
Producto de la crisis sanitaria del covid-19, la Feria de Fráncfort de este 2020 se reducirá la mínima expresión, con la misma sede física, pero con buen parte del negocio – compra y venta de derechos de autor, venta de libros – que se realizará de manera telemática y por videoconferencia
A pesar de que la Feria de Fráncfort, producto de la tecnología, se ha visto desvirtuada en los últimos años – el uso masivo de la tecnología hace que se llegue a la feria con la mayor parte de los contratos «atados» – la pandemia del covid-19 prácticamente ha desarbolado la edición de este año.
De hecho, los grandes grupos del libro, caso de Penguin Random House, Hachette, Harper Collins o Simon & Schuster, por citar solo tres, van a declarar desierta esta edición de la que pasa por ser la feria de la edición más importante del mundo.
Una edición eminentemente virtual y en alemán

Pero que la edición presencial, por así llamarla, haya quedado desvirtuada, no implica que no se vaya a celebrar una populosa, por el número de participantes, edición virtual, organizada así en la posibilidad de una segunda oleada de la pandemia.
A pesar de la digitalización de la edición, el negocio está asegurado, de manera que, aunque haya sido de modo telemático, se venderán un montón de derechos de autor y al mismo tiempo las grandes distribuidoras comprarán gran cantidad de libros.
De cualquiera de las maneras, desde la dirección de la Feria de Fráncfort, su director Juergen Boos considera que, aunque con limitaciones, la edición de este año se mantendrá, aunque tomando las medidas de seguridad pertinentes.
La implementación de esas medidas de seguridad, y sobre todo la distancia social, se sustancia en la ampliación al doble del espacio de los expositores de cada empresa participante, y también se amplían la dimensión de los pasillos.
Además, todo stand va a tener delante de mismo, una distancia de al menos 1,5 metros para que los comerciales y los clientes puedan mantener la distancia de seguridad, para evitar en la medida de lo posible la extensión del covid-19.
Desde la dirección de la feria se ha decidido que el encuentro de este año estará dedicado, en gran medida, a la literatura en alemán, teniendo en cuenta que el 70% de los asistentes a la feria tienen como lengua materna la de Goethe.
Ausencias sonadas

Ya está confirmado que los grandes editores norteamericanos no acudirán a la feria de este 2020, y que también faltarán muchos de los asiáticos.
En lo que respecta a la presentación patria, los grandes grupos de comunicación españoles, caso de Planeta, acudirán con equipos reducidos, pero con el suficiente personal como para poder «sacar el trabajo» adelante.
En el caso de otro de los grandes grupos de comunicación hispanos, es el caso de Anaya, los editores esta vez se quedarán en Madrid y solo acudirán algunos equipos de ventas para cerrar negocios que tengan que ver con la adquisición de derechos de autor.
En lo que respecta a las agencias literarias españolas, la mayoría no acudirán a la edición de este año, inclusive los «pesos pesados» del sector, caso de la Agencia Balcells, que mantendrá reuniones virtuales con sus clientes.
Seguramente el vacío más difícil de llenar será la presencia de editoriales norteamericanas, ya que en la edición del 2019 el 25% de las agencias eran norteamericanas, así como 780 agentes ávidos de vender y comprar derechos de autor.
España podría no ser país invitado en el 2021

Se especulaba con la posibilidad de que España fuera el país invitado en la edición del 2021, pero parece que le podría salir un competidor en Canadá, que era el país invitado en la edición de este año.
Las conversaciones se están manteniendo a varias bandas, también con los países que iban a ocupar el lugar de honor en posteriores ediciones, caso de España, Eslovenia e Italia.
Los canadienses están convencidos que lograrán los «laureles» el año que viene, de manera que inclusive han paralizado la construcción de su pabellón para la edición que se iba a celebrar en el mes de octubre.
Sin embargo, en el sector editorial español se ha tocado zafarrancho de combate ante las pretensiones del país que preside Justin Trudeau, ya que se pretendía que la Feria de Fráncfort del 2021 fuese un trampolín para los autores españoles que no presentan libro este año.
Muchos eventos en uno

La Feria de Fráncfort es un escaparate, casi siempre poliédrico, en el que caben muchos actos, como el que todos los años celebran los Libreros Alemanes, que entregan el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes.
El elegido este año para recibir el galardón es el filósofo y economista indio Amartya Sen, que a la sazón también es Premio Nobel de Economía, que ha centrado buena parte de su carrera en buscar fórmulas para paliar la desigualdad y lograr un mundo más justo y humano.
En la justificación del premio, los Libreros Alemanes valoran el trabajo de Sen en temas que tienen que ver sobre temas que, como la sanidad y la educación públicas, unos temas magnificados por la problemática de la actual pandemia.
Pensamiento nodular en la obra de Amartya Sen es que el bienestar de una sociedad no se tiene que medir solo por su desarrollo económico, sino que entran en juego otras consideraciones como el desarrollo de los grupos y los individuos más desfavorecidos.
Por lo general, es el día en el cual concluye la feria cuando se realiza la ceremonia de entrega del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, que está dotado con 25.000 euros, y siempre se entrega a una persona relevante que haya realizado un aporte a la idea de la paz.
En la edición del 2019 el galardonado fue el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, pero otros premiados relevantes en ediciones anteriores han sido el sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, o los escritores Mario Vargas Llosa o Jorge Semprún.
Fuente – EL PAÍS / Canadá en Wikipedia / LA VANGUARDIA
Imagen – Oliver Bildesheim / Joi Ito / Darzl Mol