con la legislación catalana, una librería solo puede facturar si está abierta al público.

Otra de las peculiaridades es que los clientes solo podrán tener acceso a los volúmenes que han comprado cuando las librerías vuelvan a abrir, por lo que, para comprar libros en esas condiciones, es necesario tener mucha fe en el gremio librero catalán.

Alrededor de un sitio web

La dirección del sitio web donde se centraliza la iniciativa es https://llibreriesobertes.cat/ que es un sitio web al uso de aquellas plataformas que se dedican al comercio electrónico de libros, no siendo más que una marketplace dedicado a la cultura.

El sitio web tiene un fondo editorial de 6.000 títulos, publicados únicamente en 2019 y 2020, que engloban a unas 500 editoriales; sus fundadores tienen la previsión de poder vender anualmente alrededor de 30.000 títulos.

Además, el cliente puede elegir en qué librería va a comprar el libro que ha elegido, reportando el 100% del precio de venta solo a la librería que ha elegido de las que están adheridas.

Hacer crecer el negocio

A pesar de que el proyecto de Llibreries Obertes se encuentra dando sus primeros balbuceos, la realidad es que los socios del negocio ya están pensando ampliar el número de librerías asociadas a otros territorios.

Entre los territorios a los que Llibreries Obertes pretende «hincar el diente» se encuentran varios muy cercanos a Cataluña, como es el caso del País Valenciano o incluso Baleares, ya que los tres territorios, con permiso de valencianos y baleares, comparten el catalán como lengua de uso común.

Un oficio heroico, más ahora con la pandemia

Si en el siglo pasado el oficio de librero podía estar bien retribuido y también dar una pátina de prestigio social al quienes ejercían la profesión, la realidad es que en pleno siglo XXI, además de la dura competencia de las plataformas de venta de libros, los índices de lectura en España llevan décadas en «caída libre».

Y la crisis sanitaria, o mejor la llamaríamos de emergencia vital, no ayuda nada: antes de que el covid-19 nos amargara la existencia, en una semana «normalita» en Cataluña, se vendían cada día alrededor de 31.000 libros.

Pero desde que los primeros casos de la pandemia global en la que se ha convertido el covid-19, Cataluña ha recluido a toda la población en sus casas y cerrado todos los comercios, y entre ellos las librerías.

En plena temporada de ventas

El cierre de las librerías, tanto las de Cataluña como las del resto del estado ha coincidido casi con la Semana Santa, una época del año en la cual son muchas las librerías que aprovechan, el periplo estival, para «hacer caja».

De hecho, ya son muchas las librerías que están realizando los primeros Expedientes de Regulación de Empleo Temporales, ya que con la «persiana echada» es muy difícil mantener el empleo.

A pesar de todo, por lo general los libreros y libreras son gentes corajudas – lo hay que ser para hacer frente a la competencia de gigantes como FNAC o Casa del Libro – y van a hacer todo lo posible porque el tejido cultural de las pequeñas librerías no se pierda.

Librerías con solera que optan por ERTE

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Circunscribiéndonos a Cataluña, librerías con tanta pátina como La Central, Laie, Altaïr o Casa del Libro han optado por llevar a cabo expedientes de regulación de empleo temporales.

Entre las cuatro citadas, se «van a ir a casa» alrededor de 800 personas, lo cual supone un verdadero trauma para esas personas para las cuales trabajar en las «grandes» era un sinónimo de estabilidad laboral.

Desde Altaïr, su alma mater, Pep Bernardas, asegura que con los pocos libros que se habían vendido durante principios de mes se pagará la nómina a los trabajadores, pero que para abril se presentará un ERTE para toda la plantilla.

A pesar de que el negocio de Altaïr pivota sobre tres ejes, ya que además de una librería es una agencia de viajes y una revista, ninguna de las tres «patas» está generando negocio, por lo que al ERTE de la librería se une el de los trabajadores de la revista y los de la agencia de viajes.

Fuente – LA VANGUARDIA / EL PAÍS

Imagen – Ajuntament d’Esplugues de L’lobregat / Alejandro / kuhnmi / Llibreries Obertes / Carolina García / Thomas Rombauts / ymx48 / Daniel Villar Onrubia

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