La biblioteca Manguel a Lisboa

Después de mucho deambular y una salida inesperada de Francia, la biblioteca de Alberto Manguel, más de 40.000 volúmenes descansará a partir de ahora en Lisboa, en un palacete que perteneció a marqueses de Pombal, y formará parte de un Centro para el Estudio de la Historia de la Lectura

La nutrida biblioteca de Alberto Manguel, compuesta por 40.000 volúmenes, después de su accidentada salida de Francia ha encontrado acomodo en la capital lusa.

Hasta ahora, todos los libros que el autor argentino ha atesorado durante una vida dedicada, en parte, a leer, se encontraba ubicada, ordenada en cajas, en la ciudad canadiense de Montreal.

Además, la ubicación será de lujo, ya que la municipalidad lisboeta remodelará el palacete que perteneció a los marqueses de Pombal para que sea un lugar de encuentro con los libros del autor sudamericano.

De un depósito y en cajas a un palacete

Tras la abrupta salida de Francia de Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948), producto de las críticas que vertió contra Nicolás Sarkozy, el que fuera presidente de todos los franceses, también salieron sus libros.

En los últimos años, todos los volúmenes habían estado almacenados en cajas en un oscuro almacén en la ciudad canadiense de Montreal, aunque había recibido ofertas sustanciosas para alojar su biblioteca en varias ciudades europeas.

Pero la oferta que finalmente ha aceptado ha sido la del alcalde de Lisboa, el socialista Fernando Medina, que no era otra que la de crear, a partir de la biblioteca de Alberto Manguel un Centro para el Estudio de la Historia de la Lectura.

Además de pagar a cuatro bibliotecarios que se hagan cargo de la colección, la municipalidad lisboeta ha ofrecido al Manguel la dirección del centro, por lo que el autor de, entre otros, de Monsieur Bovary y otros amigos tenaces, donará la biblioteca a la ciudad.

Periplo francés

Como ya hemos indicado, las críticas que Manguel realizó al presidente de la República, Nicolás Sarkozy, lo hizo ser sometido a poco menos que una persecución, una persecución legal, por otra parte.

La burocracia francesa, a partir de ese momento, no hizo sino poner en solfa su colección de libros, llegando a situaciones esperpénticas.

Una de ellas se produjo cuando a algún burócrata se le ocurrió que Manguel, para demostrar la propiedad de cada volumen, tuvo que presentar la factura de compra de cada libro, cosa que evidentemente no pudo hacer.

Hasta el momento en el que elevó sus críticas a la primera magistratura del estado francés, Manguel y su biblioteca tenían un cómodo pasar en un antiguo presbiterio en el Valle del Loira.

Pero el encarnizamiento burocrático acabó haciendo que pusiese «pies en polvorosa», conjuntamente con su biblioteca, y se dirigiese, como primer destino a la ciudad de los rascacielos, nos referimos evidentemente a Nueva York.

Entre los años 2016 y 2018 Alberto Manguel, durante el gobierno Macri, se ocupó de la dirección de la Biblioteca Nacional Argentina.

Múltiples ofertas de múltiples ciudades

Hasta llegar a «aposentar sus reales» en Lisboa, tuvo tentadoras ofertas tanto norteamericanas como europeas.

Se barajó la posibilidad de que la biblioteca fuera alojada en la neoyorquina Manhattan, aunque finalmente se frustró la posibilidad por no encontrar un edificio con la suficiente prestancia para albergar la biblioteca.

Dentro de Norteamérica otras ciudades que tentaron a Manguel con buenas ofertas fueron las canadienses de Montreal y Quebec, e inclusive México DF.

En Europa también hubo pretendientes, como la italiana Nápoles y la majestuosa Estambul, aunque englobar a Turquía dentro del viejo continente estoy convencido que puede dar lugar a polémica.

Silencio español

Es algo que sorprendió al pupilo de Jorge Luis Borges, es que ninguna universidad ni institución cultural española se pusiese en contacto con él para alojar su biblioteca y a él mismo.

Ilusamente, Manguel pensó que la Casa del Lector en Madrid se podría interesar por su legado bibliográfico, o alguna de las universidades que él considera como «amigas» caso las de Salamanca y Granada.

Finalmente, fue la municipalidad de Lisboa, y específicamente su alcalde, el que se puso en contacto con el autor argentino para hacerle una oferta que a lo visto no ha podido rechazar.

Tal como refiere el alcalde lisboeta, Fernando Medina, el alojamiento de la Biblioteca Manguel en Lisboa va a permitir un símbolo de apertura, necesario de toda necesidad en los momentos lúgubres que estamos viviendo.

También va a ser de altura el consejo honorario que formará parte de la Biblioteca Manguel, que contará con escritores de reconocido prestigio, caso de Margaret Atwood o el perseguido Salman Rushdie.

Una biblioteca que aporta

A pesar de que la ciudad de Lisboa cuenta con un magnífico sistema de bibliotecas, su talón de Aquiles es que todas ellas son de idioma portugués.

Al igual que el propio Manguel, que domina el español, inglés, alemán, francés e italiano, en su biblioteca se pueden encontrar libros de todos esos idiomas.

Por ello, la Biblioteca Manguel se va a convertir en una isla políglota en un sistema de bibliotecas públicas en las cuales únicamente se puede encontrar libros escritos en portugués.

Al mismo tiempo, el fondo bibliográfico que ha logrado reunir Manguel es un magnífico material para investigadores que estén indagando sobre la historia de la lectura, no en vano se pueden encontrar muchas ediciones prínceps.

Sus libros más apreciados

Como en cualquier biblioteca que se precie, de entre los 40.000 volúmenes, Manguel también tiene sus preferidos, un grupo de libros que son los más queridos para él.

Uno de ellos es una antología de bolsillo de los poemas más conocidos del vate británico Alfred Tennyson y De rerum natura de Lucrecio que utilizó durante su época de estudiante cuando tenía que estudiar latín.

En su nutrida biblioteca también hay espacio para libros que pertenecieron a su padre, como una traducción al castellano del tratado De la guerra, del teórico militar prusiano Clausewitz.

Entres sus libros también hay reivindicaciones de la libertad de prensa, como pueda ser una edición de El Quijote publicado por una imprenta argentina a la que los militares golpistas obligaron a cerrar, siendo su editor, Isaías Lerner, obligado a exiliarse.

Tampoco nos podemos olvidar de Stalky & Co, un libro de Kipling que perteneció al Premio Nobel argentino Jorge Luís Borges, que este leyó en su adolescencia cuando residía en Suiza.

Fuente – EL PAÍS / Alberto Manguel en Wikipedia

Imagen – R. Boed / Seika / Sean MacEntee / Cory Knapp / Peter / Rene Schwietzke / Pixabay

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