Cuando Ítaca se encontró en Dublín

Se celebra un siglo de la primera edición del Ulises, una edición que fue financiada por suscripción desde la famosa librería Shakespeare & Co., y que marcó un antes y un después en lo que se refiere a creación literaria, causando además un verdadero escándalo

Se cumple un siglo en estas fechas de la publicación del Ulises, seguramente el libro más conocido del irlandés James Joyce, y es tiempo de festejos.

Lo que para mucho es el libro más importante de toda la literatura universal vio la luz en una edición por suscripción, proyecto liderado por Sylvia Beach, que en aquel lejano 1921 era la propietaria de la librería parisiense Shakespeare & Co.

Un libro complicado

Ya desde el primer momento, el Ulises ganó una merecida fama de libro complicado; inclusive el mismo Jorge Luis Borges confesó más de una vez que había logrado llegar a la última página, pero no había conseguido leerlo.

Sesudos críticos literarios, con inclusive doctorados tras sus espaldas, han confesado que les ha resultado imposible lograr terminar el libro, un texto desmadejado en donde nadie sabe si ha empezado por el principio o por el final.

A pesar de ello, el Ulises ha sido traducido a decenas de idiomas y es un libro que no envejece en el sentido de que año tras año se sigue reeditando y año tras año son nuevos lectores los que se asoman a esa peculiar manera de contarnos Dublín y sus habitantes.

Un éxito temprano

Incluso antes de que el texto tuviese la configuración de un libro al uso, capítulos del mismo se publicaron en diversas revistas literarias, cosechando un sonoro éxito.

Sin embargo, fue necesario esperar al 2 de febrero del año 1922 para que el primer ejemplar digno de dicho nombre saliese de «máquinas», justo el día en el que James Joyce cumplía 40 años.

Esa primera edición, encargada por la propietaria de Shakespeare & Co. y por suscripción, llego, en forma de dos ejemplares, a manos de Sylvia Beach, que puso unos de los ejemplares en el escaparate de su comercio.

La primera edición tardó más de lo que debiera en ver la luz porque Joyce enviaba semanalmente correcciones del libro y añadía nuevos capítulos.

Llegado febrero del 1922, el impresor se acabó casando de las adendas semanales que le envía Joyce y amenazó con abandonar el proyecto, ante lo que el escritor se plegó.

Los dos primeros ejemplares llegaron de manos del revisor del tren expreso París – Dijón y Sylvia Beach los recogió en la misma estación, y de allí fue directa a su librería, donde colocó uno de los ejemplares en el escaparate.

Eco en la comunidad literaria

El libro pronto tuvo eco en la comunidad literaria, sobre todo en las grandes capitales europeas, como la propia París, así como en Londres y Nueva York.

Los primeros escritores, además grandes escritores, que se hicieron eco de la obra fueron Ezra Pound y T. S. Elliot, que dieron la voz de alarma ante un texto que rompía completamente el canon de lo que hasta ese momento era una obra literaria.

Original en la estructura y contenido

Es lo que principalmente aportó el Ulises a la literatura universal: una ruptura con respecto a las estructuras y contenidos que se estilaban en las obras literarias en las primeras décadas del siglo XX.

El mismo Faulkner indicó que para leer el Ulises era necesario acercarse al mismo con la misma fe que tiene un predicador, ya que como hemos indicado no es una obra fácil de leer.

Por otro lado, el mismo Joyce era consciente de la dificultad de la obra literaria que acababa de publicar, y en tono jocoso decía que con ella pretendía tener entretenidos a los críticos literarios por lo menos 300 años.

De hecho, son más libros que se ha publicado haciendo crítica literaria del libro, analizando su estructura y calificando la importancia que ha tenido el Ulises en la literatura universal, que las ediciones del propio Ulises.

Al nivel de El Quijote de Miguel de Cervantes

Son legión los críticos literarios que ha llegado a calificar la influencia del Ulises en la literatura universal al nivel de la que El Quijote provocó cuando fue publicado.

Los dos primerizos publicistas del libro, Ezra Pound y T.S. Elliot, calificaron a la novela como promotora de una nueva era en la literatura, un parteaguas de lo que se hizo antes del Ulises y de lo que se hizo después.

Lo que nadie puede negar, desde la atalaya que nos proporciona estar ya en la segunda década del siglo XXI es que el Ulises ha dado carta de naturaleza a nuevas formas de narrativa y a cómo concebir una novela.

Sin embargo, no todo han sido alabanzas porque el Ulises también han hecho correr ríos de tinta en crítica negativa, como la de Virginia Woolf, que consideraba que la narración no era otra cosa que una novela fallida.

Influencia en otras artes

También hay que tener en cuenta que el Ulises ha tenido influencia en otras artes, como la música, el balé, el teatro, el cine y otras muchas.

Inclusive hay quien defiende que decenas de científicos, después de haber leído el Ulises, variaron la forma que tenían de investigar e inclusive modificaron la naturaleza de sus investigaciones.

La novela protagonizada por Leopold Bloom y Stephen Dedalus ha logrado además influir directamente en la sociedad dublinesa, no en vano todos los 16 de junio se celebra en la capital irlandesa el Bloomsday.

En esa fecha, que es el marco temporal en el que se desarrolla el Ulises, también es celebrada en otras capitales europeas, y resulta paradójico dado que muchos de los que lo celebran no han leído el libro.

Nora Barnacle

El Ulises es una novela tan difícil que Nora Barnacle, la mujer de Joyce, confesó que solo pudo leer 27 páginas del libro incluida la portada.

Pero, aunque la pareja sentimental de Joyce no logró terminar la novela, su presencia levita sobre todo el texto.

Hasta cierto punto la que narra el Ulises es la propia Nora Barnacle, y en cierto modo James Joyce lo único que hace es poner su pluma al servicio de esa voz, a pesar de que Barnacle no era una persona especialmente instruida ni leída.

Barnacle sirvió a un escritor bohemio y diletante como James Joyce como un faro que guio su vida y que le permitió convertirse en un escritor reconocido por la crítica y el público.

Escándalo público

Además de rupturista, otra de las características del Ulises es que llegó a ser calificado, en su época como pornográfico, lo que provocó que muchas de sus ediciones fuesen secuestradas judicialmente.

De hecho, una buena parte de la acción se desarrolla en varios burdeles de la ciudad de Dublín, y el personaje principal tiene características por las que al menos se le podría calificar como andrógino.

Parte del escándalo surgió debido a que el Ulises se desarrolla en el territorio geográfico y humano de Dublín, y debido a lo pacata que era la sociedad dublinesa en los primeros años del siglo XX, muchos dublineses se sintieron insultados en lo más hondo.

Fuente – EL PAÍS

Imagen – Giuseppe Milo / Eothan / Mar Lima / José M. Macías / Diógenes / José María Mateos / William Murphy / Thjis Paanakker

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