
Se publica ahora Historia del Mal, una edición crítica de Mi Lucha, profusamente explicada y anotada, de casi 900 páginas y tres kilos de peso, donde un grupo de historiadores liderados por Florent Brayard han intentado ser lo más fieles posibles la Mein Kampf original escrito por Adolfo Hitler
Una nueva edición, esta vez en francés, pretende revisar críticamente Mi Lucha, el libro en el que el fundador del movimiento nazi, Adolfo Hitler, escribió su pensamiento mientras estuvo preso en la cárcel de Landsberg.
Hitler, al igual que otros cabecillas nazis, fue encarcelado producto de lo que se vino a llamar el putsch bávaro, por el golpe de estado que llevaron a cabo en Múnich pero que fue fallido.
El libro se compone de 900 páginas y está profusamente explicado con cientos de notas a pie de página, textos explicativos y una nueva traducción al francés.
Literatura al peso

El volumen, un «ladrillo» que pesa 3 kilogramos y cuenta con casi 1.000 páginas, tiene un formato de 245 x 300 milímetros, y tiene un precio de 100 euros.
Por el formato parece más una tesis doctoral que un libro que, a pesar de que ha pasado casi un siglo de su publicación, sigue siendo el libro de cabecera del movimiento neonazi mundial y de todos sus adláteres.
No se trata de una traducción literal del libro que Hitler escribiese entre los años 1925 y 1926 y donde daba rienda suelta a sus obsesiones, y sobre todo su odio al pueblo judío, sino que el título es Historia del Mal.
El trabajo de una década

El libro que ahora se publica en una editorial filial de Hachette es el trabajo de una década de un grupo de historiadores liderados por Florent Brayard, y se podría calificar como una edición comenta de Mi lucha.
Además de una extensa introducción general que inaugura el volumen, cada uno de los 27 capítulos cuenta también con su propia introducción que contextualiza lo que se trata en cada epígrafe.
Además, el texto está prolijamente explicado con más de 3.000 notas a pie de página que intentan arrojar luz sobre los pasajes más oscuros de libro que escribió Adolfo Hitler.
El libro, nos referimos a Mi lucha original, hubiese pasado sin pena ni gloria de no haber sido porque su autor provocó la II Guerra Mundial en la cual fallecieron, además del genocidio de 6 millones de judíos, más de 60 millones de personas.
El anuncio del Reich

La trascendencia histórica de Mi Lucha es crucial para entender lo que vino después, nos referimos al advenimiento del III Reich, pero también la política criminal anterior.
Nos referimos al tiempo que media entre la subida al poder del NSDAP y el comienzo de la II Guerra Mundial en el año 1939 con la invasión de Polonia.
En esos años, el régimen nazi laminó a toda la oposición política – los campos de concentración en los cuales se exterminó a comunistas, socialdemócratas y democristianos – y la posterior Solución Final, que bien es cierto se decretó a partir de 1941.
El grupo de historiadores que han elaborado Historia del Mal son especialistas en el régimen nacionalsocialista y especialmente quien los ha liderado, Florent Brayard, uno de los principales especialistas franceses sobre ese tema.
De hecho, Brayard tiene una extensa bibliografía sobre el régimen nazi, tanto en Alemania como durante la Ocupación en Francia, aunque desgraciadamente la mayor parte de sus libros no han sido traducidos al castellano.
Excepción hecha de Auschwitz: investigación sobre un compló nazi, recientemente publicada por la Editorial Arpa, donde investiga a fondo el que fuera el campo de exterminio icónico de la Alemania nazi.
Un texto complejo

Aunque en castellano se pueden encontrar traducciones más o menos fidedignas de Mi Lucha, el mismo, por haber sido escrito hace 100 años y en unas coordenadas culturales diferentes a las españolas, es un texto complejo.
De ahí, que la edición de Historia del Mal venga profusamente explicada, además de las extensas introducciones – a la obra y en cada uno de sus 27 capítulos – las más de 3.000 notas de la edición.
Si algo era Adolfo Hitler es un mentiroso y un manipulador, por lo que Historia del Mal intenta rebatir, con datos históricos, cada una de las falsedades que se pueden encontrar en la traducción literal de Mi Lucha.
Un libro proscrito

En el caos de Mi Lucha, el legatario del dictador alemán era, hasta el 2016, el Estado de Baviera, que se ha cuidado muy mucho que nadie pueda acceder al texto original para poder reeditarlo, aunque siquiera fuese en una edición crítica.
Aunque todavía se pueden encontrar en el mercado ediciones de Mi Lucha – en castellano suelen ser ediciones publicadas en Latinoamérica – son viejas traducciones y casi ninguna es una edición crítica.
La edición que se ha llevado una y otra vez a máquinas, es la edición de 1934, que también ha sido profusamente traducida, por el hecho de que se trata de una edición traducida al francés ese mismo año.
Libre de derechos

Llegado el año 2016 el texto, cuyos derechos pertenecían, como ya hemos explicado, al Estado de Baviera cesaron, al cumplirse 70 años de la muerte de su autor.
Aprovechando la ocasión, el Instituto para la Historia Contemporánea, radicado en Múnich, publicó la primera edición crítica en décadas, y es esa edición la que Hachette ha tomado como base para la magna obra en que se ha convertido Historia del Mal.
En este lustro también se ha reeditado el texto en diversos países europeos, como es el caso de Italia, Polonia y los Países Bajos.
Edición francesa del 1934: infumable

La edición francesa de 1934, la que se ha utilizado como base para muchas de las reediciones y traducciones de estos años, es un texto pésimo.
Primero porque no se trata de una edición literal, ya que muchos párrafos están profundamente retocados para enmendar la mala redacción que tenía Adolfo Hitler en lo que pasaba por ser su idioma materno.
Por ello, dado que la intención de los historiadores que han pergeñado Historia del Mal era ser lo más fiel al texto original, por lo que se ha mantenido todos los errores en la redacción, que son muchos, ciñéndose al alemán original.
Fuente – EL PAÍS
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