
De un tiempo a esta parte los libros de divulgación científica dedicada a nuestros ancestros homo sapiens y neandertales no desborda los expositores de las librerías mostrando una visión de nuestros ancestros cuando menos novedosa
A pesar de que llevemos más de 2.000 años de historia, al menos desde el nacimiento de Cristo, los seres humanos hemos evolucionado muy poco como especie desde que habitábamos en cuevas, vivíamos de la caza y pintábamos escenas de la vida cotidiana en las cavernas.
Por si eso fuera poco, la investigación de la prehistoria ha vivido un reverdecimiento enorme en las últimas décadas, triturando certezas sobre el origen de nuestra especie que nadie osaba poner en duda.
Quizás el más pasmoso de los últimos descubrimientos, cuya paternidad corresponde al especialista en genética evolutiva Svante Pääbo. El investigador sueco y a su equipo ha descubierto que en nuestro genoma todavía existen genes neandertales.
Muchas novedades en los expositores de las librerías

Ese y otros descubrimientos han permitido un reverdecimiento del género que ahora se traslada a los expositores de las librerías.
Este furor no ha dado tanto para novedades literarias como para libro de divulgación científica, entre los que nos encontramos, entre otros, con un reciente Neandertales. La vida, el amor, la muerte y el arte de nuestros primos lejanos de Rebecca Wragg Sykes, publicado por Geoplaneta.
Y también otras interesantes aproximaciones a nuestros ancestros en El cáliz y la espada. De las diosas a los dioses: culturas prepatriarcales de Riane Eisler y recientemente publicada por Capitán Swing.
También debemos de destacar el libro que han escrito en comandita Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga, que bajo el título de La vida contada de un sapiens a un neandertal lleva meses alojado en la lista de los más vendidos.
Publicado en Alfaguara, el escritor y el antropólogo ya están trabajando en su segunda parte que llevará por título La muerte contada de un sapiens a un neandertal, con lo que suponemos un aire al menos ligeramente fúnebre.
Conectados con el futuro

Tal como defiende la investigadora Rebecca Wragg Skyes, la vigencia de la divulgación científica sobre nuestra prehistoria y nuestros ancestros más remotos, no nos conecta solo con el pasado, sino sobre todo con el futuro.
Saber con certeza cual es la evolución que hemos realizado como especie nos da clave para poder predecir cual será nuestro desarrollo como colectividad tanto en el inmediato futuro como en un futuro más lejano.
Sobre todo, en relativamente poco tiempo, nos encontramos en lo que algunos investigadores y autores han definido como el Antropoceno, se pone en solfa la dirección que hemos tomado como especie, poniendo en grave peligro el planeta en el que vivimos, al menos por ahora el único en la Vía Láctea, nuestra galaxia, que es habitable.
Neandertales, a lo visto nuestros primos hermanos

Hasta el descubrimiento del equipo Instituto Max Planck liderado por Svante Pääbo y que ha puesto negro sobre blanco que durante la evolución se produjo hibridación entre los neandertales se creía que ambas especies evolucionaron de manera autónoma.
Sin embargo, tal como se puede leer en el ensayo científico El hombre neandertal. En busca de los genomas perdidos, los humanos no africanos tenemos una pequeña carga genética – entre un 2% y un 4% – que corresponde a ancestros neandertales.
Con eso se echa por tierra otras teorías científicas, siendo la más importante la que mostraba que, aunque si se produjo hibridación entre ambas especies, los descendientes eran todos infértiles.
Abonando ese rastro neandertal, existen científicos que afirman que los neandertales si han sobrevivido millones de años y que nosotros somos la viva muestra de ello.
Teorías subversivas

Es lo que es la primatología para Rebecca Wragg Sykes, en el sentido que un nuevo descubrimiento científico, como es el caso del alumbrado por el equipo liderado por Svante Pääbo, echa por tierra lo que consideraban hechos probamos en millones de años de evolución humana.
Para la autora británica, el interés por nuestra evolución como especie e indagar en la prehistoria de nuestros antecesores tiene sobre todo un interés por saber cómo será la evolución de nuestra especie en el futuro.
Saber nuestra evolución durante millones de años como especie nos puede dar las claves de como evolucionaremos en los milenios que nos quedan como especie en este planeta antes de la definitiva extinción.
Máxime en unos momentos en los cuales hay consenso entre la comunidad científica sobre la necesidad de echar el freno a nuestro modelo productivo que de no modificarse puede llevar a la destrucción de nuestro planeta.
No solo competidores

Hasta hace relativamente poco tiempo se había mostrado a los neandertales como una especie que compitió por la supervivencia, en un entorno de escasos recursos, con los Homo Sapiens, pereciendo en esa competición.
Ahora, sin embargo, parece demostrado que ambas especies cohabitaron e inclusivo llegaron a reproducirse y dar como resultado individuos híbridos, y que un buen número de los componentes de nuestra especie no sino producto de esa hibridación.
Y la prueba definitiva de esa teoría científica se certificó con una investigación del Instituto Max Planck que encontró que los humanos no africanos tenemos entre un 2 y un 4% de genes neandertales.
Con ello quedó en agua de borrajas algo que era casi una asunción de la paleoantropología que afirmaba que los descendientes del cruce de Homo Sapiens y Neandertales daba como resultado individuos estériles.
Eso ha supuesto un cambio de gran calado sobre la explicación de la evolución en miles de años de nuestra especie, que pude ser entendido como que los neandertales todavía conviven, sería posible inclusive decir que convivimos, entre nosotros.
Grafismo neandertal

Pero las pruebas del «talento» de los neandertales no solo se plasmó en su supervivencia entre nosotros, ya entrados en pleno siglo XXI, sino también en sus múltiples talentos, algo que tampoco se conocía hasta hace poco.
Una de las asunciones en la prehistoria es que los primeros que habían producido arte, y por ello demostraban una capacidad simbólica que no tenían otras especies fueron el homo sapiens.
Sin embargo, los últimos descubrimientos, producto de la mejora en los sistemas de datación, es que hay muestra de pinturas prehistóricas anteriores a hace 40.000 millones de años, que es cuando el homo sapiens «desembarcó» en Europa.
Eso evidentemente demuestra que los autores de esas pinturas fueron los neandertales y que estos poseían unas capacidades simbólicas desconocidas hasta hace poco tiempo.
Fuente – EL PAÍS / Svante Pääbo en Wikipedia
Imagen – Herman Pijpers / Vasenka Photography / Movieclips / S. Gruden / piqsels / Mike Beauregard