
De un tiempo a esta parte, el marketing y el diseño gráfico se han convertido en una de las bases de cualquier campaña de lanzamiento de cualquier éxito editorial. Si bien la portada y el tratamiento gráfico de la misma no resultan esenciales para lograr una venta, si ayuda mucho
Estando en una época plenamente visual, donde el impacto es mucho mayor si se trata de una imagen que un texto, las editoriales, para vender libros, se ven obligadas muchas veces a tener sobredimensionados departamentos de marketing, publicidad y arte.
En la era en la que predomina internet, y los jóvenes y no tan jóvenes hacen compras masivas, también de libros, en Amazon, la mejor política consiste, para los lanzamientos mundiales, en utilizar la misma portada para todos los mercados donde se vaya a introducir el libro.
Muchas veces, y lo decimos por experiencia propia, muchas veces las compras se realizan, más que por el contenido del texto, por el impacto que tiene la portada del libro en el posible consumidor, lo que puede hacer que compre el libro leyendo solo ligeramente el argumento.
Algo que se inició en el siglo XIX

Antes de ese siglo, no estaba todavía prefigurado el negocio editorial como todavía lo conocemos en el siglo XXI, ya que, hasta esos años, el libro era prácticamente un producto de lujo, que estaba solo accesible para personas pudientes.
La cubierta de libro debe de permitir, para lograr un buen engaged con el cliente que represente, de un vistazo, las partes esenciales del texto y su argumento, aunque eso se puede lograr de diversas maneras.
También se introducen, en el lenguaje gráfico, señuelos para lograr que los clientes de las librerías o los internautas que habitualmente compran en marketplace como Amazon, se fijen en un volumen y no en otro u otros.
Muchas veces, en mercados globalizados en los cuales el libro en cuestión, debidamente traducido, se vende utilizando la misma cubierta, de manera de lograr, aunque sea de manera artificiosa, una sensación de globalización.
El tormentoso periplo de las memorias de Woody Allen

El escritor y director de cine Allan Stewart Konigsberg, más conocido como Woddy Allen, acaba de escribir unas memorias cuya publicación ha sido muy accidentada, aunque finalmente se ha lanzado el título internacionalmente.
Inclusive se cuenta en los mentideros de las editoriales internacionales que el también escritor Ronan Farrow llegó a amenazar a la editorial con dejar de publicar con ellos si en algún momento Woody Allen llegaba a publicar con ellos.
En el caso de libro de Ronan, que en el mercado anglosajón ha «salido» con el título de Catch and Kill y en el español con el nombre de Depredadores, y se decidió mantener la portada original debido a que ha logrado un gran éxito tanto de venta como de público.
En determinadas ocasiones, y específicamente en el mercado en español, una palabra que puede ser neutra en España, pero puede tener una importante carga negativa en determinados países de Latinoamérica.
Inclusive se ha cuidado mucho la tipografía que se ha utilizado en el libro, de manera que se ha utilizado un tipo de letra Windsor que casa mucho con la temática del libro y que colabora con un libro que ha escrito el cineasta norteamericano.
Inclusive se han producido situaciones en las cuales el no haber acertado con la imagen en la portada del libro ha provocado que el libro no haya «funcionado», de manera que la elección de los motivos gráficos de la misma, son esenciales.
Sin embargo, en Italia se diseñó una portada completamente diferente, con una tipografía diferente, con fondo amarillo y con unas gafas.
Cada país es un mundo

Las editoriales que publican en mercados internacionales son conscientes de que, por lo general, cada país tiene sus peculiaridades de cara a realizar el diseño de cualquier portada, de manera que lo que funciona en un país no funciona en otros.
Del mismo modo, dependiendo del formato del libro, vamos a ver como unos tipos de imágenes o de diseño gráfico son mucho más impactantes que otros y no es lo mismo un formato de libro estándar que otro de cuentos para niños.
La cosa cambia cuando estamos hablando de mercados internacionales ya que en cierto modo hay lo que puede primar es la estandarización de la portada, de manera que sea fácilmente reconocible en cualquier expositor de librería.
Y ese efecto, que sea reconocible, es un buen factor a tener en cuenta para lograr buenas ventas, pero siempre que el tiempo que haya pasado entre la publicación del original y la traducción no haya pasado mucho tiempo.
Inclusive, en la política de lanzamientos un factor no menos importante es la importancia que está teniendo lo digital en nuestras sociedades, pero a pesar de ello el libro físico continúa teniendo importancia, a pesar de que la revolución digital ha introducido el libro electrónico.
La importancia del mensaje

Pero, además de su diseño gráfico, las portadas también tienen poseer un mensaje, lo cual hace que haya que pensar tanto en el propio mensaje como de que mejor manera codificarlo, ya que la forma de decirlo proviene de factores de índole cultural.
En caso de que el título del libro sea literal, la traducción no tiene mayor importancia, pero en caso de que el epígrafe del título sea una metáfora, es necesario adaptarlo a los modismos propios del idioma en el que se haya hecho la traducción.
La construcción de un mensaje gráfico depende en la gran mayoría de las veces del contexto cultural en el cual se va a publicar esa obra, de manera que está en dependencia directa del mercado donde se va a publicar dicha obra.
Desde el gremio editorial se considera que no es habitual que en el expositor de una librería el libro se compre por su estética, pero indudablemente es un factor que ayuda a que el cliente se sienta atraído por el libro, lo ojeé y si le gusta el argumento, lo compre.
Fuente – InfoLibre
Imagen – Gustavo Devito / Garry Knight / Raffi Asdourian / Horia Varlan / Mandy Goldberg