El ominoso silencio

La desclasificación de parte del archivo vaticano y un reciente libro – Un papa en guerra – del historiador David L. Kertzer, muestra la inacción, cuando no la connivencia, del papa Pio XII con la Alemania nazi y la Italia fascista

La figura de Pio XII siempre ha sido controvertida. Acusado por muchos de no haber sido lo suficientemente combativo contra la Alemania Nazi, un nuevo libro glosa una figura llena de claro oscuros.

Por otro lado, y para echar más leña al fuego, el Papa Francisco acaba de aprobar abrir a los investigadores la parte del archivo vaticano que coincide cronológicamente con el ascenso del nazismo en Alemania y la II Guerra Mundial.

Eugenio Pacelli pasó a la historia por contemporizar con el III Reich y no haber condenado el Holocausto.

Fuera del relato oficial

Los historiadores del Vaticano siempre han sido parcos en palabras y siempre han mantenido una postura ambigua ante lo que ha sido los más de 2.000 años de la institución de la Iglesia Católica.

Sin embargo, son muchos los historiadores, ajenos a los tejemanejes vaticanos, que han juzgado con mucha dureza a Eugenio Pacelli, que pasó a la historia como Pio XII y que mantuvo una calculada equidistancia con el III Reich.

Algunos, sin embargo, excusan la actitud del pontífice, defendiendo que ese «nadar y guardar la ropa» fue necesario para mantener incólume la institución que hay que recordar que ha sobrevivido 2.000 años a todo tipo de avatares.

Ahora, el tema vuelve a tener relevancia después de que el Papa Francisco haya dado orden de hacer públicos los documentos vaticanos de aquellos años de tribulación y de la II Guerra Mundial.

Por otra parte, el historiador David L. Kertzer, publica un nuevo libro donde glosa la figura de Pio XII, bajo el título de Un Papa en guerra, que en breve tendrá traducción en lengua castellana.

Crítica velada del Vaticano

El libro no ha sentado nada bien dentro de la curia vaticana, y su principal órgano de expresión, el rotativo L’Osservatore romano, ha calificado como pastiche la información que aparece en Un Papa en guerra.

Para el Vaticano, Kertzer no revela ningún secreto cuando afirma la larga y secreta negociación entre Hitler y Pio XII, ya que esa información es pública desde hace muchos años.

Desde la curia, el haber negociado un pacto de no agresión entre la Alemania Hitleriana y el Vaticano no fue sino un mero ejercicio de supervivencia de la Iglesia Católica para sobrevivir una vez más a lo lago de la Historia.

Por su parte Kertzer considera que buena parte de la información que revela en el libro nunca había salido a la luz, y que ha manejado actas de reuniones que habían sido ocultadas por el Vaticano.

Como el resto de los mandatarios europeos, Pio XII no sabía a qué carta quedarse, ante un III Reich que había ocupado militarmente la mayor parte de Europa y que, en los primeros compases de la guerra, su ofensiva era un paseo militar.

Archivos que se hacen públicos

La publicación de Un Papa en guerra coincide en el tiempo con la salida a la luz de los archivos vaticanos que se ocupan del papado de Pio XII, periodo cronológico que coincide con el del libro recientemente publicado.

Lo que el Vaticano pretende con la publicación de los archivos vaticanos es demostrar que el pontífice se volcó en ayudar a escapar de las garras nazis a miles de judíos.

En los archivos hay registradas hasta 2.700 peticiones de familias judías entre los años 1939 y 1948, siendo muchos de esos judíos católicos después de haber sido bautizados en la religión de Pedro.

Los archivos liberados son 40.000 documentos en formato digital en donde se demuestra, de manera indubitable, que en aquella época el Vaticano se ayudó a escapar de Alemania y de la Europa ocupada a miles de familias judías.

De las entrañas del Vaticano

Es de donde procedía Eugenio Pacelli, que recién ordenado sacerdote pasó a formar parte de la burocracia vaticana, llegando en pocos años a ser nombrado secretario de estado de Pio XI.

Ese papa fue un enemigo furibundo del III Reich, y el órgano de expresión de la Santa Sede, L’Osservatore romano, clamaba contra la persecución de los católicos alemanes por parte del nazismo.

Inclusive pocos meses antes de fallecer, Pio XI estuvo dispuesto a denunciar públicamente la connivencia entre el Duce, Benito Mussolini y el dictador alemán Adolf Hitler, aunque finalmente no lo hizo.

Sin embargo, con la llegada al papado de Pio XII, se inició una desescalada de la tensión, se acabaron los artículos críticos en L’Osservatore romano, y comenzó una negociación entre el III Reich y el Vaticano.

Un negociador de rancio abolengo

Para las largas negociaciones con la Alemania de Hitler, el papa Pacelli eligió a un diplomático del más rancio abolengo, el príncipe Philipp von Hessen, yerno del rey de Italia y nieto del emperador Federico III.

Contando un tercio de los alemanes con bautismo católico, las negociaciones pretendieron lograr que los católicos alemanes y los de los países ocupados por el Reich alemán, recibieran un mejor trato.

La situación en Alemania no era buena, dado que la iglesia católica de aquel país llevaba denunciando al Régimen nazi prácticamente desde que Hitler subió al poder en el año 1933, recordemos que en unas elecciones democráticas.

La principal función de von Hessen fue asegurar a Hitler que el clero alemán dejaría de inmiscuirse en las políticas raciales del III Reich en el exterminio de lo que los nazis denominaban Untermensch, que se podría traducir como infrahumano.

Ello dictaba el exterminio de judíos, izquierdistas, homosexuales y lesbianas, minusválidos, enfermos mentales, gitanos, presos comunes y un largo etcétera.

Un silencio cómplice

Es el que mantuvo el Vaticano de Pio XII ante la promulgación de las leyes raciales de la Italia fascista.

Del mismo modo, el Vaticano no hizo ni amago de protesta cuando los alemanes detuvieron a casi 2.000 personas del gueto judío de Roma, que fueron trasladados, para su exterminio, al campo de concentración de Auschwitz.

Desde antes del año 1942 el Vaticano tenía información de primera mano del genocidio que se estaba produciendo en los campos de exterminio nazis en Alemania y en la Europa ocupada.

El Vaticano mintió cuando ante la petición de información sobre el genocidio por parte de la administración Roosevelt, Pio XII negó que ellos tuvieran conocimiento de los miles de asesinatos que estaban cometiendo los nazis.

Fuente – EL PAÍS

Imagen – Lelê Breveglieri / Presidencia de la República Mexicana / Hannes Flo / FSP / Carlos Reusser / Marion Doss / Soerfm

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