Modelar el cerebro

En Las personas más raras del mundo, el científico y divulgador Joseph Erich nos habla, de manera divulgativa, sobre las últimas investigaciones sobre el cerebro humano, en especial de los occidentales, órgano que se ha ido construyendo con la educación obligatoria y la mayor instrucción de los individuos de esas sociedades

Cambiar el cerebro a través de la cultura, es lo que ha sucedido en las sociedades occidentales por la instrucción obligatoria, tal como nos explica el profesor de la Universidad de Harvard Joseph Enrich en Las personas más raras del mundo.

Si nuestras capacidades intelectivas superiores dependen de los genes, de la instrucción, o de una mezcla de ambos, es un debate que lleva siglos asentado en occidente.

Sin embargo, el primero que enunció ese interrogante de manera científica, en el siglo XIX, fue Francis Galton, que a la sazón era primo de Charles Darwin, un científico que intentaba aplicar el principio de evolución a cada tema que estudiaba.

Tabula rasa

También hubo científicos, el primero el psicólogo norteamericano B. F. Skinner, cuya teoría es que cuando nacemos en nuestro cerebro no hay nada preexistente.

Para el que fuera catedrático de la Universidad de Harvard, cuyo baluarte era el conductismo, en ese cerebro sin ningún tipo de contenidos se puede «escribir» cualquier cosa y todo depende de los estímulos que se le presenten al niño o la niña.

Tal era el convencimiento de la única explicación para las diferencias cerebrales y de inteligencia provienen de la experiencia, que Skinner diseñó lo que denominó cuna de aire.

En dicho recinto creó una estancia dotada inclusive de aire acondicionado, aislada del sonido y libre de microbios donde los recién nacidos deberían vivir hasta los dos años.

Genética más medio

Es lo que defiende Joseph Enrich en Las personas más raras del mundo, editado en español por el sello madrileño Capitán Swing.

En el volumen, se pretende solventar la discusión, que lleva décadas instalada en la psicología, de si, la evolución evidente del ser humano depende de los genes o del ambiente, llegando a la conclusión de que es una suma de ambos.

Para Enrich, los ciudadanos de occidente nos hemos convertido en las personas más raras del mundo por la instrucción obligatoria que se ha instaurado en esas sociedades.

Eso es algo que no sucede en otras latitudes, y aunque si bien aprender a leer y escribir depende de los genes, esas actividades modelan, una vez adquiridas, el cerebro que las sustenta.

Por tanto, la superioridad intelectual de los occidentales no sería producto de los genes, si no de que los gobiernos de esos países instauraron la educación obligatoria y gratuita hace ya muchas décadas.

Académico e investigador

Joseph Enrich es profesor del departamento de Biología Evolutiva de la Universidad de Harvard en el Grado de Antropología.

A lo largo de su trayectoria académica ha dirigido muchos estudios sobre comportamiento de distintas sociedades humanas.

A lo largo de esas investigaciones se ha dado cuenta de que las diferentes sociedades occidentales son sumamente diferentes y especiales en comparación con las de otros continentes.

De hecho, él las llega a calificar como WEIRD, que además del significado de raro son el acrónimo, en inglés, de Occidental, Educado, industrializado, rico y democrático, unos rasgos que contemplan todas ellas.

Además, como la mayoría de los estudios sobre inteligencia se centran en sociedades occidentales lo que acaba provocando un sesgo en los resultados y que estos no puedan ser extrapolados a otras sociedades.

Libro de divulgación

Las personas más raras del mundo no es un libro para especialistas en psicología o en cualquier otra ciencia.

Más bien es un libro para personas cultas que tengan interés en indagar, de una manera amena, en ese misterio que aún sigue siendo la inteligencia humana.

No por ello los datos dejan de ser científicos, obtenidos en investigaciones, algunas de las cuales han sido llevadas a cabo por el propio Joseph Enrich.

Una de las tesis fundamentales del libro es que aprender a leer y a escribir cambian la configuración del cerebro, con órganos como la región occipitotemporal izquierda del córtex cerebral.

En esa zona, un poco por delante y por detrás de la oreja izquierda, se encuentran las zonas de córtex que innatamente están relacionadas con el lenguaje y si bien el lenguaje nos ha acompañado como especie, el uso de la escritura es relativamente reciente.

Fue hace solo 6.000 años cuando se inventó la escritura, por lo que en el cerebro no hay innatamente ningún órgano que se encargue de gestionar la escritura, aunque el cerebro, a partir del ejercicio de la escritura, crea ese órgano.

Cerebros que procesa diferente

Es precisamente el desarrollo de la instrucción y el aprendizaje del lenguaje y la escritura lo que hace que en los cerebros de los occidentales aparezcan capacidades que no aparecen en otras sociedades.

Estamos hablando del razonamiento espacial, atención, memoria, pensamiento inductivo y hasta las ilusiones ópticas.

Es decir, con la instrucción y el desarrollo de capacidades, los cerebros occidentales aprenden a desarrollar unas pautas de pensamiento que no tiene innatamente, lo que ha permitido un desarrollo espectacular de las sociedades occidentales.

Alumnos de altas capacidades

Es uno de los problemas de la excesiva inteligencia, y no por qué la tengan, sino porque en los sistemas educativos occidentales, y el español en particular, encajan mal este tipo de alumnos.

Y no solo porque van adelantados académicamente a los alumnos de su edad, debido a que, aunque tienen un abultado CI, en el fondo siguen siendo niños y niñas que emocionalmente muchas veces si corresponden a su edad biológica.

No hace mucho, a estos alumnos de altas capacidades se los colocaba en cursos superiores, donde la mayor parte de las veces no encajan y en muchas ocasiones acaban convirtiéndose en casos de fracaso escolar.

Al mismo tiempo, también cabría hacerse la pregunta, a tenor de la lectura del libro, si esos niños y niñas de altas capacidades nacen con las mismas o es producto de un proceso de desarrollo precoz.

En definitiva, en Las personas más raras del mundo nos encontramos con un texto interesante e inteligente, que nos hará aprender más sobre ese órgano maravilloso que se llama cerebro y en donde reside buena parte de nuestra humanidad.

Fuente – EL PAÍS / BBC News

Imagen – Jesper Sehested / Rimse Nefert / University of Liverpool / Foshie / Rachel H. / Jason Lander / Paul Jerry

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