La Editorial Alfaguara está a punto de publicar “El espíritu de la ciencia ficción”, una obra póstuma de Roberto Bolaño, que se publica con un apéndice facsímil de varias páginas del manuscrito editorial. Se trata de un libro, que según su editora Pilar Reyes es una obra que anuncia al escritor maduro de 2.666 o Los detectives salvajes
Hace pocos días leíamos en el suplemento Babelia del Diario El País como 2.666 de Roberto Bolaño era calificado como el mejor libro escrito en castellano de los últimos 25 años, una obra magna que merece por derecho propio ser calificada como uno de los mejores libros de todos los tiempos en lengua castellana.
Ahora la editorial Alfaguara se apresta a publicar El espíritu de la ciencia ficción, una obra que este chileno universal que se publicará 13 años después de su muerte. Se trata del décimo libro publicado por Roberto Bolaño (Santiago de Chile 28 de abril de 1953, Barcelona 15 de julio de 2003), aunque esta vez se publica de una manera póstuma.
Calificada como una novela de iniciación y probablemente escrita antes de Los detectives salvajes, uno de sus grandes éxitos, puede ser que fuese la obra que le sirvió de iniciador para crear 2.666, su obra magna.
Cada vez que se publica una obra póstuma de cualquier escritor, y en especial si se trata de uno de los grandes novelistas latinoamericanos contemporáneos, como es el caso de Roberto Bolaño, la crítica y el público suelen discutir acaloradamente si se trata de algo que amplía la obra del creador o es simplemente una manera de seguir haciendo caja con el autor.
En este caso concreto, el prologuista de la obra, el crítico literario mexicano Christopher Domínguez Michael, descarta cualquier prurito mercantil y certifica que la publicación ahora de El espíritu de la ciencia ficción abre una nueva ventana al corpus literario del chileno, y que permite ampliar la comprensión del creador.
Se sabe que Roberto Bolaño terminó El espíritu de la ciencia ficción en Blanes en el año 1984 y puede ser calificado como un parteaguas en su producción escrita. La presente edición de Alfaguara se completa en un apéndice con el facsímil de varias páginas del manuscrito.
La editora de Roberto Bolaño, Pilar Reyes, desconoce si el autor, de entre otras, El Tercer Reich había dado ya el manuscrito como finalizado y si tenía intención de publicarlo. Lo único que es incontrovertible es que el original está fechado y firmado y que se organiza en tres etapas (notas, primer borrador y transcripción en limpio).
Todo ello permite colegir que Bolaño había ya empacado el original para llevarlo a la editorial. De hecho una parte de El espíritu de la ciencia ficción conocido como Manifiesto mexicano se publicó como en texto independiente dentro de su obra La universidad desconocida.
Pilar Reyes valora El espíritu de la ciencia ficción como un texto completo con una gran fuerza narrativa que es el preámbulo de lo que posteriormente sería ya las obras de madurez de Roberto Bolaño. El libro que ahora se publica puede definirse como el recibidor del Universo Bolaño.
De todos modos el libro ya ha desatado una polémica sobre la licitud o no de publicar obras póstumas. Sobre este particular Joan Tarrida, de Galaxia Gutenberg considera que es lícito siempre que el autor hubiese expresado en vida su pláceme de que publicasen obras suyas después de fallecido.
Por lo general, también considera acertado de que en caso del creador no estableciese su permiso, sea el albacea literario o herederos los que depuren esa duda.
Joan Tarrida ha sido editor de obras póstumas de Guillermo Cabrera Infante y José Ángel Valiente, autores que no pudieron editar toda su obra debido a que el primero gozó de muy mala salud los últimos años de su vida y el segundo murió inopinadamente.
Uno de los autores que más libros ha publicado póstumamente es Juan Ramón Jiménez, que dejo sin publicar un 70% de su obra. En este caso los herederos del poeta sabían que siempre mostro interés porque su obra se divulgase.
De hecho, en las letras contemporáneas, hay casos, como los de Sándor Márai o Iréne Némirovsky, que se han convertido en escritores reconocidos por la publicación de toda su obra después de muertos.
Desde el ámbito académico, Julio Ortega, profesor de la Universidad de Brown y editor de obras póstumas de Carlos Fuentes y José Donoso, nunca una obra póstuma suele superar a lo publicado por los autores en vida, con el caso excepcional quizás, de Kafka.
Desde el ámbito de las agencias que representan a los autores, Luis Miguel Palomares Balcells, heredero Angels Bacells, una de las mejores agentes literarias que ha habido en España, considera que deben ser los albaceas literarios los que se sientan libres de publicar o no obra póstuma.
Por lo general, indica Palomares Balcells suelen ser la editoriales las que proponen a los herederos la publicación de obras póstumas, y entre los herederos de los derechos hay de todo, desde los que piensan en la memoria del creador a los que solo quieren vender más libros para ganar dinero.
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Fuente – Diario El País
Imagen – LongIslandWins