
Se publican ahora, en castellano, las memorias de la autora del libro que dio lugar a la serie de Netflix Unorthodox, manuscrito que escribió mientras estudiaba en la universidad y que hasta cierto punto fue un texto catártico que la hizo cambiar durante la escritura del mismo y su posterior publicación
Deborah Feldman, la escritora que está detrás de la exitosa serie Unorthodox, es, en su propia vida, un ejemplo viviente de lo que cuenta la popular serie que se puede encontrar en la plataforma de vídeo en streaming Netflix.
Ahora, en plena «resaca» de la pandemia, publica sus memorias en castellano, que son también las de una judía que nació y creció en una comunidad judía ortodoxa y que un buen día decidió que el opresivo ambiente y la falta de aire no llenaban sus expectativas vitales.
Ahora rememora como hace justo una década, y con su hijo de tres años dormido en una destartalada cama, abrió un portátil, que también era todo cochambre y comenzó el original de lo que un tiempo después se convertiría en la serie Unorthodox.
Texto universitario

De hecho, lo que posteriormente sería un guion lo escribió a salto de mata y por las noches, compatibilizando la atención a su retoño con unas jornadas nocturnas, que se le pasaban escribiendo mientras sus compañeras y compañeros de estudios compartían francachelas.
Era un tipo de vida que venía dictado por el presente de indicativo, no haciendo planes más allá de un par de semanas, salvo la rutina académica, no sabiendo que le iba a deparar el futuro, ni el próximo ni el lejano.
El relato que iba pergeñando y escribiendo el absorbía la mayor parte de la noche y en cierto modo durante algunos meses se convirtió en un salvavidas que, además de su hijo, daba sentido a su vida.
Además, antes de escribir lo que posteriormente sería el formato televisivo de Unorthodox, no había escrito no ya un cuento, si ni tan siquiera un artículo para ningún periódico de instituto o universitario, por lo cual la historia se convirtió en su ópera prima.
Una liberación

El texto también le sirvió, tal como le explicó su abogada, para huir de la opresiva comunidad judía ortodoxa donde había nacido y había vivido y para lograr una repercusión mediática que la protegiese de la ira de esa propia comunidad.
Lo que buscaba con el libro era una nueva vida tanto para ella como para su hijo, revelar todo lo que había vivido en una comunidad jaredí era una manera de convencerlos de que la dejaran iniciar una nueva vida y que no merecía la pena luchar por ella.
Algo imprevisto

No fue algo premeditado, ni escribir un libro sobre la comunidad de judíos ortodoxos donde se había criado, ni tampoco que firmar con un contrato con una editorial de fuste sin haber cumplido los 25 años.
De haber podido elegir, y no es que se quejase de haberse convertido en una enfant terrible de las letras norteamericanas, le gustaría haberse formado más antes de haber visto publicados sus primeros trabajos.
Su ya larga carrera como escritora le ha enseñado que no existe ninguna formación específica para escritores o aquellos que pretenden serlo, sino que lo único que existe es el acto de escribir.
En cuanto a la percepción subjetiva que tuvo con la escritura de libro no fue la de un acto de libertad creativa, sino más bien un tejer de una escala que le permitía la huida a un lugar seguro.
A vuelapluma

Otra de las características del manuscrito, no sensu stricto porque se escribió en un portátil, fue que Deborah Feldman no tuvo nunca un plan prefijado de trabajo o una estructura formal para la escritura.
Aquello surgió únicamente de la inspiración, y quien sabe si de las musas, y fue tomando forma poco a poco, letra a letra y frase a frase.
A pesar de que había asistido a bastantes talleres de escritura en la universidad, en donde te enseñan a crear los personajes, estructurar el relato y otros muchos artificios literarios, no utilizó ninguno de ellos.
Una escritura más racional

Después de llevar ya varios libros, ha llegado un momento en el que ha apreciado las bondades de seguir las enseñanzas emanadas de los muchos de los cursos y talleres de literatura en los que ha participado desde que era estudiante universitaria.
Feldman se encuentra enfrascada en la escritura de su primera novela en lengua alemana, aunque confiesa que se encuentra falta de inspiración, por lo que tiene que «tirar» de racionalidad para enlazar las palabras y las frases.
Sin embargo, la inspiración, bien es cierto que espaciada, va fluyendo, a veces como un riachuelo con escaso caudal y de vez en cuando como un torrente imparable y proteico.
La escritora neoyorquina también es consciente de que la inspiración es algo que le acompaña desde la niñez y que viene y va, y lo mejor es que cuando aparezca la coja escribiendo, para poder lograr que las musas la inspiren en la escritura.
Proceso catártico

Tal como define la autora, el haber escrito Unorthodox también ha sido un proceso catártico, es decir, era una antes y durante la escritura de libro y se convirtió en otra porque la escritura del texto tuvo un efecto catártico.
También considera que, si hubiese esperado otros diez años para escribirlo, el libro hubiese sido otro, de manera que no hubiese tenido ni la misma «textura» ni el mismo fondo que el que ha dado lugar a la serie de televisión del mismo nombre.
Feldman no rebate la idea de que se trata de un libro «crudo», un libro que no deja indiferente a nadie que lo lee y que hasta cierto punto produce un efecto desgarrador que muchos lectores le han comentado.
La autora de Exodus considera que, para los seres humanos, la felicidad es esquiva y que hay que buscarla a conciencia, aunque si nos esforzamos a conciencia, es muy posible que la encontremos inclusive cuando ya hemos perdido toda esperanza de encontrarla.
Residencia en Berlín

A pesar de que es de nacionalidad norteamericana, para una persona de ascendencia judía, no es baladí el residir en Berlín, lo que fuera la capital del III Reich.
A pesar de que fue la capital del Régimen Nazi, Berlín siempre ha sido una tradicional ciudad de acogida de todo tipo de refugiados, inclusive para comunidades de judíos ortodoxos, una urbe que por otra parte se construyó sobre un pantano.
Nada más metafórica que una tierra lacustre donde es imposible que crezca ningún tipo de raíz para significar que a la misma acuden personas que muchas veces carecen de todo tipo de raíces y que llegan a Berlín con la intención de plantar las mismas.
Fuente – Babelia / Judaísmo ultraortodoxo en Wikipedia / Enfant terrible en Wikipedia / Deborah Feldman en Wikipedia
Imagen – Ben Paarmann / Mike Steele / Alan Kotok / Janet Lindemunth / Chip Griffin / pxfuel / Wilhelm Lappe