
Una gran parte del éxito de los alumnos y alumnas en el ciclo educativo es lograr que desarrollen su capacidad lectiva, de manera que lean no por obligación los apuntes o los libros de texto, sino que desarrollen la pasión por la lectura
Pues simplificando, mejorar la compresión lectora de niñas y niños es bien sencillo. Solo hay que incitarles a que lean más, tal como recuerda la Asociación Española de Comprensión Lectora.
El tema está a debate ya que durante estos días se celebra, por videoconferencia debido a las limitaciones que impone la pandemia de SARS-CoV-2, el Congreso Internacional de Compresión Lectora de Infantil y Primaria (CICLIP).
Si embargo, la mejora de la compresión lectora tiene una función utilitarista, ya que lo que se pretende es con ello mejorar el rendimiento académico de niños y niñas.
La mejora del rendimiento no se circunscribe a la etapa infantil, sino que lo que se pretende es que los beneficios lleguen hasta la etapa universitaria.
A más lectura mejores notas

La relación, además de directa, es más que evidente: aquellos niños y niñas que durante su etapa infantil tienen acceso libre a libros acaban desarrollando unos mejores expedientes académicos.
Y eso se debe a que, después de años de una educación era casi por completo memorística, las nuevas teorías pedagógicas afirman, y con acierto, que los contenidos tienen que ser primero comprendidos para posteriormente ser memorizados.
Los países cuyo sistema educativo y educandos sacan los mejores resultados en el informe PISA, los dos primeros son Singapur y Finlandia, cifran los máximos esfuerzos educativos en desarrollar la capacidad lectora entre sus alumnos.
Estudio de caso: Escolapios de Soria

Este centro educativo desarrollo una revolución pedagógica hace ya 15 años, incidiendo, además de en los contenidos, en el desarrollo de competencias.
Las competencias curriculares troncales de Escolapios de Soria son la creatividad, pensamiento crítico, liderazgo, emprendimiento y resiliencia.
Otra cosa que cambió fue el rol que tenían profesores y alumnos: el profesor dejó de ser alguien omnisciente para convertirse en un guía para los alumnos.
Los alumnos se convirtieron en el centro del proyecto educativo, y más que convertirse en actores pasivos que asimilaban contenidos, en sujetos que debían, además, desarrollar una serie de aptitudes.
Mayor autonomía

Como consecuencia del cambio del rol de alumno, este se convierte en un sujeto activo en su propio aprendizaje, por lo que los docentes dejan de ser la única vía para lograr los aprendizajes.
Los alumnos tienen que investigar, buscando información para resolver los problemas que les proponen los docentes.
En cierto modo consiste en lo que coloquialmente se denomina «buscarse la vida», exponiéndoles a situaciones de autoaprendizaje que posteriormente será su «pan nuestro de cada día» una vez que entren en el mercado laboral.
El fomento de la comprensión lectora

Quedando sentado, según la CICLIP que la compresión lectora se entrena, ahora lo que hay que determinar es sí para ello vale cualquier lectura.
Existe una escuela de compresión lectora que defiende que la afición a la lectura se logra encontrando placer en la lectura, por lo que lo mejor que se puede hacer es dejar que el lector o lectora precoz se solace con obras de literatura que les provoque placer.
Otros especialistas defienden en cambio que la lectura debe de estar orientada, esto es, los jóvenes lectores deben tener un acceso equilibrado a diferentes tipos de textos.
Aquellos con los que se tendrán que «enfrentar» a medida que vayan avanzando en el sistema educativo, especializándose a medida que vayan avanzando en el currículo educativo que han elegido.
Lo que si parece demostrado es que cuántos a más «géneros» tiene acceso el lector, mejores son los resultados que en compresión lectora tiene en la prueba PISA.
Sin embargo, el 60% de los docentes consideran que no tiene formación suficiente para orientar adecuadamente para lograr estrategias que mejoren la comprensión lectora de sus alumnos.
Leer de ciento en viento

Desgraciadamente ese la tipología más habitual de los alumnos universitarios: solo se leen los apuntes y/o el «tocho» porque se tienen que presentar a un examen donde evaluarán esos contenidos.
Es necesario que los alumnos y alumnas desarrollen el gusto por la lectura a lo largo de todo su itinerario formativo por varias razones.
La primera de ellas es para que transmitan posteriormente a sus hijos la pasión por la lectura, y de esa manera los niños y las niñas lleguen al sistema educativo con un bagaje lector, que bien puede ser de cuentos y cómics.
Por otro lado, los estudiantes universitarios que más adelante serán docentes, por haberse convertido en aficionados a la lectura, podrán transmitir a sus alumnos esa pasión para que también se conviertan en ávidos lectores.
Profesores que hacen lo que pueden

Desde el Grupo EDEBÉ uno de los mecenas que financian el Congreso Internacional de Compresión Lectora de Infantil y Primaria, están convencidos que los docentes si llevan a cabo las suficientes iniciativas para fomentar la lectura entre sus alumnos.
Lo que sí les falta, por falta de formación, son herramientas para testar si las iniciativas de fomento de la lectura son suficientes y efectivas para educar lectores y lectoras.
Por ello desde el Grupo EDEBÉ se invita a los docentes a seguirse formando, leyendo y actualizando sus conocimientos para seguir induciendo a sus alumnos a lanzarse a la lectura.
Atención, memoria e inferencia

Se sabe que el desarrollo de esas tres capacidades es vital para el desarrollo de la comprensión lectora y se desarrollan precisamente, leyendo.
En el momento actual, el desarrollo de la atención puede que sea la actitud más importante para desarrollar.
Y ello porque los estudiantes, y la población en general también, está sometida a miles de estímulos lo que hace muy difícil que niños y jóvenes se centre en un solo estímulo, que bien pudiese ser un libro.
También es necesario crear el convencimiento de los alumnos que lo que leen tiene relación directa con su vida
Ahora la mayoría de los alumnos consideran que lo que tienen que leer es una «chapa» cuyo único fin es ser evaluado, para posteriormente olvidarse lo más rápido posible de ello.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Nenad Stojkovic / John Morgan / Escolapios Soria / David Leo Veksler / John Loo / Bosdos / Yishun Junior College Photos / Michael Miller