Fallece Umberto Eco

casitodaslasletras24022016

El académico, filósofo, semiólogo y novelista Umberto Eco ha fallecido en su Milán natal. Conocido por el gran público por sus novelas, entre las que cabe destacar “El nombre de la rosa” o “El péndulo de Foucault”, ha tenido una despedida laica en el Castello Sforzesco, dónde sus alumnos dejaron a la puerta pétalos de rosas blancas en recuerdo de “Il Professore”

Aunque académico y profesor universitario con más de 50 ensayos sobre una buena cantidad de temas, Eco llego al conocimiento del público con su libro El nombre de la Rosa, que vendió 30 millones de ejemplares en más de 30 idiomas.

Tal como había decidido el autor, entre otros, de Apocalípticos e Integrados, su muerte a los 84 años vendrá seguida de la publicación de el que ya es, desgraciadamente, su último libro. Se trata de un guiño del escritor, filósofo y semiólogo para que los lectores recojan el testigo de su mirada crítica sobre Italia, que alguna vez definió como su principal tema de ensayo.

El autor de Baudolino quiso que su último adiós fuese coherente con el laicismo que desplegó durante buena parte de su vida. Debido a ello, la despedida de sus seres más queridos se ha llevado a cabo en el Castello Sforzesco, una joya de la arquitectura del siglo XV que Umberto Eco veía todos los días cuándo se encerraba a trabajar en el estudio de su casa.

El mismo día de la ceremonia, fueron decenas los alumnos del escritor que acudieron al Castello Sforzesco para depositar a sus puertas centenares de rosas blancas en homenaje a un escritor al que el periodista y también escritor Juan Cruz dice de él que “era un sabio que conocía todas las cosas simulando que las ignoraba para seguir aprendiendo”.

Los panegíricos de la figura de Il Professore han sido constantes durante estos días en la prensa italiana. Quizás la más sentida haya sido la del periodista Gianni Rotta que en la Stampa de Turín.

Este periodista ha descrito a Eco como ““Filósofo, padre de la semiótica, escritor, profesor universitario, periodista, experto en libros antiguos: en cada una de sus almas Umberto Eco era una estrella internacional, pero con sus estudiantes, lectores, colegas, jamás Eco exhibió la pose snob que tal vez otros escritores sí habrían adoptado de haber publicado best sellers como El nombre de la rosa o El péndulo de Foucault. Umberto Eco reía, se informaba de las novedades y —encendiendo un cigarro— contaba la última broma antes de presentar una nueva teoría lingüística”.

Fervientemente católico en su primera juventud – no en vano su tesis doctoral versó sobre la estética de Santo Tomás de Aquino – fue precisamente el estudio del santo lo que progresivamente le hizo abandonar su cristianismo. Pronto, inclusivamente sirviéndose de la Radio Televisión Italiana, se dedicó a la difusión de la cultura, tanto italiana como la universal.

De hecho fue uno de los primeros académicos italianos que abrazó la cultura de masas, en una época en la cual el elitismo de las universidades italianas despreciaba a la cultura pop. Eco, que llegó a utilizar los comics como base para sus estudios de semiología, defendía que para entender la cultura de las masas era necesario amar esa cultura.

Más información – Escritores, entre la especialización y el pluriempleo

Fuente – Diario El País

Imagen – Blaues Sofa

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