Claudio Magris presenta una nueva novela después de 10 de sequía editorial. Bajo el título de “No ha lugar para proceder” nos encontramos con la vida del excéntrico Diego de Henríquez, un extravagante personaje que quiso abrir un museo en Trieste que contase los horrores de la Guerra. En la novela, ambientada durante los años 40 del pasado siglo, aparece el mismísimo Hitler
Bajo el título de No ha lugar a proceder, se trata de la primera novela de Magris en 10 años. El escritor italiano será el pregonero de la fiesta de San Jordi en este 2016. La novela se centra en la vida de Diego de Henríquez.
La espoleta que ha hecho explotar nuevamente la creatividad de uno de los más ilustres triestinos, fue un anuncio en la cabecera de prensa Piccolo en el año 1963, dónde el tal Henríquez puso en un anuncio por palabras que rezaba “Submarinos usados, compro y vendo”.
Magris aprovechará la presentación de su libro en la ciudad condal para convertir en el pregonero del Día de Sant Jordi, que declamará en el Salón del Cent del consistorio barcelonés. El pregón será leído al alimón con Josep Ramoneda.
Claudio Magris se confiesa encantado que el día del libro en Cataluña se celebre en la onomástica de un santo inventado que la iglesia retiró hace tiempo del santoral. Eso para Magris es el triunfo de la ficción.
Metiéndonos ya en harina, la crítica italiana, o una buena parte de ellos entiende No ha lugar a proceder como una suerte de Las mil y una noches del mal. Durante las páginas de la novela seremos testigos de los denodados esfuerzos de Diego de Henríquez de fundar en Trieste un museo de la guerra precisamente para poner el acento sobre lo que significa la paz.
Henríquez era en sí mismo un personaje, ya que además de dormir en un ataúd, murió en un incendio intencionado. Magris hace suyo en esta novela algo que defendían escritores como Mark Twain o Italo Svevo, y que es que la realidad supera casi siempre a la ficción. La ficción la entiende el triestino Claudio Magris como descomponer la realidad en piezas de puzle para posteriormente reconstruirla de otra manera.
Otro de los personajes principales de No ha lugar a proceder es Luisa, hija de una judía deportada de la cual se especula que durante su internamiento pudo ser informante de los nazis y de un sargento negro del Ejército de los Estados Unidos. En el museo de Diego de Henríquez es la encargada de relatar la historia de cada objeto.
En la nueva novela de Claudio Magris también nos vamos a encontrar con evocaciones a la Risiera de San Sabba, el único campo de concentración nazi que hubo en Italia. Tras la liberación de campo, en una de las paredes, apareció una lista de los judíos del campo que habían estado en buenas relaciones con sus carceleros nazis, aunque posteriormente alguien pintó la pared de blanco como manera de borrar esos nombres.
En la novela también se recrea una fiesta, que contó con la presencia del propio Hitler. El convite se celebró en el tenebroso palacio Miramare de Trieste. Los lugareños siempre han hablado de los malos augurios que rodean la construcción, que en un principio fue construida para el malogrado Maximiliano I de México.
La fiesta nazi se produce con las tropas soviéticas a punto de tomar Berlín y también pocas semanas antes de que Adolf Hitler y su amante Eva Braun decidieran suicidarse en el búnker de la Cancillería y ordenasen posteriormente que sus cuerpos fuesen incinerados.
Más información – Claudio Magris consigue el premio mejicano de la FIL de Guadalajara
Fuente – El Periódico
Imagen – Renaud Camus