
Es de lo que trata Harvey, una historia novelada del Harvey Weinstein, un productor norteamericano que fue condenado por violación, después de que cientos de actrices lo acusaran de ser un depredador sexual que cometió sus tropelías durante décadas
Los movimientos #MeToo y #BalanceTonPorc supusieron un antes y un después en el movimiento feminista mundial, y supusieron sacar a la luz cientos de delitos de acoso sexual e incluso de violación.
Ahora Emma Cline, basándose en el productor Harvey Weinstein publica su novela Harvey, que es el nombre, el parecido con Weinstein no es pura casualidad, la historia de un depredador sexual.
A lo largo de no más de 100 páginas Cline nos muestra los días previos a que Harvey tenga que comparecer ante la justicia.
Las chicas, su primer éxito

Fue el primer gran éxito de Emma Cline y la escritura de ese libro y de otros dos le permitió a esta californiana que en aquella época contaba solo con 25 años, recibir unos emolumentos de 3 millones de dólares.
En Las Chicas abordaba la manida historia del Clan Mason, pero de una manera muy original ya que se centra en las mujeres del clan, no en el psicópata que dirigía el grupo, y donde se plasma que además de victimarias también fueron víctimas.
Ellas eran casi unas niñas púberes que estaban sometidas al jugo psicológico con que las uncía Charles Manson, el líder de la Familia Manson y que murió en prisión en 2017.
En el fondo lo que se trataba también en Las Chicas eran los abusos de todo tipo, también sexuales, que cometían los varones de la Familia Mason sobre las mujeres de esa psicótica «congregación».
La salida del libro al mercado coincidió con las movilizaciones del #MeToo que, entre otros, salpicaron a Harvey Weinstein, descubriéndose que era un depredador sexual que había violentado a centenares de actrices.
En un primer momento, lo que narraba en el libro no fue bien aceptado por la sociedad norteamericana, y muchos afirmaban que lo que contaba, a nivel de abusos, en Las Chicas era propio de la sociedad de los años 70 del pasado siglo.
El desarrollo de #MeToo y de #BalanceTonPorc demostraría que los abusos sexuales sistemáticos contra las mujeres eran también algo que sucedía todavía bien entrados en la segunda década del siglo XXI.
Harvey (Weinstein)

La nueva novela que publica en castellano el sello editorial Anagrama, de apenas 100 páginas (lo bueno, si breve, dos veces bueno) fue escrita durante el juicio al que fue sometido el productor por violación y delito sexual en el 2020.
En la novela se ve claramente que Cline pretende explorar las vulnerabilidades del personaje, aunque la empatía que le profesa no supera nunca la «línea roja» de justificar los asaltos sexuales de Harvey.
Emma Cline, aunque el caso daba para ello, no cae en el maniqueísmo de calificar a Harvey como un villano integral, ya que, como cualquier otra persona, tiene sus claros y sus sombras, no en vano fue uno de los productores más exitosos de Hollywood.
Cline confiesa que como novelista que es debe otorgar a sus personajes todos los matices de la escala cromática, incluidos los grises, y de eso el protagonista de la novela, el alter ego de Harvey Weinstein los tiene en demasía.
Emma Cline repite por activa y por pasiva que ella no es ni juez ni legisladora para crear una ley contra el acoso sexual en el trabajo, por lo que a lo único que se dedica es a crear argumentos de ficción, aunque en esta ocasión basado en hechos reales.
Límite 24 horas

Harvey, en 100 páginas, nos lleva a las 24 horas anteriores a que se dicte veredicto sobre las acusaciones que pesan sobre Harvey y nos muestra el discurso mental del productor de cine y televisión caído en desgracia.
De los primeros pensamientos optimistas – ¿Cómo me van a condenar?, Estamos en América – se pasa a la desesperanza más descarnada al ver como en poco tiempo se queda solo.
Inclusive el productor sigue haciendo cábalas sobre futuros proyectos, en concreto la guionización de Ruido de fondo, la inasible novela, al menos para la comunicación audiovisual, de Don DeLillo.
Un reto

Así es como califica Emma Cline el indagar y sumergirse en la mente de Harvey, un personaje por el cual no siente ninguna identificación y mucho menos empatía.
Además, Cline de lo que nos habla es de un ambiente en el cual impera el lujo y la celebridad pero que está podrido por dentro.
Son los movimientos como #MeeToo o #BlackLivesMatter los que están revolviendo las cloacas de América, dejando al descubierto conductas poco edificantes como una pléyade de abusos sexuales, comportamientos machistas y el racismo estructural que existe en el país.
No ejemplar

Son los comportamientos que de nuevo podemos encontrarnos en Daddy, su último relato, y que Anagrama publicará en castellano en pocos meses.
En el libro encontramos a adultos varones norteamericanos desarrollando comportamientos que podrían ser calificados de cualquier manera menos edificantes.
En Daddy, la escritora explora la generación de boomers, esto es, los nacidos entre en año 1946 y el 1964, una generación que ha sido la más numerosa en Estados Unidos, cuando las familias, ante la prosperidad, se lanzaron a procrear.
Esa generación se siente descolocada ante los cambios incesantes que se han producido en la última década, diez años que han sido como un tsunami para dicha generación.
El mito del «buen salvaje»

Lo que preconizaba Rousseau de que el hombre – y la mujer le faltó decir – es bueno por naturaleza no lo comparte Emma Cline, ya que considera que hay de todo, «como en botica».
La autora de Las chicas considera que si somos buenos es por simple suerte moral, es decir, no hemos tenido oportunidad de comportarnos mal.
Eso significa que el mal, también el bien, cohabita en nosotros, y no reconocerlo hace que hayan sido muchos los que han querido poner a Harvey Weinstein como alguien ajeno al género humano.
Fuente – EL PAÍS
Imagen – Peabody Awards / Shinya Suzuki / Thomas Hawk / Rizzer / Revolution Ferg / Harvey K. / Reanud Camus