
Carlo Feltrinelli proviene de una saga de empresarios y hombres de letras, y disecciona de manera magistral la actualidad del mundo editorial, actualmente afectado por la pandemia, que ha provocado tanto una crisis sanitaria como una económica que afecta especialmente a las editoriales como la suya
Carlo Feltrinelli, ahora al timón de la editorial que lleva su mismo apellido es hijo del mítico Giangiacomo Feltrinelli, que, a comienzos de los años 50 del pasado siglo, una época poco propicia para la literatura, decidió fundar una editorial.
Por aquella época Osvaldo, ese era su apodo, compatibilizaba las aventuras empresariales con un izquierdismo subido de tono que lo llevó desde viajar a Cuba para conocer a Fidel Castro y su revolución hasta a formar un grupúsculo terrorista.
Si algo le sobraba a Osvaldo era olfato literario, que le permitió hacerse con los derechos de autor de Doctor Zhivago y El Gatopardo, que fueron dos «bombazos» literarios que permitieron crecer a la Editorial Feltrinelli.
De editorial a Grupo Editorial

Probablemente haber podido vivir la edad de oro de la edición en Europa permitió que ahora Carlo Feltrinelli maneje un emporio editorial que posee 118 librerías, un catálogo que quita el hipo, y la gestión del sello editorial Anagrama desde hace más de 10 años.
Carlo Feltrinelli (Milán, 1963) ha superado con mucho la edad media de los varones de su familia, ya que su abuelo Carlo falleció con solo 53 años y su padre con aún menos edad, a los 45 años.
El hijo de Giangiacomo Feltrinelli se hizo cargo del grupo editorial después de que falleciese Inge Schönthal, que hasta ese momento ejercía como editorial del sello, y ahora con pandemia, el editor considera que el libro vuelve.
Ha sido con el obligado aislamiento social con lo que el libro y la literatura han obtenido un nuevo empuje, y la gente, aprovechando que tenía más tiempo, ha comenzado a leer de nuevo.
Auxiliados por Amazon

Como otros sellos editoriales, Amazon se ha convertido en su principal canal de ventas, aunque la solución se ha convertido también en parte del problema.
Amazon actúa con unas tendencias monopolísticas que son una preocupación constante tanto para las editoriales como para las librerías y los libreros.
Y como otros muchos, Carlo Feltrinelli ha optado por reinventarse de diversas maneras, desde crear nuevos negocios, como una división de formación, como explorar nuevos formatos a la hora de vender literatura.
Lo cierto, y en eso coinciden Feltrinielli y otros editores, es que el libro de papel ha salido reforzado de esta crisis, ya que solo ha «caído» un 4%, al menos en el mercado europeo y norteamericano.
El gran batacazo del gremio editorial ha sido en Latinoamérica, con unos países donde, si en los avanzados el libro es un lujo, en estos mucho más.
Una década con Anagrama

Feltrinelli tiene la propiedad de Anagrama desde hace una década, y tuvo la visión de dejar que al timón de la editorial se mantuviese su antiguo propietario, Jorge Herralde.
En estos diez años Anagrama ha ido ampliando su catálogo, y hace escasas fechas «estrenó» una nueva editora, Silvia Sesé.
A Feltrinelli se le debe de colgar la medalla de haber traído la «ola latinoamericana» a Europa, y el magnífico trabajo editorial realizado en Anagrama, donde además de la profesión de editor le une una profunda amistad con Jorge Herralde.
Una crisis que puede ser provechosa

A decir de Carlo Feltrinelli estamos viviendo una triple crisis: climática, económica y sanitaria, y eso no tiene que ser malo necesariamente.
Después de cada crisis, y esta está haciendo temblar los cimientos de muchas sociedades, viene una necesidad de reconstrucción, lo que en el campo editorial puede provocar una vuelta la verdadera literatura.
Puede que aquella literatura que es solo producto del marketing deje de tener ventas masivas y que se vuelva a comprar – y leer – literatura de calidad, esa literatura que nunca pasa de moda.
La gente volverá a la literatura como una manera de recuperar la sabiduría y la profundidad, alejándose de la banalidad de unas omnipresentes redes sociales que poco aportan, salvo vacuidad.
Unas redes sociales que si influyen

A pesar de lo que opina Feltrinelli de las redes sociales, no se puede obviar que muchos de los lanzamientos editoriales se deben a la preminencia que ciertos autores tienen en ellas.
De cualquier modo, aparte de un lugar destacado en Facebook o Twitter, es necesario también que los autores tengan calidad literaria, sobre todo para «llegar» al público verdaderamente lector.
Panza de burro, éxito editorial en plena pandemia

Este libro, de Andrea Abreu, aunque no está editado por Anagrama, se ha convertido en uno de los éxitos literarios de esta pandemia.
En poco tiempo ha vendido más de 20.000 ejemplares, lo cual es un éxito mayúsculo para una editorial tan pequeña como es el sello editorial Barrett.
El éxito ha sido tal, que ya se están preparando ediciones en italiano, alemán, inglés, noruego, danés, holandés y portugués.
Lo exitoso de esta novela es que nació en un taller literario, y su principal valor es que está escrito en un español canario que lo que menos sigue son las reglas gramaticales de la RAE.
También literatura extranjera

Nos referimos a Otoño de Ali Smith que ha tenido el honor de ser finalista del prestigioso Man Booker Prize, y que, por los niveles de ventas, que se han logrado casi exclusivamente con el boca – oreja, es como si lo hubiese ganado.
Tal es la calidad literaria del manuscrito que The Guardian lo ha situado entre las diez mejores novelas del siglo XXI.
La escritora escocesa Ali Smith ha logrado el aplauso de una generación de lectores y lectoras que han vivido de forma muy traumática la salida de Reino Unido de la Unión Europea, como si de un Vietnam se tratase.
En España, el libro ha sido publicado por Nórdica, con la magnífica traducción de Magdalena Palmer, y también cuenta con una edición de catalán.
Fuente – EL PAÍS / Giangiacomo Feltrinelli en Wikipedia / el diario
Imagen – David Martyn Hunt / ANAGRAMA / amazon / Kippeboy / Nik Anderson / facebook / Tim Green / Micha Blitz