
Se ha fallado el XIV Premio de Literatura Jordi Serra i Fabra, y en esta ocasión ha sido galardonada La Bestia, de Sofía Nayeli Bazán, una joven que apenas cuenta 18 años y que nos cuenta las peripecias de otra joven, de nombre Andrea que se sube a los lomos de “La Bestia” para intentar llegar a Estados Unidos
No nos asustemos, cuando en este artículo hablamos de «la bestia» estamos hablando del tren que recorre México de sur a norte y llega a la frontera con los Estados Unidos de América.
Aunque lo más habitual es que los migrantes sean de género masculino, también se dan circunstancias en las cuales las que migran son mujeres, y muchas veces acarrean a su prole con ellas.
De ese tema, de mujeres migrantes, versa la novela de Sofía Nayeli Bazán, que acaba de ganar el Premio Jordi Serra i Fabra con La Bestia, un galardón que prologa la editorial SM, orientada a público adolescente y juvenil.
Libro exprés

La autora es Sofía Nayeli Bazán, una joven murciana de padre mexicano y madre española, que con solo 18 años ha sido ganadora del Premio Serra i Fabra 2020, en donde cuenta, en esencia, también la historia de otra adolescente.
Andrea, la protagonista, abandona a su familia en la ciudad de Antigua, que se sube a «La Bestia» para llegar a la frontera mexicana con Estados Unidos, con la intención de pasar «al otro lado» para tener un mejor presente y futuro.
De hecho, y está comprobado, se trata de uno de los viajes migratorios más peligrosos del mundo, donde los migrantes están sometidos a las mafias, además de todo tipo de inclemencias.
Y si eres mujer puedes estar sometida a todo tipo de sevicias por parte de los hombres con los cuales tienes que compartir el viaje, y no es raro la mujer que acaba el viaje en Estados Unidos, estando embarazada.
En cuanto a libro, se podría calificar como libro exprés, ya que la autora lo dejó todo para poder terminar la historia, ya que los plazos para la entrega de los originales se le acercaban y veía que no acaba la historia.
Insight latinoamericano

La primera vez que la historia que posteriormente ha novelado apareció en la mente de Sofía fue en un viaje que realizó a Chiapas (México) con su familia, región que es fronteriza con Guatemala.
Fue en esa región cuando trabó conocimiento con migrantes centroamericanos que cruzaban la frontera guatemalteca para subirse en «La Bestia», con la esperanza de que el tren los lleve justo a la frontera de Estados Unidos.
Fue su primer contacto con lo que realmente es un «ejército» que se pueden encontrar andando por las carreteras chiapanecas, avanzando como pueden por la selva y viviendo sobre el terreno.
También decidió que esa situación tan triste solo se podía enjugar con unos versos como prólogo, unos ripios que dicen así:
El tren de la muerte / un arma letal de tamaño siniestro / Lleva en su espalda, una espalda de acero / cual bala en la recámara, / sus presas, pequeñas, débiles e indefensas. / En cualquier momento se aprieta el gatillo. / Salen disparadas las balas, / muriendo según muere el camino. / Como balas, las víctimas; / como camino, las vías. / Y como arma, como monstruo, / el gran tren: / La Bestia.
En primera persona

Es la persona que decidió utilizar para contar la triste historia de Andrea, la joven guatemalteca que decide dejarlo todo para labrarse un mejor futuro.
La autora considera que para poder contar con todos los sentimientos que arrastra la protagonista era necesario utilizar la primera persona del singular.
Aunque también el trasfondo psicológico que se trasluce en el relato tiene mucho que ver con que Sofía Nayeli Bazán quiere estudiar psicología, pero, como subraya, sin abandonar la literatura, ya que lleva escribiendo desde los cuatro años.
También mujeres

Lo primero que tuvo en cuenta Sofía es que su protagonista sería una mujer, y cuál fue su sorpresa cuando documentándose, con la ayuda de una periodista mexicana amiga, se dio cuenta de que son muchas las mujeres que se suben a «La Bestia».
De hecho, Sofía descubrió que, debido a que la violencia de género está a la orden del día, se disfrazan de chico para minimizar la posibilidad de ser abusadas o violadas o sufrir cualquier otro tipo de sevicias.
Se trata de un viaje en el cual se para en todas las paradas que hay desde la ciudad de Antigua hasta la frontera de México con Estados Unidos, un recorrido que «armó» a base de informaciones periodísticas.
Al mismo tiempo, cuando la información era escasa recurría a internet, siendo la red de redes esencial para diseñar el trayecto que sigue Andrea mientras está en Guatemala, dado que Sofía no conoce aquel país.
Género mixto

Es uno de los grandes logros de La Bestia, que encontramos una mixtura de géneros literarios, ya que en determinados momentos adquiere el pelaje de una crónica periodística, pero en otros pasajes se convierte en un diario de viaje.
En el libro también vamos a encontrar el clasismo con que, en Latinoamérica, las minorías adineradas tratan a los desposeídos, por otra parte, la mayoría de la población.
En ciertos pasajes, el relato, también se convierte en un relato de aventuras de marca mayor, la aventura de muchos desposeídos que «con una mano delante y otra detrás» se suben a los lomos de «La Bestia» para simplemente tener un futuro.
Se trata, además de una narración fácil de leer, contada con un lenguaje muy llano, como corresponde a una narración en primera persona de alguien que tiene poca instrucción, nos referimos a Andrea, y que huye de cualquier requiebro estilístico.
En definitiva, una obra literaria indicada para adolescentes y jóvenes que se internan en esa pasión que será para muchos la literatura, y que se encuentran en los primeros escaños de lo puede acabar convirtiéndose en una obsesión de letraheridos.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Frank Peña / Grupo SM / Sally / F. Leventhal / Livio Burtscher / Phillip Capper