Sobrevivir a la Yakuza

Se publica ahora en castellano Tokyo vice, del periodista norteamericano Jack Aldestein, que lleva media vida viviendo en Japón, y en donde escribe una suerte de biografía novelada donde narra su experiencia con la Yakuza mientras era periodista de sucesos en el Yomiuri Shimbun, uno de los periódicos japoneses de mayor tirada

Llega a los expositores de las librerías Tokyo vice del periodista norteamericano Jack Aldestein, configurada como una novela de no ficción donde relata la investigación de este periodista de la mafia japonesa, conocida como Yakuza.

De hecho, y dentro del panorama de la no ficción existen en Japón publicaciones periódicas que hablan abiertamente, e inclusive hasta hacen apología, de la mafia japonesa.

En esas revistas se puede ver a importantes jefes de la Yakuza participando en todo tipo de actos públicos hasta producción literaria, sobre todo haikus, de miembros de la Yakuza que se encuentran en prisión.

La etimología de la palabra Yakuza proviene de la peor jugada posible en un juego de cartas japonés que se llama oicho-kabu, que es cuando sale un ya (ocho), ku(nueve) y za (tres).

Los primeros yakuza provenían de dos sectores de baja extracción social, como eran los apostadores (bakuto) y los vendedores ambulantes (tekiya), que fueron extendiéndose por otros sectores sociales.

Criado en Japón

Aunque nació en el Estado de Misuri en el año 1969, Aldstein lleva viviendo en Japón desde la adolescencia, y después de estudiar periodismo se convirtió en el único occidental que ha estado en la redacción del Yomiuri Shimbun.

Se trata de uno de los periódicos de más prestigiosos y de mayor tirada en Japón en incluso forma parte del Libro Guiness de los Récords, ya que en el 2013 vendió 13,5 millones de ejemplares.

En el rotativo tokiota se especializó en sucesos, y se involucró tanto en la investigación de los hechos, que pronto entró en ritmo de colisión con la Yakuza, que finalmente lo condenó a muerte.

Producto de sus investigaciones, originalmente, y en inglés, Tokyo vice, sale publicado en inglés en el año 2009.

Ahora el sello editorial Península lo publica en España, con traducción de Ana Camallonga y que ha dado también para que HBO haya filmado una serie que tiene como base de su guion la obra de Jack Aldestein.

Libre de amenazas

Con el paso del tiempo, Aldstein ha llegado a la conclusión de que la Yakuza ya no le persigue, después de que la policía japonesa descubriese que era un solo individuo el que le estaba amenazando de muerte.

Tras saberlo, renunció a la protección policial y ahora se desplaza por las islas que conforman el imperio del sol naciente con total libertad y prosigue con su profesión de periodista con total libertad.

La maledicencia de la Yakuza cesó cuando Aldestein escribió una serie de artículos donde alababa la ayuda que la Yakuza realizó ayudo y llevó suministros a los afectados por el terremoto del 2011.

De hecho, una de las publicaciones periódicas financiadas por la Yazuka se hizo eco de esos artículos escritos por Aldstein por lo que ahora, inclusive, sus relaciones con la mafia japonesa son hasta cordiales.

Un libro de memorias

Tokyo Vice en cierto modo es parte de la biografía de Aldstein, ya que narra la vida de un joven estudiante de periodismo que consigue acabar trabajando en uno de los grandes rotativos de Japón.

Al mismo tiempo, Tokyo vice es también una instantánea de lo que es la sociedad japonesa y nos habla de una fascinante cultura, como es la nipona, pero también tiene mucho de género noir.

En Tokyo vice vamos a ver como el joven periodista de sucesos trabaja en lo que se puede calificar como «zona gris», rebosante de policías corruptos, chivatos y mafiosos de la Yakuza.

La mafia japonesa extiende sus tentáculos por toda la sociedad nipona y en todos los sectores económicos, por lo que algunos autores la han llegado a calificar como un estado dentro del estado.

Tokyo vice retrata los años en los cuales la Yakuza era omnipresente en el Japón y no había ámbito, social y económico, en el cual no estuviese presente la mafia japonesa, algo que cambió a partir del año 2011.

Disección de la Yakuza

El libro también presenta una disección de la mafia japonesa en la cual Aldestein diferencia dos grandes «familias» que se podrían calificar como las de cuello azul y las de cuello blanco.

Los segundos, con más apariencia de profesionales que de otra cosa, son los que diseñan la estrategia de la mafia japonesa, mientras que la Yakuza que podríamos calificar como proletaria, son los que ejecutan los crímenes cuando es necesario.

De hecho, los dirigentes de la Yakuza tienen la apariencia de hombres de negocios, a los cuales ni les faltan dedos ni están cubiertos de tatuajes, dos de las características que anuncian que se está delante de un mafioso japonés.

La falta de dedos es habitual entre los miembros de la Yakuza, ya que están obligados a cortarse uno de ellos cada vez que cometen una falta, según el criterio de la organización.

Prostitución y otros negocios turbios

Aldstein relata en el libro muchos de los negocios ilegales en los que participa la Yakuza, entre ellos el de la prostitución, que oculta situaciones de auténtica esclavitud.

Muchas de las mujeres que ejercen la prostitución son llevadas al Japón mediante engaños, y una vez llegan al país se ven obligadas a prostituirse.

El de la prostitución es también un negocio menguante en Japón, desde el momento en el que la policía y los servicios sociales han empezado a proteger y a dar recursos a esas mujeres, como alternativas habitacionales y formación para que encuentren un empleo.

Conversión religiosa

Una de las consecuencias de Tokyo vice para Jack Aldestein es, además de haber sido amenazado de muerte por la Yakuza, es haberse ordenado sacerdote budista.

Aldestein compatibiliza su trabajo de periodista con el sacerdocio ya que ser sacerdote budista no es fácil: hay que imbuirse en la cultura zen, meditar mucho y aprender, entre otras cosas, a poder desarrollar ceremonias funerarias.

Fuente – EL PAÍS / Yakuza en Wikipedia

Imagen – Edward Dalmulder / Jim Epler / Yi Chin / Gegerly Schmidt / pxfuel / Luis Villa del Campo

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